Diez lecciones aprendidas 25 años después del inicio de la economía del euro
El primer día de 2024 el euro cumplió 25 años. Aunque no se puso en circulación hasta 2002, el Año Nuevo de 1999 se introdujo en los mercados financieros mundiales como moneda de cuenta en sustitución de la antigua Unidad Monetaria Europea (ECU). Un cuarto de siglo después nos preguntamos si el balance de la economía del euro arroja más luces o sombras.
Para ello, tomamos como referencia el Anuario del Euro 2024, elaborado por la Fundación ICO y el Instituto Español de Analistas, en el que se analizan los retos de la unión económica y monetaria ante un escenario de desinflación y consolidación fiscal.
Economía del euro: más allá de una simple moneda
El euro no solo es una moneda, sino un símbolo de la unidad europea. Su creación representó un paso audaz hacia una mayor integración económica y política entre los países miembros. El éxito del euro ha contribuido a fortalecer la identidad europea y a crear un sentimiento de comunidad entre sus ciudadanos.
Además, la introducción del euro ha tenido un impacto significativo en la economía europea. La economía del euro ha facilitado el comercio y la inversión entre los países miembros, lo que ha impulsado el crecimiento económico y la creación de empleo. El euro ha contribuido a la estabilidad económica y financiera a lo largo de estos años.
10 consejos para el futuro de la economía del euro
1. Una Europa más abierta
La Unión Europea necesita potenciar el concepto de autonomía estratégica abierta, al tiempo que debe evitar caer en la antigua ‘Europa fortaleza’.
Los argumentos estratégicos a menudo se han utilizado políticamente para justificar las peores políticas. Pero sería ingenuo ignorar que el mundo se ha vuelto más peligroso y fraccionado.
2. Política monetaria
La política monetaria parece haber funcionado bien al lograr la desinflación sin costos excesivos en producción o empleo. Sin embargo, no puede funcionar sola, y necesita complementarse con consolidación fiscal, inversión pública eficiente y reformas estructurales. Los bancos centrales no pueden proporcionar todos los bienes públicos y deben reenfocarse a medida que otros agentes políticos toman protagonismo.
3. Inflación
La naturaleza de la inflación en los últimos tres años no ha sido homogénea, ni dentro de las economías ni entre ellas. El grado en que la inflación ha sido impulsada por la demanda o la oferta ha variado en el tiempo y el espacio.
Con el beneficio de la retrospectiva, es posible que los bancos centrales hayan estado ‘detrás de la curva’. Es necesario fortalecer y reevaluar las capacidades de modelado de la inflación.
4. BCE
El proceso de reducir el tamaño del balance del BCE continuará, pero es muy probable que el sistema financiero siga funcionando con un nivel más alto de reservas excedentes.
Es probable que los bancos centrales, y en particular el BCE, lo reconozcan en su próxima reforma del marco de política monetaria. Un retorno al antiguo sistema de corredores parece improbable, y aumentar las reservas mínimas requeridas parece contraproducente.
5. Reforma del marco de gobernanza fiscal europeo
La reciente reforma del marco de gobernanza fiscal europeo es un paso insuficiente en la dirección correcta. Se acerca a un objetivo de gasto, pero se ha obtenido flexibilidad adicional a costa de complejidad y discreción. Y el marco todavía necesita un mecanismo de estabilización macroeconómica y un proceso para llegar a una postura fiscal en el área del euro.
6. Gasto público
Las nuevas reglas implican un ajuste de los balances fiscales primarios que no parecen excesivos según los estándares históricos. No obstante, requerirán un ajuste persistente, significativo y duradero del gasto público en los países más endeudados.
Y no incorporan ningún espacio fiscal para el aumento de la inversión pública necesario para consideraciones de seguridad o las transiciones digitales y verdes.
7. El PIB europeo
Podríamos perder otra oportunidad de aumentar el PIB potencial en Europa, ya que la Comisión parece estar más preocupada por gastar todos los fondos Next Generation EU que por garantizar su uso adecuado. Una vez más, fomentar reformas estructurales que mejoren la productividad no es solo cuestión de financiamiento disponible, sino de compromiso político y disciplina.
8. Euro digital
El lanzamiento del euro digital no puede justificarse únicamente por motivos defensivos o proteccionistas. Es necesario incorporar características, mecanismos e incentivos adecuados en su implementación para garantizar que complemente el efectivo y no sustituya los depósitos bancarios.
Los casos de uso y los modelos comerciales deben pensarse junto con la industria para garantizar el éxito.
9. Relación con la banca
La crisis bancaria de primavera fue un recordatorio de la importancia de una gestión adecuada de los riesgos de tasa de interés y liquidez. Y de la importancia sistémica potencial de los bancos medianos. Los supervisores deben asegurar que los bancos tengan procesos de gobierno corporativo y gestión de riesgos acordes con su perfil de riesgo.
Las autoridades deben intervenir temprano para abordar las debilidades de los bancos, estar preparadas para usar planes de financiamiento de contingencia y fortalecer los regímenes de resolución bancaria y la preparación para implementarlos.
10. CMDI
En el contexto europeo, el marco de gestión de crisis bancarias y seguro de depósitos (CMDI) refina el marco de resolución existente en tres líneas: financiamiento en resolución, disponibilidad de garantías y papel de los sistemas de seguro de depósitos.
Sin embargo, podría haber sido más ambicioso y deja muchos problemas sin resolver. Específicamente, no se garantiza un campo de juego nivelado para la resolución, y la fragmentación financiera sigue siendo un riesgo adicional ante cualquier crisis potencial de confianza en los bancos europeos.