La filial europea radicada en Castellón de UBE Industries, empresa japonesa que opera en los sectores industriales y químicos, ha anunciado unas pérdidas de 11 millones al cierre del ejercicio fiscal 2022. Pese a lograr unas cifras de ventas récord de 620 millones, la coyuntura arrastró a la firma a números rojos tras un 2021 con resultados históricos.
Según ha explicado el presidente de la compañía, Bruno De Bièvre, durante la presentación de resultados, a lo largo de la primera parte del ejercicio y hasta final del verano de 2022 el coste de las principales materias primas y la energía sufrió un fuerte incremento hasta niveles récord que, aun afectando la demanda, fueron en cierta medida transferidos al mercado.
«La demanda no se está recuperando de forma estable. A nivel de mercado tenemos todavía una situación que es todavía un poco pesimista para toda la industria química en Europa, pero también globalmente. Estamos adaptando nuestra cartera de producto, trabajando la flexibilidad de la planta y estabilizando la situación», ha explicado Bièvre.
¿A qué achacan las malas cifras?
Para los directivos de UBE, el conflicto en Ucrania ocasionó adicionalmente el cierre de ciertos mercados, y un mayor aumento de costes productivos del sector en Europa, frente a los de su competencia asiática, favoreciendo la entrada de importantes flujos de material producido fuera de la Unión Europea, especialmente en el mercado del film para la protección de alimentos.
La evolución de los mercados ha sido dispar, con un comportamiento peor de lo esperado en los segmentos de química básica y plásticos de ingeniería, y un resultado positivo en química fina y en la comercialización de productos especiales manufacturados por la empresa matriz.
«A partir del verano la tendencia cambió, mostrando una caída libre de los precios de los insumos, que repercutió negativamente en la rentabilidad de la compañía, forzada a la venta de producto manufacturado con materias primas adquiridas a precios elevados, frente a una situación de demanda con perspectivas de costes progresivamente a la baja», ha explicado el presidente.
Mantener la sostenibilidad
El grupo consolidado de UBE Corporation Europe ha mantenido sus planes de innovación y mejora medioambiental, continuando el fortalecimiento de las bases para una gestión corporativa responsable y sostenible.
En línea con la Política de Neutralidad de Carbono en vigor, durante el ejercicio 2022 alcanzó una reducción del 43% de las emisiones de gases de efecto invernadero de alcance 1 y 2, respecto al año base 2010 y redujo la ratio de intensidad energética de la producción un 36,9%, como consecuencia de la implementación de mejoras de proceso y operativas. Asimismo, puso en marcha una instalación fotovoltaica en la planta de El Serrallo, para el suministro de la sede corporativa.
A lo largo del ejercicio fiscal y gracias a la progresiva reducción general del impacto del Covid 19, la empresa recuperó la normalidad en todas sus operaciones, acciones de marketing y promoción comercial, atención al cliente y relaciones con la sociedad, cumpliendo en todo momento las medidas preventivas marcadas por las autoridades.
Al término del ejercicio el grupo daba empleo directamente a 617 personas (561 en la provincia de Castellón) con un 24% de personal femenino y más de un 99% de contratos indefinidos. Adicionalmente, a lo largo del año fiscal 2022 UBE ha subcontratado servicios con una media equivalente a 260 empleos a jornada completa.
Jugar con las mismas reglas
No obstante, las consecuencias de la guerra de Ucrania no están afectando a todo el mundo por igual. El shock de materia prima que empresas como UBE están experimentando en la actualidad son aprovechados por países como Turquía o China, que tienen capacidad de producir más barato y no se ven afectados por las sanciones.La estricta normativa que llega desde Bruselas tampoco ayuda. De Bièvre pide a Europa «ayuda o inversión. El desafío que supone la situación actual es una realidad. Sin embargo, lo más importante son las reglas del juego, que no son las mismas para nuestros competidores fuera del territorio de la Unión».
Y concluye: «Países como chino no se están rigiendo en base a las mismas reglas y eso les da una ventaja frente a nosotros como competidores. Bruselas debería dotarse de una visión conjunta a la hora de establecer un margo regulatorio. Si no podemos evitar que esta regulación sea demasiado fuerte, habrá que negociar con nuestros competidores asiático o americanos unas normas de juego comunes».