Los Mitos de Cano: Ava Gardner, el idilio español que capturó el fotógrafo
En el elenco de las estrellas del celuloide de la época pocos nombres resplandecían tanto como el de Ava Gardner. La icónica actriz estadounidense se abrió paso en Hollywood con una destreza interpretativa que la convirtió en un ícono de la pantalla grande.
Más allá de su indiscutible magnetismo y talento interpretativo, el de Ava es uno de esos nombres que se enlazaron con la España de la época. La norteamericana dejó una huella imborrable en la cultura española, tanto por su fascinante personalidad como por sus famosas fiestas que cobraron vida en las bulliciosas calles de Madrid. Y Paco Cano estuvo allí para inmortalizarla.
A lo largo de diversos artículos, en Economía 3 recorremos algunos de los aspectos más relevantes del trabajo de Cano y que han marcado la historia de nuestro país; todos ellos recogidos en el libro Los Mitos de Cano, de Andrés Amorós. Seis décadas de una mirada única, una radiografía de nuestra historia imprescindible para los amantes del arte.
La estrella llega a España
La conexión entre Ava Gardner y España no se limitó a una simple relación superficial. En 1951, Ava protagonizó «Pandora and the Flying Dutchman», una película que se rodó en tierras españolas. Fue durante este tiempo que su amor por el país se profundizó, y ella encontró un lugar en su corazón para la pasión, el arte y la cultura de España.
Cuenta Amorós que, casada ya con Frank Sinatra, la actriz regresa a España en abril de 1953 y conoce a Luis Miguel Dominguín. Nada más verlo, escribe, decide que será para ella. El romance capturó la atención del público y consolidó su lazo con España. Su relación con el icono de la tauromaquia la llevó a recorrer las plazas de toros y a sumergirse en la esencia misma de la cultura española.
En 1955, Ava compra una casa en Madrid, en La Moraleja. La estrella los hará famosos a base de juergas y romances, alcohol, flamenco y mucho carácter. En España, asegura el autor, Gardner fue todo lo feliz que ella podía ser.
La noche madrileña
Sin embargo, es en las calles de Madrid donde la presencia de Ava Gardner se convirtió en leyenda. Su lujoso piso en la Plaza de España de Madrid se convirtió en el epicentro de innumerables fiestas que quedaron grabadas en la memoria colectiva de la ciudad.
Las fiestas de Ava eran famosas por su extravagancia y su ambiente desenfadado. Amigos, artistas y celebridades se mezclaban en un torbellino de música, risas y chispa que transformaban la rutina madrileña. Personalidades como Ernest Hemingway, Frank Sinatra y Orson Welles, entre otros, eran rostros habituales en estas reuniones inolvidables.
La imagen de Ava Gardner, rodeada de amigos y sumergida en la vida nocturna de Madrid, se convirtió en una instantánea atemporal.
Un Legado que Perdura
A pesar de los años transcurridos desde la época dorada de Ava Gardner, su relación con España sigue siendo un testimonio duradero de su influencia en la cultura de este país. Su legado no solo se refleja en la pantalla grande, sino también en la memoria colectiva de las personas que vivieron sus fiestas y sintieron su carisma en las calles de Madrid.
La historia dela actriz y España es una muestra de cómo una estrella de Hollywood puede encontrar un hogar inesperado en un rincón del mundo y convertirse en un icono cultural eterno. Su vínculo con España sigue siendo un recordatorio de que, a veces, los lazos más profundos se forjan en lugares inesperados, y que el arte y la vida pueden converger en formas inolvidables.
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