Labat (Feique): “La explotación de materias primas es estratégica para España”
Después de un año de nuestra última conversación con Juan Antonio Labat, director general de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), la situación en el sector no ha variado mucho, el alza de los precios de la energía continúa lastrando la competitividad de las empresas y las ayudas puestas en marcha por el Gobierno tampoco están ayudando mucho. También hablamos sobre la futura ley de Industria y la importancia de explotar en Europa nuestras materias primas estratégicas.
Retos de la industria química en España
– La última vez que hablamos, los retos principales del sector eran la energía, la cadena de suministros y la reforma laboral. ¿Han variado de un año para otro?
La preocupación por el alza del precio de la energía continúa; sobre la reforma laboral lo que más nos ha afectado ha sido la subida de las cotizaciones sociales; y en cuanto a la cadena de suministro, los problemas son mucho más leves porque los costes se han suavizado.
Actualmente, lo que más nos preocupa son los PERTE y la Ley de Industria que va a ser clave en este período legislativo.
Altos costes energéticos
– ¿Cómo ha perjudicado a las empresas el precio de la energía en 2022?
Nos ha perjudicado mucho. Si dividiéramos el sector químico en tres subsectores, la parte de farmacia sigue creciendo; la química para el consumo –la detergencia, la cosmética, las pinturas, etc.–, también; mientras que la química básica está cayendo una media del 9,5% debido a los costes energéticos. Eso implica que ha habido alguna parada de producción e incluso reducción de cargas en las plantas de entre el 30 y el 50 % .
En cuanto a la energía, el mecanismo ibérico ha funcionado pero seguimos perdiendo competitividad con respecto a otras zonas geográficas, no en Europa, pero sí en otras como es el caso de EE.UU., un país que nos puede comer mucho mercado.
Además, competimos con armas diferentes que Alemania y Francia ya que sus empresas cuentan con sistemas de ayudas por parte de sus gobiernos que en España no se han implantado exactamente igual.
– ¿Los costes energéticos han provocado el cierre de empresas?
Sí, incluso se ha producido la paralización temporal de algunas de ellas y otras otras han recurrido al ERTE durante un trimestre como mínimo. En la química básica, la caída de la producción es de un 10%.
Las empresas gasintensivas en España
– ¿La química básica no es transversal para el resto de las industrias?
La mayoría de los productos de la industria química básica se dirigen a la automoción, la construcción, la alimentación, etc., De hecho, alimentamos a casi todos los sectores. Sin embargo, si esos sectores compran sus materias primas fuera de España, nuestras empresas químicas se quedan fuera del mercado. Por lo tanto, nos preocupa sobre todo el precio del gas.
– A finales de diciembre, el Gobierno anunció ayudas para empresas gasintensivas. ¿Las consideráis suficientes?
No son suficientes. Las aprobadas en la primera mitad del año comprometían una ayuda máxima de 400.000 euros por empresa, cuando el alza de precios del gas en 2022 ha superado el 900 % respecto a 2019. Posteriormente, en el último RDL de diciembre, se recoge un nuevo paquete de ayudas que no define los criterios de asignación –da un plazo de seis meses para hacerlo–, aunque ya determina qué subsectores las recibirán.
Es en este punto donde nos hemos sorprendido porque han quedado fuera subsectores como los fertilizantes, la química inorgánica o las fritas y esmaltes cerámicos, entre otros. Ámbitos que precisan las ayudas porque en muchos de ellos tenemos concentradas paradas de producción.
¿Cómo actúa el Gobierno?
– ¿Habéis hecho alguna reclamación al Gobierno en este sentido?
Le hemos transmitido a la Secretaría General de Industria nuestra perplejidad por haber dejado fuera subsectores gasistensivos. Les mandaremos una propuesta como ya hicimos en las anteriores convocatorias que sí se modificó, para que cuando elaboren la orden ministerial con el régimen de ayudas recoja a todos los subsectores químicos intensivos en consumo de gas y puedan recibir esas ayudas.
Por otra parte, de los 950 millones de euros que concede el Gobierno, solo 450 corresponden a ayudas directas y 500 millones a créditos ICO. Esto último, aunque el interés es bajo, se trata de pedir un crédito y muchas empresas podrían conseguirlo de otra manera y otras, por la situación que están pasando, puede que no estén en disposición de pedirlo.
Portugal ha destinado 1.000 millones en ayudas y tiene cinco veces menos industria que España. Alemania tiene un plan de ayudas para empresas gasintensivas de hasta de 27.000 millones de euros e Italia ha anunciado 14.000 millones de euros. Frente a estas cifras es imposible competir.
Por otra parte, el Estado ha ingresado vía impuestos más de 240.000 millones de euros entre enero y noviembre de 2022, una cifra que supone un incremento de casi 33.000 millones con respecto a 2021. Nosotros reclamamos que se aplique parte de ese superávit fiscal, como se ha hecho en otros países, a ayudar a las empresas que peor lo están pasando para que puedan seguir compitiendo.
Medidas propuestas
– ¿Qué medidas proponéis para acabar con los altos costes energéticos?
Estamos reclamando desde la industria eléctrica la modificación del mercado mayorista. España ya ha trasladado una propuesta al resto de los países comunitarios y está siendo bien recibida. Este planteamiento implica desligar el gas del precio eléctrico definitivamente, vía tipo mecanismo ibérico como tenemos en España, que ha funcionado pero se podría mejorar, y luego aplicar costes fijos a las empresas productoras para que podamos tener una garantía de precios razonable. Esta propuesta sería a medio plazo porque implica modificar todas las leyes del sector eléctrico de los países europeos y cambiar la normativa comunitaria.
En cuanto al autoconsumo hemos pedido la posibilidad de contar con más de un suministrador para poder firmar con diferentes comercializadores. Esta opción se ha anunciado pero no se ha reglamentado.
Materias primas estratégicas
– ¿Continúa en riesgo la producción de materias primas estratégicas?
Europa renunció, desde hace tiempo, a explotar sus materias primas estratégicas, dejándolo en manos de China. Ahora mismo, el 75 % de la producción de todas ellas y otras estratégicas como el litio está en manos de un solo país. Con lo cual, si no modificamos esta situación a escala europea, – incluida España porque tiene muchas posibilidades de explotar sus minerales estratégicos– pasaremos del cártel del gas al de las materias primas estratégicas. Iremos de cártel en cártel a ver quién nos saca finalmente del mercado.
De hecho, en España se está proponiendo una nueva regulación para agilizar la explotación de estas materias primas estratégicas. Bienvenida sea. Se lo transmitimos al presidente del Gobierno como una de las prioridades para evitar que se produzca una rotura de la cadena de suministro en España y en Europa y no tengamos que depender de China.
– ¿De qué materias primas estratégicas estamos hablando?
Todos aquellos minerales que se utilizan en baterías, microprocesadores, semiconductores, etc. La Comisión Europea ha identificado una lista de cerca de 40 y muchos de ellos todavía no sabemos cuáles son sus aplicaciones. China está adquiriendo todas las concesiones de explotación mientras que nosotros tardamos años en dar los permisos y particularmente cada comunidad autónoma española.
En España contamos con uno de los yacimientos más importantes de litio de Europa. También tenemos vanadio, cobalto…
De todas formas, la explotación de las materias primas es una cuestión estratégica para España tal y como le hemos hecho ver al Gobierno. El Consejo de Ministros ha aprobado la hoja de ruta para la gestión sostenible de las materias primas con total seguridad.
PERTE
– Has comentado que estáis gestionando PERTE. ¿Cómo lleváis el proceso y a cuáles habéis accedido?
A lo largo del año hemos colaborado en las convocatorias que han salido como es el caso de la automoción o el agroalimentario. El PERTE más interesante para nosotros es el de la Descarbonización, que fue aprobado a finales de diciembre. Nos interesa porque la intensidad de la ayuda son 15 millones y hasta un 25 % de la inversión. Puedes presentarte en solitario, y no estás obligado a crear un consorcio con otras empresas.
No ha habido ningún PERTE orientado a la química porque somos muy transversales y contamos con 30.000 productos diferentes pero sí vamos a participar en todos los que afectan a nuestro trabajo para fomentar la economía circular.
Ley de Industria
– A principios de diciembre se aprobó el anteproyecto de Ley de Industria. ¿Qué alegaciones habéis presentado a dicho proyecto?
Nosotros estamos interesados en que el Ministerio de Industria gane una mayor gobernanza con respecto a los ámbitos que nos afectan. Insistimos en que haya un órgano que coordine todo lo que tiene que ver con la industria. Factores que afectan a nuestra competitividad como son la energía, la infraestructura de transporte de mercancías o la propia normativa de transporte o la innovación, etc., están en otros ministerios. Por ello, creemos que debe haber un órgano interministerial que diseñe conjuntamente la política industrial para que todas estas áreas queden recogidas.
En el fondo, lo que hace la ley de industria es ver cómo se gestiona el modelo de ayudas o de incentivos a la producción industrial o a la inversión. Nosotros necesitamos dar un paso más. Creemos que la industria debe ser considerada como política de Estado para transformar nuestro modelo económico. Pensamos también que la figura de secretario general tiene mucho menor peso político que cualquier secretario de Estado de este país.
– ¿Cómo afectará a la aprobación de la ley las elecciones previstas para este año?
No va a ser sencillo aprobarla antes de la disolución del Congreso de los Diputados. El nuevo documento que incluya todas las aportaciones debería pasar por el Consejo de Ministros en segunda vuelta a mediados de marzo. En abril, la ministra tendrá que dimitir para presentarse a las elecciones para el Ayuntamiento de Madrid. Veremos a ver quién la sustituye con la suficiente fuerza política para que pueda sacar la ley adelante en el Congreso de los Diputados, ya que va a requerir mucha negociación con las diferentes fuerzas parlamentarias.
Planes de futuro del sector
– ¿Qué previsiones tenéis para 2023?
Es la primera vez que no hemos hecho previsiones de un año para otro porque los asociados a los que se las hemos pedido nos han dicho que no las podían refrendar ya que estaban esperando la obtención de más inputs para saber cómo podrían comportarse.
Es difícil y no tengo una previsión clara que pueda hacer. Este año vamos a acabar con un déficit del 0,5% de la producción pero con dos balanzas muy diferenciadas: farmacia y química del consumo creciendo y la química básica cayendo.
– ¿Cuáles son los parámetros que han marcado 2022 finalmente?
Muy parecidos a los de 2021, año en el creció mucho toda la industria química y que alcanzó un 6,5 %. El gran problema han sido los costes energéticos y cómo han afectado a la química básica. Si no hubiera sido por este problema hubiéramos crecido un 4,5 % pero la química básica no ha podido hacer frente a precios al alza sostenidos en el tiempo.
El Ministerio de Transición Ecológica ha puesto medidas para rebajar el precio de la energía pero no han sido suficientes y por eso estamos afrontando este problema en la química básica.
Sostenibilidad
– A pesar de todo seguís trabajando por la sostenibilidad, que era uno de los objetivos que os habíais marcado o el precio de la energía está desviando la atención con respecto a esta cuestión.
Si las empresas pierden dinero no pueden gastarlo. Los proyectos y las propuestas están pero esta situación no hace más que retrasar la inversión. Las grandes podrán afrontar proyectos nuevos, a pesar de que estén en período de decrecimiento porque tienen músculo financiero, pero las pequeñas que representan al 80 % del sector, estando en pérdidas es muy difícil que afronten nuevos retos o inversiones.
El precio del gas dependerá de que concluya la guerra de Rusia contra Ucrania que infecta a toda la actividad industrial tanto en España como en el ámbito europeo.
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