Caos legislativo

El caos legislativo que resta competitividad al sector del plástico

«Si no me ayudan, al menos no me molesten».

Esta afirmación puede parecer lógica, ¿cierto?

Pues bien, a tenor de la información que nos llega desde los sectores plástico y químico, la lógica no parece haber estado muy presente en la concepción de una ley que ha sido y sigue siendo la pesadilla de miles de empresas.

El pasado 1 de enero de este año entró en vigor el nuevo impuesto para plásticos no reutilizables aprobado en la Ley 7/22 el 9 de abril de 2022 y, desde esa fecha, el caos se ha instalado en la gestión del día a día de los sectores que utilizan esta materia prima.

Y a la incertidumbre con la que tienen que operar, ya no ahora, sino desde hace varios meses, se ha sumado el Real Decreto Ley de Envases y Residuos de Envases, que fue aprobada por el Consejo de Ministros el 27 de diciembre y que se publicó en el BOE el 28 de diciembre de 2022. Como si de una broma se tratase, nadie sabía a qué se iba a enfrentar en el plazo de 48 horas.

Precisamente, esta semana hemos tenido la oportunidad de debatir con los sectores plástico y químico cuáles son sus retos, el peso que ambos tienen como sectores transversales del resto de sectores de la actividad económica y qué demandas ponen sobre la mesa.

Y, una vez más, hay que hacer mención a la necesidad de que los consumidores estemos bien formados e informados, porque el problema no es el plástico, sino qué es lo que se hace con él en la gestión de residuos.

El impuesto al plástico, que mencionaba al principio, es visto por el sector como ambiguo e injusto y cuyo fin es totalmente recaudatorio.

«Ambiguo» porque no han quedado bien definidos, entre otras cosas, quién está sujeto, cuándo se tiene que pagar y cómo han de hacerlo. Es un texto difícil de entender y con gran complejidad administrativa, que ha llevado a las empresas a contratar abogados y más personal solamente para gestionar este impuesto. Las empresas también se han visto obligadas a cambiar programas informáticos, aspectos que en sí no son negativos, si permitieran a las empresas crecer, en lugar de dedicar tiempo a burocracias que no aportan valor.

También ha sido calificado como «injusto» porque pone el foco solamente en el sector del plástico cuando hay otros como papel o el vidrio que también generan residuos y no son penalizados impositivamente. A todo ello se suma que solo existe en España y no en el resto de la Unión Europea, lo cual resta competitividad a las empresas españolas, frena su internacionalización y puede obstaculizar la inversión extranjera y complicar las importaciones.

La petición de estos sectores es que se realice un análisis integral de las medidas regulatorias para eliminar posibles externalidades que den lugar, más a un perjuicio, que al fin que se persigue con la ley.

También proponen que se prime la iniciativa privada en la recogida de residuos para crear sistemas más eficientes.

En definitiva, que no se legisle a espaldas de los sectores productivos.

Nuestra misión como medio de comunicación es dar voz a los diferentes sectores de actividad y en este caso, ambos sectores generan más del 8% del PIB de la economía española y aglutinan a más de 6.000 empresas a cuyas peticiones damos voz hoy desde esta tribuna.

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