La tormenta perfecta que deja sin financiación a startups maduras
Un cóctel de crisis formado por la guerra de Ucrania, los altos tipos de interés y los ajustes en las grandes tecnológicas de Estados Unidos, las llamadas «big tech», entre otros factores, está provocando que las startups españolas tengan dificultades para cubrir rondas de financiación en fases maduras.
Estos efectos se notan, por ejemplo, en que las valoraciones de las startups que aspiran a captar un volumen de financiación considerable se han reducido en los últimos meses, con lo que se endurece el camino para que se conviertan en nuevos «unicornios», que es como se denomina a las compañías valoradas en más de 1.000 millones de dólares.
Así lo indican a EFE cuatro relevantes voces del sector de las empresas emergentes de Barcelona -el quinto ecosistema de startups de la Unión Europea (UE), de acuerdo con el ranking de la consultora StartupBlink-, que defienden que los emprendedores deberán adaptarse al nuevo contexto, que pese a todo seguirá ofreciendo oportunidades.
Caen las valoraciones, habrá menos unicornios
«Los tipos de interés cero e incrementos sostenidos en bolsa han llevado mucho dinero a las tecnológicas. No creo que haya sido una burbuja, pero ahora habrá una corrección temporal, como pasa en todos los sectores», señala el cofundador y consejero delegado de Fractus, Rubén Bonet, que también es socio fundador del fondo Abac Nest.
Coincide con él el consejero delegado de la asociación privada Tech Barcelona, Miquel Martí, quien cree que «seguramente habrá una corrección en las valoraciones» pese a que la situación es mejor «respecto a lo negro que pintaba en septiembre».
Así, es de prever que los unicornios aparezcan con más dificultad o que los ya existentes corran el riesgo de perder esta condición: en Barcelona se cuentan los casos recientes de Wallbox, Travelperk, Glovo o Factorial.
El contexto económico ha llevado a los inversores a cambiar de chip y a fijarse ahora «más en la sostenibilidad de la empresa que en sus crecimientos».
«Hasta ahora se trataba de conseguir dominar el mercado y ya resolveremos luego el problema del modelo de negocio», explica el fundador de la agencia Bemobile e inversor Marc Borrell.
Ahora, en vez de los unicornios, ganarán peso los camellos, que son firmas de crecimiento más gradual pero, al mismo tiempo, más sólido y de rentabilidad más inmediata, añade Borrell.
Cada vez más se pide a cualquier startup emergente un planteamiento de rentabilidad y que defina más claramente que hace algunos años cuál será su camino hacia la monetización, completa la directora de BStartup, el vehículo inversor del Banco Sabadell para empresas emergentes, Yolanda Pérez.
Aguantan las «fases semilla»
Pérez también asegura que el efecto de la guerra de Ucrania y los recortes en grandes tecnológicas en EE. UU. -que en casos como Meta, Twitter o Amazon han anunciado despidos masivos- no se está notando aún en las fases muy iniciales, porque las valoraciones en estas fases semilla «siguen siendo altas».
En cambio, sí tiene cada vez más impacto en compañías en una fase más madura de desarrollo, las que afrontan rondas en series C para escalar su crecimiento: «Están siendo más difíciles ya, porque los múltiplos que se plantean están siendo más bajos y se exigen crecimientos del 100 %», explica.
Borrell coincide con el planteamiento de la responsable de BStartup y señala que los fondos de capital riesgo prefieren «poner un pie» en las emergentes en sus primeras fases porque ello les da prioridad a la hora de participar en nuevas rondas de financiación.
En cambio, el fundador de Fractus difiere en este pronóstico y cree que los grandes inversores priorizarán proyectos en los que ya están para asegurar su viabilidad antes que emprender nuevas aventuras.
En cualquier caso, Martí, de Tech Barcelona, cree que no cesará la creación de empresas, en parte debido al creciente apoyo del sector público, y destaca que no solo los emprendedores se afanan en buscar financiación, sino que, desde la pandemia, los propios fondos también buscan activamente oportunidades.
El momento de las «deeptech»
En cuanto a los sectores con mayor potencial, Bonet resalta el potencial de las startups «deeptech» (de tecnología profunda, que se basan en innovaciones disruptivas): «No dudo de que habrá una gran emergencia de estas empresas», augura con relación a unas firmas que además tienden a ser más camello que unicornio.
«El time to market es más largo, pero cuando sale bien tiene un gran impacto», defiende.
Martí se suma a este pronóstico y apunta más en concreto al sector salud, especialmente fuerte en Barcelona con importantes centros de investigación que han derivado en relevantes «spin-off» (filiales o escisiones).
«Barcelona tiene un potencial brutal», añade Borrell, y debe ahora buscar que grandes fondos de capital riesgo internacionales instalen sus oficinas en la ciudad, lo que crearía «un caldo de cultivo» ideal para multiplicar todavía más el potencial de las emergentes.
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