El prestigioso Credit Suisse, segundo banco más grande de Suiza, anunció el jueves sus resultados durante el tercer trimestre de 2022 y no son buenos. Por cuarto mes consecutivo, la entidad suiza no consigue frenar la sangría y reporta unas pérdidas de 4.060 millones de euro. Las pérdidas de la firma ascienden a un total de 5.900 millones durante los primeros 9 meses de este año, una caída del 35 % con respecto al mismo periodo del 2021.
Paralelamente a los malos resultados, la entidad suiza anunciaba la aplicación de un plan actualizado de recuperación, que pasa por una «reestructuración radical» de su banca de inversión y dos ampliaciones de capital. El anuncio provocaba una caída en bolsa del banco del 18%, y las acciones que comenzaban la jornada a 4,8 francos suizos, cayeron a 3,9 francos, una cifra próxima a su mínimo histórico.
En consejero delegado del banco, Ulrich Körner, ha explicado que los resultados de la compañía han sido «decepcionantes» para sus accionistas. Estos serán fundamentales en su nuevo plan de acción, por lo que desde la entidad afirman que tomarán una serie de acciones decisivas para «reenfocar Credit Suisse hacia sus necesidades y las de los clientes».
¿Qué ha pasado?
Ha sido también el propio Körner quien explicaba los motivos que han llevado a la compañía a perder cerca de 6.000 millones de euros en menos de un año. «En el tercer trimestre, y en lo que llevamos de año en general, nos hemos visto muy impactados por un mercado y unas condiciones macroeconómicas en continua dificultad, que han producido malos resultados especialmente en nuestra banca de inversión», ha explicado el directivo.
La firma buscará, por tanto, un reducir tamaño y ganar flexibilidad, desprendiéndose de aquellas inversiones que la están lastrando y centrándose en los negocios más rentables. La recapitalización de la entidad pasará por diversas reestructuraciones y el enfoque en el asset managemente, los mercados de capitales y el patrimonio del banco suizo.
La situación no es nueva. Ya durante el 2021 la compañía suiza reportó unas fuertes pérdidas de 1.580 millones de euros, debidas principalmente a su exposición al desplome de dos firmas en las que participaba, el fondo de cobertura estadounidense Archegos y la firma angloaustraliana de servicios financieros Greensill Capital.
Una reestructuración radical
El presidente de Credit Suisse, Axel Lehmann, afirmó que el plan de reestructuración de la firma anunciado hoy, que incluye un recorte de 9.000 empleos y ampliación de capital con ayuda de la banca saudí, servirá para reconstruir la entidad y convertirla en «un banco fuerte, eficiente y de bases sólidas».
«Hoy abrimos un nuevo capítulo en la historia de nuestro banco, un banco asentado desde 1856 en espíritu emprendedor, servicio a los clientes, responsabilidad, asociación y meritocracia», ha asegurado Lehmann.
En el negocio de productos titulizados, la firma ha anunciado que se desprenderá de «una importante parte» de estas actividades, que transferirá a la firma neoyorquina Apollo Global Management, con el fin de convertir su banca de inversión a un modelo «más estable, menos intensivo en capital y más centrado en el asesoramiento».
Como parte de la reestructuración de la banca de inversión, responsable de buena parte de las pérdidas de Credit Suisse en los últimos años, se creará una unidad de eliminación de pérdidas, y nacerá un banco asociado para mercados de capitales, el CS First Boston.
Dinero saudí al rescate
Conjuntamente a la reducción de tamaño, la intención de la entidad para recuperarse pasa por recaudar 4.020 millones de euros mediante la emisión de nuevas acciones. Por el momento, la firma ha cerrado un acuerdo con el Saudi National Bank, que está dispuesta a adquirir el 9,9 % del capital social de Credit Suisse con un compromiso de hasta 1.510 millones de euros.
La banca saudí se ha comprometido a una primera ampliación de capital de 1.860 millones de euros, que se someterá a votación en una asamblea extraordinaria que se celebrará el 23 de noviembre.
La segunda, sin necesidad de votación, estará abierta a los actuales accionistas de Credit Suisse y con ella se espera recaudar los 2.160 millones de euros restantes, una cifra que se ampliaría a los mencionados más de 4.000 millones de euros, si la primera emisión de acciones no es aprobada en asamblea.
Abandonar el barco
Las aguas están revueltas en la entidad y son muchos los que deciden cambiar de destino. En un año de continuos relevos en el banco, Credit Suisse ha anunciado la marcha de su actual jefe de cumplimiento corporativo, Rafael López, quien será sustituido por la ejecutiva Nita Patel, que será responsable a partir de ahora de identificar los riesgos empresariales y legales para la compañía.
En enero dimitió el presidente del banco, Antonio Horta-Osório, tras revelarse que no había respetado una cuarentena durante la pandemia de covid-19, mientras que en abril dejó la entidad el vicepresidente Severin Schwann y en julio el hasta entonces consejero delegado Thomas Gottstein.
Por otra parte, Abanca ha fichado también a los cuatro empleados con los que contaba el banco suizo en Valencia. La entidad gallega, que recientemente completaba su integración de la red española de Novo Banco, ha aprovechado la oportunidad para expandirse con esta compra su presencia por el Mediterráneo.