Inquieto, entusiasta, curioso por aprender y por investigar hacia dónde caminan sus diferentes campos de trabajo , que son muchos, –industria 4.0, digitalización, videojuegos, programación…–; Jaime Torres, director general de la Escuela Superior de Arte y Tecnología (ESAT) se muestra muy crítico con nuestro sistema educativo, que después de ocho leyes educativas diferentes en 40 años de democracia, no ha conseguido conjugar las demandas del mercado laboral con la formación.
Con él charlamos de la proyección de esta escuela que forma a profesionales que son capaces de cambiar la visión del mundo.
– ¿Cómo llegaste a ESAT?
– Como todo gran proyecto, su gestación estuvo muy planificada y ha contado con numerosos factores positivos que ha hecho que sea un proyecto único. Mi trayectoria profesional en el mundo de los Sistemas de Información y de la gestión empresarial confluye en el Gobierno en Tecnologías de la Información en grandes empresas del sector financiero y de la formación en el ámbito nacional, que fue mi especialidad hasta incorporarme como director ejecutivo de la ESAT.
La Escuela Superior de Arte y Tecnología de Valencia nace como respuesta a una demanda de profesionales altamente especializados en la programación gráfica y la creatividad digital. Fue una propuesta que me motivaba mucho, ya que había pasado los últimos 20 años de mi trayectoria profesional buscando, con dificultad, talento en estas áreas; y ahora, por fin, iba a poder formarlo. Se añadía una componente adicional que era la motivación de poderles formar como a mí me hubiese gustado que lo hicieran conmigo.
El camino desde que pusimos en marcha la escuela en 2006 ha sido duro, pero tengo que reconocer, que ha sido maravilloso. El equipo humano que me rodeó desde un principio fue de primer orden tanto en lo personal como en lo profesional (premios nacionales de ilustración, de diseño gráfico, fotografía, usabilidad UX/UI, grandes tecnólogos y expertos docentes). Si a eso le añadimos la componente de proyección internacional y la misión de la empresa, que era hacer de la pasión de los alumnos su profesión, con una visión de excelencia educativa, no podía ser menos que feliz con la encomienda.
– Vuestro crecimiento ha sido vertiginoso y cada año os veis obligados a hacer un minucioso proceso de selección…
– Así es, a día de hoy (finales de junio) ya llevamos más de 2.200 peticiones de información para entrar en la escuela tanto de jóvenes de España como del extranjero y solo tenemos 100 plazas disponibles.
Somos un proyecto de nivel universitario que proyecta al alumno egresado a la gran compañía internacional especializada en contenido digital y la demanda es importantísima; de ahí que el alumno que llega debe enfrentarse al primer pilar de ESAT: un proceso de selección.
El segundo de nuestros pilares pasa por el conocimiento estable pero con una practicidad aplicada. ¿Esto que quiere decir? Nada de exámenes, todo se basa en prácticas y proyectos y debates en público; y si es posible en inglés.
Y el tercer pilar es la internacionalización. El mercado de la digitalización es global, pero hay ciertos players internacionales que no hay que descuidar como EE.UU., Corea, Japón, Alemania e Inglaterra. En estos países es donde deben concluir su formación nuestros alumnos. Por ello, establecimos el modelo formativo 3+1. Es decir, se forman con nosotros de la mano de profesionales en activo y tres años después, les mandamos el último año a cursar un Bachelor in Honours Degree gracias al cual obtienen su grado que les puede hacer falta a futuro para llegar a puestos directivos en grandes multinacionales.
– ¿Y cuál es el resultado?
– Nuestros alumnos, en gran parte, acaban trabajando para grandes superproducciones internacionales (Star Wars, Avatar, Call of Duty, Aquaman, Final Fantasy, GTA,…) tanto en el sector del videojuego como en el cine, los efectos especiales VFX y la animación, y todo ello con buenos sueldos.
Pero no solo se incorporan a los sectores del videojuego y del cine, sus nocimientos en programación gráfica y en generación de imágenes sintéticas pivota en otros sectores de la sociedad como el de la industria 4.0 (apps móviles, dispositivos IoT, Telemedicina, EdTech, diseño de interfaces con usabilidad UX/UI, Front End de webs, gemelos digitales, visión artificial, interfaces robóticos y de inteligencia artificial, visual data en big data…).
– ¿Qué diferencia hay entre la persona que entra en ESAT y la que se incorpora a la Universidad?
– Aquellas personas que están programando desde los 10 o 12 años, cuando llegan a la Universidad se deshinchan, se aburren, porque han empezado por una parte teórica muy elevada y empiezan a vislumbrar la parte de programación aplicada en últimos cursos y no con la intensidad necesaria para provocar motivación. Con lo que, es muy probable que se pierdan a los mejores en primero y en segundo curso. Los datos lo corroboran: “el 33% de los alumnos que comienzan una carrera técnica se lo dejan en primero y segundo año”. Además, tenemos un déficit estructural de gente técnica muy alto, eso sin contar la falta de mujeres en este tipo de titulaciones.
Mientras que en ESAT, un alumno que cursa Programación, consigue en dos meses programar desde cero, con un lenguaje de programación profesional, un videojuego completo sencillo (retrogame). El alumno se siente motivado porque ha sido capaz de llevarlo a cabo. En la segunda parte del curso, el profesor aporta información más compleja y el alumno, cuando ha terminado primero, ha asumido conocimientos que le han aportado emoción y pasión para continuar segundo curso.
En tercer curso aplican lo aprendido a un proyecto. Se trata de generar un portfolio que puedan presentar a una empresa o multinacional estas se queden sorprendidas por el nivel del trabajo realizado y, en muchas ocasiones, decide contratarlos. Las grandes corporaciones digitales no miran tanto el título como lo que sepan hacer y resolver; y lo que es más importante, cómo lo saben hacer.
Productividad desde el minuto uno
– Además de estos tres pilares que has nombrado, ¿qué otros objetivos definen vuestro modelo educativo?
Nuestro objetivo siempre ha sido crear planes de carrera individualizados porque el futuro está en la educación personalizada y a la carta. Un alumno no es igual a otro y no se les puede formar de la misma manera. Cada uno de ellos merece un trato personalizado.
Por ello, en nuestras aulas solo hay grupos de 20 personas, con uno o dos profesores por grupo –uno ejerce de titular y el segundo de apoyo– que tienen prácticamente la misma cualificación. En este sentido, en ESAT procuramos contratar gente con vocación docente y con ganas de compartir.
Entre nuestras pretensiones se encuentra generar gente técnica, que sepa trabajar y presentar un proyecto en equipo, con liderazgo, capaz de resolver conflictos, tener skills interpersonales…
Con estas cualidades, cuando nuestros alumnos, se incorporan al mercado laboral son productivos desde el primer minuto.
Por ello, a los recién egresados no se les puede pagar mal porque si lo haces estás provocando que la gente no quiera estudiar carreras STEAM. No se le puede pagar a un programador 20.000 euros anuales.
En Inglaterra y en EE.UU. sí que hay programadores y tienen buenos sueldos a pesar de que el nivel de vida sea más alto que en España. Biden lo decía: “Me dicen los empresarios que no tienen mano de obra y yo les aconsejo que paguen mejor y los tendrán». ¡Ahí reside la clave!
– Has comentado que el tercer pilar que tiene la escuela es la internacionalización. ¿Cómo se vive en ESAT y cuál es su papel?
– Aún hoy no hay conciencia generalizada de la necesidad imperiosa de internacionalizar al estudiante, tanto para su crecimiento personal como para generar una mayor oportunidad de empleabilidad en un mundo económico y laboral tan globalizado e interconectado.
Hay que abrir campo. Nuestros alumnos trabajan en cualquier país del mundo porque dominan, al menos, el inglés y el español (amén del japonés), tienen una buena base técnica obtenida de profesionales de éxito y en activo; y obtienen las mejores calificaciones en las universidades de programación internacionales, lo que les permite entrar en grandes multinacionales por la puerta grande y con buenos salarios (Google, Microsoft, Disney, ARM, Redhat, Ubisoft, Nintendo, Square Enix, 2K Games…).
Polo de atracción de talento
Nos hemos convertido en polo de atracción para grandes recruiters de talento digital internacionales. Ese talento, más pronto que tarde, vuelve a la terreta porque gracias a la tecnología, la deslocalización laboral es posible y generan en muchos casos PIB nacional, ya que desarrollan desde aquí para el mercado internacional. Pretendemos que la CV vuelva a ser líder en exportación, pero en este caso de talento digital.
De hecho, tenemos identificados a aquellos alumnos que van a despuntar y en el último año reforzamos su formación para que sepan presentar su proyecto tanto al equipo directivo de la empresa como a inversores… Tenemos un coach que trabaja las soft skills con aquellos alumnos que son más introvertidos.
Quería matizar también que no tenemos ningún adicto al juego, y si vemos alguno que tiene capacidades especiales y es adicto al juego, se le pone un tratamiento antes de entrar en la escuela. Si lo supera, se incorpora.
– ¿Ayudáis a los alumnos con menos posibilidades económicas?
– Si vemos que un estudiante está muy capacitado para cursar los estudios con nosotros pero no puede costeárselos, hacemos un esfuerzo y les apoyamos económicamente y cuando se incorporan al mundo laboral nos lo devuelven.
Salarios
Un estudiante invierte en su formación en esta escuela entre 25.000 y 26.000 euros a lo largo de tres años pero el primer año que se pone a trabajar puede ganar entre 35.000 y 40.000 euros. En este punto podríamos preguntarnos qué titulado español se incorpora con este sueldo a la empresa.
Esto no es una situación que les pase a todos alumnos de ESAT, pero podríamos decir que al 60% sí, un porcentaje muy alto. En el caso del 40% restante sus sueldos pueden alcanzar un mínimo de 25.000 euros.
Atracción de capital extranjero
– ¿Propicia ESAT que capital extranjero invierta en nuestro país?
– El capital se mueve allá en donde tiene fuentes de riqueza; y en este sector la mayor fuente de riqueza es la mano de obra bien cualificada y especializada. Si no tenemos mano de obra cualificada en España no vamos a atraer capital extranjero, con lo que hay que procurar contar con una buena red de universidades y centros formativos que generen gente atractiva para el sector.
Además, a ese capital extranjero que llega a España hay que darle facilidades fiscales. Todo ello sin descuidar a las empresas que ya están establecidas en la Comunitat Valenciana y llevan años creando empleo.
Con lo cual, son necesarios incentivos fiscales y facilitar la atracción de talento.
Y tenemos dos ejemplos recientes, 31st Union (2K Games), que en un principio se iba a implantar en Madrid y conseguimos que se viniera a Valencia; y una empresa israelí que realiza entornos digitales para juegos triple AAA y que viene a Valencia desde Tel Aviv, porque generamos talento digital que ellos conocen bien. De esta forma, estamos cerrando el círculo y eso es lo que nosotros, sin darnos cuenta, hemos ayudado a conseguir.
– ¿Habéis recibido ofertas para compraros ESAT?
– Hemos tenido ofertas de fondos de inversión extranjeros para la compra de la totalidad de la escuela y abrir en en otros lugares tanto de España como del extranjero. No he querido moverme de València por arraigo cultural y por devolver a la ciudad lo que nos ha dado y donde todavía podemos aportar mucho.
Madrid y Barcelona están muy bien pero València debe ser el tercer polo de España de atracción de talento, proyectos, capital extranjero… y si los valencianos nos vamos y no generamos negocio en este enclave tenemos un problema.
Una cosa es irse a trabajar fuera pero la formación y el conocimiento que se adquiere en ese destino debe revertir y reinvertirse en tu territorio, en tu ciudad o país, porque ahora mismo lo que nos hace falta es capital humano. ¿Por qué ahora mismo? Porque hay muchos proyectos de grandes compañías valencianas que tienen problemas para encontrar gente con talento, fiel, con skills interpersonales adecuados y con buena capacitación.
– Y de cara al futuro , ¿qué proyectos tenéis?
– Además de instaurar los programas de Cloud Computing y Ciberseguridad para 2023-24, abriremos una nueva plataforma online de la mano de una gran empresa. Me he resistido porque nuestra pasión es formar universitarios, pero de manera presencial. Como ya te he comentado anteriormente, los fondos nos están tanteando desde hace mucho tiempo y creo que ha llegado el momento de dar un salto cuantitativo pero con prudencia.
Pese a tener muchas ofertas de compra internacionales, preferimos crecer con un fondo netamente valenciano que nos va acompañar en el crecimiento, luego el mercado dirá.
En estos momentos, ESAT es una empresa sin ningún apalancamiento financiero y con buenos resultados económicos sin descuidar su faceta social de ayuda al talento.
También tenemos previsto ampliar el campus en el que estamos, cerrando un campus de 3.000 metros cuadrados de base netamente digital.
El crecimiento que nos hemos propuesto va a ser sostenido en el tiempo. Creceremos… ¡Ya lo veréis, tenemos un gran equipo!
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