El problema de la innovación en la empresa valenciana y el mito de Sísifo
El Presidente a la sazón entonces del Círculo de Economía, Antón Costas enunció hace unos años en un Foro de Empresas Innovadoras una interesante pregunta: ¿la innovación depende realmente de las políticas públicas que se apliquen o es una cuestión de actitud? ¿Es posible romper la inercia conservadora de la mayoría de empresa con políticas públicas que subsanen o alivien los problemas financieros e informativos que lastran la predisposición a innovar? ¿O bien la visión que haga de la innovación un pilar de la estrategia competitiva de la empresa pasa ante todo por el cambio de actitud del empresariado?
Éxito significativo pero poco sostenido
Las cada vez mejor nutridas ayudas públicas y el número cada vez mayor de agentes que trabajan en pro de convertir la innovación en el polo de la estrategia empresarial han tenido un éxito significativo pero poco sostenido.
Con la Estrategia RIS3, que movilizó en el periodo 2014-20 más de 530 millones de euros de fondos públicos, el número de empresas innovadoras valencianas pasó en el quinquenio 2014-19 de 1780 a 3187 con un alza del 79%, en tanto que el gasto privado en innovación se multiplicó por 1,4.
Sin embargo, los datos de la última Encuesta sobre innovación en las empresas de 2020 del INE apuntan a la inestabilidad de este crecimiento. El número de empresas valencianas con gasto registrado en innovación apenas alcanzó ese año las 2.256, que suponen solo el 13,24% del total de empresas regionales.
Solo el 13,2 de las empresas valencianas registran gasto en innovación
Ante el primer contratiempo serio, el número de empresas volcadas en la innovación ha retrocedido en cerca de un 30%. No es la primera vez que esto sucede. A las puertas de la crisis financiera de la pasada década, en 2007, el número de empresas valencianas con gasto en innovación alcanzó las 3.183, con un gasto medio de 318.307 euros.
Cinco años después, en la antesala de la recuperación, los índices respectivos eran de 2.043 empresas (casi un 36% menos) con un gasto medio de 305.334 euros. Diez años después, en 2017, el gasto privado total en actividades innovadoras aún no había recuperado el nivel de los 1.000 millones de euros, que había sido netamente sobrepasado ya en 2007.
La Generalitat planea triplicar la inversión pública en I+D+i entre 2021 y 2024 hasta un total de 1.100 millones de euros con la actualización de la Estrategia de Especialización Inteligente S3. La duda es si los resultados de mejora del sector privado serán esta vez más sostenibles.
Mito de Sísifo
El mito de Sísifo, condenado a subir sin cesar una roca hasta la cima de una montaña; desde donde indefectiblemente la roca volvía a caer rodando hasta el valle; podría describir la sensación de impotencia y de trabajo inútil que embarga algunos de los centros que deberían encarnar la apuesta por la modernidad de la empresa valenciana.
Es comprensible esa sensación de desánimo que prende cuando, tras alcanzar un éxito; las circunstancias impiden consolidarlo y que se haga moneda común el cambio.
Ver cómo ante la primera crisis en los mercados o cómo los sucesivos relevos generacionales en la empresa familiar no son nuevos alientos que redoblen la búsqueda de estrategias inteligentes que abran futuros esperanzadores, sino retrocesos en los que la roca al rodar montaña abajo deshace todo el buen trabajo hecho hasta entonces, no es plato de fácil digestión.
Pero frente a la renuncia a la perseverancia que podría emanar de este esfuerzo sin frutos aparentes, hay que pensar, como hizo Albert Camus, que las situaciones descritas por este mito se vencen a base de rebeldía, libertad y pasión compartida. Este pensamiento resiliente, inasequible al desaliento, es el que inspiró a Churchill cuando dijo aquello de que “el éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo”.
Desde el convencimiento y el conocimiento
Dicho de forma menos metafórica, la labor de concienciación y de estímulo del cambio del paradigma directivo sigue siendo una pieza crítica para romper la inercia de una empresa poco mentalizada con el valor que la innovación aporta pues recorta la inversión en la misma cuando la cosa se pone cruda.
Pero la empresa valenciana, además de un cambio cultural que redoble su pasión innovadora, requiere conocimiento e información a raudales sobre las oportunidades tecnológicas; las demandas del mercado; las estrategias de la competencia y los socios con los que poder armar consorcios de innovación.
Solo así podrán redoblar la diferenciación de productos, procesos y sistemas de gestión. Incluso en entornos altamente innovadores como el Parque Tecnológico de Paterna, rico en centros tecnológicos de referencia y en empresas líderes tecnológicos de sus respectivas industrias; el mercado del conocimiento para la innovación sigue adoleciendo de graves fisuras.
Movilizar recursos desde los clusters
Probablemente la mejor baza que la economía valenciana tiene para redoblar la apuesta privada por la innovación es que la movilización de recursos surja desde los clusters en que se organiza su actividad productiva.
La jornada sobre Oportunidades de innovación colaborativa en TICS, inteligencia artificial, ciberseguridad e inteligencia competitiva celebrada recientemente en el Parque Científico de la Universitat de València dio la oportunidad de conocer dos experiencias prometedoras en esta dirección.
Jackie Sánchez y César Calabuig presentaron el Mobility Innovation Valencia. Un ambicioso proyecto de innovación colaborativa emanado de AVIA para aunar conocimiento en pro de la movilidad inteligente; en el que el protagonismo descansa en las propias empresas ligadas a la automoción.
La segunda experiencia fue el proyecto INDITEC. Programa de impulso de la innovación colaborativa y la transferencia de conocimiento; mediante la vertebración de redes tractoras y una plataforma digital compartida por el Parque Tecnológico y los polígonos industriales.
Con este proyecto, la EGM del Parque Tecnológico de Paterna inaugura sus servicios de apoyo a la innovación presentando MAPITEC, un Mapa del Conocimiento para la Innovación construido en primera instancia desde y para las empresas localizadas en los parques empresariales de esta localidad, aunque con el objetivo de extenderse al resto de polígonos y parques regionales.