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Los valores a extraer de la pasión de Cristo

Hoy Sábado Santo es un día de reflexión y silencio para los cristianos, esta noche se celebra la Vigilia Pascual y se espera la resurrección de Jesús en el Domingo de Resurrección. La reflexión siempre es deseable y muy necesaria, y más en los tiempos que corren.

En estos días de Pascua, además de datos económicos, de los cuales nos alegramos –la ocupación hotelera supera el 90 % y los vuelos se han triplicado con respecto al año pasado– y de la información meteorológica –que parece que nos va a acompañar–, es interesante que los medios de comunicación y los lectores hagamos también una reflexión sobre los valores de lo que realmente se celebra estos días, y es la muerte y resurrección de Jesús. Ya que estos valores son aplicables a cualquier persona, directivo, político, empresario, etc.

Si analizamos las intervenciones de Jesús en el relato de la pasión que refleja el evangelio según San Juan, podemos extraer cuatro valores muy interesantes:

El primero de ellos es LA VERDAD. Cuando Jesús fue interrogado y preguntado sobre si Él era el rey de los judíos, podría haber dicho que no y librarse de lo que le iba a suceder. Sin embargo, optó por decir que sí, por decir la verdad y asumir todas las consecuencias.

La ética en los negocios y en las actuaciones no solo personales, sino también profesionales, es fundamental, y decir la verdad es una de las enseñanzas que podemos extraer y que debemos de aplicar para generar negocios y relaciones duraderas y consolidadas.

El segundo de ellos es pensar en EL PRÓJIMO antes que en uno mismo. Cuando Jesús iba hacia el Monte del Calvario, se giró hacia las mujeres que iban llorando detrás de él y les dijo «no lloréis por mí, sino por vuestros hijos», es decir, antepuso el sufrimiento de otros al suyo.

Esta enseñanza aplicada al terreno económico y empresarial debe hacernos reflexionar sobre cómo podemos ayudar a otras compañías a crecer o cómo podemos cooperar con nuestros proveedores y clientes para que todos los negocios sean un ‘win-win’, y no un ‘win-lose’.

El tercero de ellos es LA COMPASIÓN. Cuando el buen ladrón –crucificado a la derecha de Jesús– le inquirió para que se acordase de él cuando llegara a su reino, Jesús en lugar de echarle en cara sus culpas, le dijo, «no te preocupes porque hoy estarás conmigo en el Paraíso». Este valor nos enseña a ayudar a los demás para intentar que no sufran, y también es extrapolable a la vida empresarial, donde apoyamos a compañeros, clientes y otros ‘stakeholders’ en momentos difíciles.

Y el cuarto es EL PERDÓN. Cuando Jesús clavado en la cruz y sufriendo todo tipo de vejaciones dijo, «Señor, perdónales porque no saben lo que hacen». Fijaos si hay que tener altura de miras y serenidad para poder perdonar a los que te han dado un trato tan malo. Y esta altura de miras es lo que hace que un directivo o un buen profesional no se quede anclado en la crítica y en la mediocridad, sino que perdone las faltas ajenas y ante un obstáculo vea la salida y ante una objeción vea una reinvención.

Estos cuatro valores como son la verdad, preocuparse por el prójimo, la compasión y el perdón son valores humanos sobre los que tenemos que reflexionar a diario, porque los humanos somos los que dirigimos empresas, ciudades, gobiernos y países y si los aplicáramos más a menudo, seguramente habría menos guerras de todo tipo en el mundo.

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