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Reto en Sanidad: Habrá diferencias entre quien pueda o no pagarse el tratamiento

Para abordar los retos que el sistema sanitario tiene por delante, Caixa Popular, entidad valenciana referente en banca de proximidad y en compromiso social, se ha sumado a Economía 3 en esta mesa de trabajo con representantes del colectivo celebrada en nuestro Club Deportivo Empresarial, Alcatí.

Mercedes Hurtado, presidenta del Colegio Oficial de Médicos de Valencia puso de relieve la situación actual de estos profesionales: “En un personal que ya estaba sobresaturado por la carencia de recursos, la precariedad se ha acentuado mucho más. Nos encontramos con profesionales cansados y con unas listas de espera aumentadas. Por lo que es necesario que la situación se reconduzca”.

Reto en Sanidad: Habrá diferencias entre quien pueda o no pagarse el tratamiento

Por otro lado, considera que se ha confundido telemedicina con teleconsulta: “La teleconsulta nos ayuda, pero al paciente hay que verlo, hay que explorarlo y la relación médico-paciente se debe conservar”.

En cambio, cree que la digitalización y la telemedicina supondrán un cambio de paradigma enorme. “Pero todavía están en pañales”. Como ejemplo, señaló que toda la tecnología para el diagnóstico por imagen puede descargar mucho al sistema. ¿Cómo? Dotando de estas herramientas a la atención primaria para el intercambio de imágenes con la especializada y viceversa. “Si bien, todo eso supone una inversión tremenda, que además la sanidad pública no puede asumir por sí sola, y con esto pongo sobre la mesa la necesaria colaboración público-privada”.

José Luis Rey, director gerente de Vithas Valencia 9 de Octubre; médico inspector que ha trabajado 25 años en la sanidad pública y en 2016 dio el salto a la privada; explicó que es uno de los grandes detractores de la diferenciación público-privada: “Creo en el abordaje integral de la sanidad y de la asistencia sanitaria a los ciudadanos”.

¿Pública o privada?

“No nos preocupemos –continuó Rey– de si el servicio lo presta un funcionario o un trabajador, porque somos iguales –de hecho yo era exactamente el mismo hace 10 años como funcionario que ahora trabajando desde el sector privado–”. “Y tanto unos como otros estamos colegiados en los mismos Colegios –incidió la presidenta de Valencia–. “La única gran diferencia, –según Rey–, son las herramientas de gestión que utiliza un modelo u otro”.

“Ahora el elemento que me sujeta a mi puesto de trabajo son los resultados, y no hablo solo de resultados económicos, sino de resultados en la salud de los pacientes, en la calidad, en la eficiencia del modelo…”, añade el directivo.

Coincidieron los presentes en que los datos no deben medirse solo en función de la productividad: número de pacientes vistos, intervenciones… Los indicadores deben abordarse desde la perspectiva del paciente. Es decir, cómo estaba antes de iniciar el proceso y cómo se encuentra después.

Para el gerente de Vithas 9 de Octubre la sanidad tiene por delante un gran reto: cómo financiar un sistema que por necesidad va a ser mucho más costoso. “Hay que plantear hasta qué punto y cómo podremos financiarlo”.

¿Por qué se encarece el sistema sanitario?

Al respecto concretó algunas causas: “Va a ser más costoso por la mayor esperanza de vida; por la revolución tecnológica en el diagnóstico –gracias al big data, la IA…–; así como por la revolución en los tratamientos quirúrgicos –con asistencia robotizada y amplificación de la imagen–; por la medicina de precisión, basada en la genética, etc.”.

3.000 euros mensuales para pacientes con cáncer

A colación, añadió que, según las últimas estimaciones, ya en un 30 % de los cánceres podemos actuar con dianas terapéuticas específicas; utilizando citostáticos que permiten retrasar la evolución del tumor entre 7 y 10 años con un tratamiento que viene a costar entre 2.000 y 3.000 euros mensuales/paciente. “Si en 5 años prácticamente habrá dianas específicas para la mitad de los tumores más prevalentes (pulmón, mama, colon…), el coste de las innovaciones terapéuticas se disparará”.

¿Es lógico renunciar al copago?

No obstante, subrayó algunas de sus ventajas y ahorros: “No daremos farmacología o quimioterapia de manera innecesaria; en materia de prevención, seleccionaremos a los pacientes con un riesgo genético específico…”. Pero, pese a los ahorros implícitos, las cuentas son claras: los costes podrían duplicarse. Ante lo que Rey se preguntó: “¿Cómo vamos a abordar este reto, enfrentando lo público y lo privado? ¿Con anatemas sobre la colaboración público-privada y el copago?”

A lo que añadió Mercedes Hurtado: “Y más teniendo en cuenta la visión cortoplacista de los políticos, centrada en cuatro años; cuando sabemos que cualquier ahorro podrá llegar a largo plazo, después de una inversión tremenda”.

Apartar a la sanidad del debate político

En este punto, los presentes coincidieron en que se requiere un gran pacto por la Sanidad, apartándola del debate político, para hacer sostenible un sistema eficiente a largo plazo.
“Teniendo en cuenta una cosa –recalcó Rey– que el coste será tal, que tendremos que decidir hasta qué porcentaje del PIB estamos dispuestos a destinar a Sanidad”. Por tanto, entra en juego un debate ético importantísimo: habrá un límite al que pueda llegar la sanidad pública. Y no hay que obviar, opinó, que habrá diferencias en función de la situación económica de cada ciudadano, si este está dispuesto a costearse el tratamiento.

Buscar modelos de éxito

Una vez sabiendo a dónde se quiere o se puede llegar con un sistema universal, los presenten también coincidieron en que habrá que tomar una decisión única, consensuada y continuada; no sometida a cambios políticos. Un sistema que puede ser copiado. “Podemos aprender de otros modelos de éxito –el benchmarking ha existido siempre en todos los sectores–. Si algo funciona por qué no aplicarlo”, puso de relieve Leo Delgado, responsable de Colegios Profesionales de Caixa Popular.

«Dos grandes ineficiencias de la sanidad pública: su modelo retributivo y la gestión de equipos»

Otras dos grandes ineficiencias de la sanidad pública, según Rey tienen que ver con dos aspectos: su modelo retributivo y la gestión de equipos. “No es un modelo incentivador, porque vas a ganar lo mismo, hagas más o menos”. Pero tampoco confía Rey en un sistema liberal a ultranza –donde al profesional que escasea se le paga 10.000 y al que abunda 5–. Pero insistió: este no es un sistema proporcional al esfuerzo que se realiza por parte del profesional.

Por otro lado, opinó que no es un sistema que motiva la retención del talento. “Formamos a los mejores especialistas para lanzarnos a un mundo laboral sin encaje. ¿Por qué no hacer como los americanos que forman a neurólogos y les obligan a quedarse allí con sueldos atractivos? Nuestras mejores enfermeras están en Reino Unido… La fuga del talento es grandísima”.

La segunda gran delimitación que encontró Rey en el sistema público es la gestión de equipos de profesionales. Como ejemplo señaló: “Ni siquiera un jefe/a de servicio puede contar con un equipo de confianza y responsabilizarse de unos objetivos”. “Es más, muchas veces se encuentra con un equipo en rotación constante o donde faltan los especialistas que requiere”, añadieron.

El impacto de la tecnología en los costes

Nacho Bermejo, director de Innovación en Rehabilitación y Autonomía Personal del Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) hizo hincapié en la otra cara de la moneda: en la rebaja de los costes de la tecnología. Por poner un ejemplo, antiguamente la tecnología dedicada a la valoración de la marcha de niños con parálisis cerebral superaba los 40.000 euros y actualmente podemos encontrar dispositivos por 3.000 euros: “Este ahorro permite dotar de tecnología no solo a los centros de referencia, sino también a cualquier servicio que lo necesite”.

En la misma línea reconoce: “La tecnología ya la tenemos o está disponible en el mercado, el problema es la gestión que hacemos de ella”. Implantar un sistema de telerrehabilitación, por ejemplo, debe llevar aparejado dedicar recursos a su seguimiento, sabiendo que puedo ser más eficiente y ahorrar al paciente visitas o intervenciones innecesarias. Sin embargo, es necesario revisar los procesos asistenciales, dedicando tiempo y personal a sacar partido a la tecnología.

¿Falta personal de enfermería en España?

Carmen Casal, vocal del Colegio Oficial de Enfermería de Valencia y docente en la UV, subrayó que el personal de enfermería “siempre ha estado trabajando bajo mínimos y ahora con la pandemia se han dejado ver esas carencias”. “Aun así, los profesionales hemos dado el mil por mil; hemos demostrado que somos universales y que tenemos una capacidad de adaptación muy grande; pero estamos agotados porque, además, estamos siendo los responsables de toda la vacunación”.

Sobre la palestra puso algunos datos: el ratio de enfermería en España es bajo. “Si lo comparamos con los líderes europeos, mientras allí hay entre 9 y 10 enfermeros por cada 100.000 habitantes, aquí en España hay 5 o 6”. Otra reivindicación: “Todavía pertenecemos al grupo A2 del funcionariado, cuando ya en 1977 dejamos de ser ATS. Somos graduados y tenemos nuestras propias competencias”. Concretamente por el artículo 58.9 del Estatuto de personal sanitario no facultativo de 1973 aún no se reconoce la equiparación de Enfermería al grupo A1 del funcionariado que tanto reivindican.

Cronicidad y prevención

Otros de los retos apuntados en esta mesa son: la gestión de la cronicidadpor el paulatino envejecimiento poblacional y la multitud de pacientes con polipatologías–, así como la prevención. “Si no fomentamos la prevención y la salud pública volveremos a caer otra vez en los mismos errores”, indicó Mercedes Hurtado. Al respecto, Bermejo consideró esencial hacer un buen screening a fin de detectar posibles patologías precozmente, pero sabiendo que la prevención “cuesta dinero y hay que dotarla”.

¿Quién es y qué hace el gestor de casos?

Los presentes pusieron en valor la figura del gestor de casos, que recae principalmente en el personal de enfermería: “Pone orden en la prescripción farmacológica y facilita al paciente todos los servicios sanitarios para cubrir sus necesidades”, expuso Carmen Casal.

Al mismo tiempo, convinieron en reivindicar más tiempo a la anamnesis –exploración clínica mediante interrogatorio– y al análisis holístico del paciente: “No nos centremos solo en la información puramente clínica, sino que tengamos en cuenta su contexto para poder plantear una intervención más adecuada y eficiente”. “Precisamente el hecho de valorar al paciente en su entorno, es algo que hace el personal enfermero cuando acude a su domicilio, pero la falta de recursos nos obliga a centrarnos prácticamente en la técnica (curas, control de constantes…), etc.”.

¿Por qué mi expediente no se puede consultar en cualquier punto?

Insistieron los profesionales: Hace falta un registro único. “Si nos comunicamos poco y además tenemos sistemas distintos –donde muchas veces no se ‘hablan’ ni los centros y hospitales de la misma comunidad– es imposible que la información llegue donde tiene que llegar”. “Técnicamente los sistemas son capaces de integrarse hace falta voluntad e inversión”, constató Bermejo.

Otra cuestión a debate es la rigidez normativa, por ejemplo en el caso de la Ley de Contratación del Sector Público. Subrayaron: La flexibilidad es necesaria para comprar mejor e incluso más barato, porque de lo contrario la rigidez del sistema lo hace ineficaz e ineficiente, sobre todo porque el criterio primordial es el precio de la tecnología que es un criterio cortoplacista. Se tiene que pensar en toda la vida del activo: si su gestión complica el funcionamiento del servicio, si el propio mantenimiento incrementa los costes, el personal que requiere, el grado de obsolescencia…

En definitiva, según los presentes, urge un gran pacto para hacer sostenible un sistema eficiente a largo plazo, que requiere apartar a la sanidad del debate político.

Caixa Popular con los Colegios Profesionales

Desde Caixa Popular, Leo Delgado puso en valor una banca de proximidad, social y diferente; “Con la que queremos fortalecer y enriquecer a la sociedad valenciana en todos los ámbitos; económico, social, educativo, sirviendo de altavoz para abordar cuestiones de interés, etc.”.

Más allá de la relación que la entidad mantiene con prácticamente todos los colegios profesionales valencianos, Caixa Popular se pone a disposición del colectivo sanitario. A través de sus colegios, con el objetivo de ayudarles y facilitarles todo tipo de servicios en condiciones especiales.

“Desde Caixa Popular pensamos que los colegios profesionales tienen un valor fundamental en la sociedad valenciana. Representan a más de 100.000 colegiados, con un peso muy importante en el PIB de la ciudad. Así, hemos creado una división en Colegios Profesionales, con un equipo especializado en el sector sociosanitario. Trabaja para ofrecer condiciones ventajosas en productos y servicios financieros a hospitales; residencias; centros sanitarios y clínicas, así como a sus trabajadores… tratando de establecer convenios de colaboración en beneficio mutuo”.

Además de temas de financiación, Caixa Popular se compromete a patrocinar las actividades de formación que desde los Colegios se ofrecen. “En definitiva somos muy conscientes de la labor que realizan los sanitarios y nuestro compromiso está en prestarles todo el apoyo posible”, subrayó Leo Delgado, responsable de Colegios Profesionales.

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