Alicante, una sede bancaria efímera

Alicante, una sede bancaria efímera

Habrá que ir haciéndose a la idea de que la capitalidad financiera alicantina tiene fecha de caducidad. La decisión de trasladar la sede social del Banco Sabadell de Barcelona a Alicante hace tres años supuso una inyección de optimismo para una provincia fuertemente hundida tras la intervención al Banco CAM y sobre todo, tras la venta de todo un símbolo patrio por un euro. Nadie te valora cuanto te venden por un euro.

El desembarco, aunque solo fuera institucional, del equipo directivo de Josep Oliu sirvió para retomar cierta seriedad y también para mantener vínculos sentimentales entre la cartilla de las antiguas cajas de ahorro. El Sabadell, con sus aciertos y errores, tomó el relevo de una banca de proximidad y de pymes, descartando  un legado patrimonial y cultural que aún sigue sin tener un futuro claro.

Tras las enormes dudas que generan procesos así, comenzó en 2011 -aunque la fecha oficial es junio de 2012-, un asentamiento en la provincia de Alicante y por extensión en la Comunitat Valenciana a distintos ritmos. Alicante era el motor de la CAM y a partir de ahí se abrió Murcia y en menor medida el resto de provincias valencianas.

La fortaleza del Sabadell en territorio alicantino es indiscutible, porque heredó un histórico de la CAM que supo conservar. Desde entonces, su lista de absorciones ha sido estratégica y marcada por el crecimiento. Ligadas a la zona de Levante o Este, como la denominan en la entidad, la compra del BMN -antigua Caja Murcia.

No con Bankia

Desde su aterrizaje ‘forzoso‘ en Alicante, las convocatorias con los medios de comunicación han visto como sistemáticamente se repetían dos preguntas: ¿qué hay de la fusión con Bankia? por parte de los periodistas de la ‘terreta‘ y cuándo vuelven a Cataluña, por parte de los redactores catalanes. El consejero delegado Jaime Guardiola se armaba de paciencia y respondía a la primera siempre ‘no’ y a la segunda ‘no está en la hoja de ruta’.

A finales de octubre y con toda la fusión CaixaBank en alza, la pregunta ya solo era si había fusión. La respuesta siguió siendo no, pero «estamos abiertos a oportunidades«. Guardiola, como el resto de dirigentes financieros, son conscientes de que la pandemia ha cambiado el tablero y cuando uno juega a ser tanto tiempo la novia no es difícil prever que tarde o temprano se casaría. Lo malo de esta boda es que el convite ya no será bajo las palmeras del mediterráneo. No habrá pedida desde lo alto del Castell.

Y quizás esta frase no sea la más adecuada para un medio de números como es Economía 3, pero es que he aprendido a ponerle «sentiment» a los presupuestos desde que la financiación autonómica se escribe con millones reivindicativos.

Ahora que BBVA y Banco Sabadell han iniciado conversaciones formales para su fusión, las cifras reales dan vértigo; pero también suena a posible que Alicante pierda la sede social de esa fusión. No me imagino a un BBVA abandonando Bilbao.

A favor, Alicante tiene el centro tecnológico y de tratamiento de datos en el que se ha convertido para la entidad catalana. Esperemos acontecimientos y esperemos ver cómo empresarios y responsables políticos reman en la misma dirección para mantener en la provincia todo el empleo y volumen de negocio que sea posible -amén de la pandemia.

No olvidemos que la llegada del Sabadell a la avenida de Óscar Esplá trajo en 2018 una relevante inyección de depósitos a la provincia. El Instituto de Estudios Económicos, Ineca, llegó a estimar que la salida del Sabadell de Cataluña supuso un incremento de unos 6.000 millones de euros, «cuando el conjunto de España apenas ha incrementado un poco sus depósitos y en cambio, la provincia de Barcelona ha contabilizado una reducción de unos 27.000 millones de euros- Es decir, casi 1 de cada 5 euros depositados en Barcelona han salido de dicha provincia. El destino de estos fondos, entre otros, ha sido Alicante que recogería un 22% de esta salida, o también, por ejemplo, la provincia de Madrid, que también habría visto incrementar sus depósitos en unos 14.000 millones de euros, algo más de la mitad de los salidos de Barcelona«.

Si las conversaciones son flor de un día, como lo fueron las de Bankia y Caixabank, la salida de estos depósitos se realizarán en un momento complejo y la radiografía alicantina sufrirá. Solo cabe pedirles a los dirigentes del Sabadell que si cierran la cuenta, que, por favor, no la dejen abierta con un euro. Mejor a cero.

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