El vicepresidente del Gremio de Churreros y Buñoleros de Valencia, Mariano Catalán confirma que las pérdidas en ventas por la suspensión de las fallas pueden superar los dos millones de euros, teniendo en cuenta que esta medida afecta a cerca de 130 buñolerías que están ocupando las calles de la ciudad de València prácticamente desde principio de este mes de marzo.
A esta cifra habría que sumar los datos de las personas que se va a quedar sin trabajo, que podría alcanzar a cuatro o cinco personas por puesto instalado en la calle, lo que podría afectar a cerca de 650 personas, sin contar las que se incorporan cuando la fiesta está en pleno apogeo; el acopio de suministros que tal y como explica Mariano Catalán, «el azúcar, el aceite y la sal no caducan y se puede guardar pero la calabaza no aguanta y se estropea y la harina tiene una caducidad de cuatro meses».
Otro de los grandes problemas que pone sobre la mesa el gremio es que la mayoría de las buñolerías y churrerías que se instalan en las calles de la ciudad de València «no son de aquí» tal y como confirma Mariano Catalán, «sino que provienen de otras ciudades españolas como Madrid, Sevilla, Málaga etc., esto supone que a todos los gastos anteriores tienen que sumar uno extra como es el alquiler de una vivienda para el mes de fallas que van a permanecer trabajando en la ciudad».
El coste que pagan por el uso del suelo por instalar sus churrerías al Ayuntamiento de València no supone una preocupación porque «el Ayuntamiento tarde o temprano nos va a devolver el dinero», relata Mariano Catalán.
Aunque si que muestra su inquietud por el contrato a tanto alzado que establecen con la empresa suministradora de la energía eléctrica. «Esto quiere decir que se hace un cálculo del gasto de luz que se va a llevar a cabo durante el periodo que esté en funcionamiento el puesto y que, muchas veces, el churrero paga por adelantado», subraya Catalán.
En cuanto al consumo de agua, el vicepresidente del Gremio de Buñoleros de Valencia ha destacado que este concepto se abona cuando se consume, «con lo cual, no supone ninguna preocupación».
Por el momento, los puestos de buñuelos y churros siguen vistiendo de luz las calles de la ciudad de València, su aroma recuerda a una fiesta que este mes no se va a celebrar. Tendremos que esperar a que el Ayuntamiento y las autoridades sanitarias anuncien esa fecha tan esperada.