¿Estamos malgastando nuestras oportunidades con la tecnología?
Europa se ha posicionado con leyes en favor de la privacidad, Así empezó Andrés Pedreño su diálogo con Jesús Conill ayer en el seminario de la Fundación Étnor. Se trató de un primer punto en el que ambos, desde su especialidad, exponer reflexiones y puntos de vistas diferentes.
De la confluencia y de la disparidad, se dibujó una conversación que dejó tantos interrogantes como afirmaciones. Y uno puede pensar: ¿Los europeos estamos malgastando las oportunidades que está abriendo la tecnología? Y si avanzamos con ella, qué coste tienen nuestras decisiones en esta materia.
Los desarrollos tecnológicos han cambiado las reglas del juego económico; pero también de bienestar y los morales. Han fijado la geoestrategia, pues Estados Unidos y China encabezan una carrera que como ambos se encargaron de reiterar ha dejado a Europa a los pies de los caballos. Y es que el profesor Conill y disruptor Pedreño caminaron ayer en la Fundación Bancaja sobre la delgada línea de la elección sobre qué tipo de sociedad queremos ser.
La directora general de Industria, Empar Martínez, destacó en su presentación que se trataba de «una conversación entre dos personas» que comparten la «curiosidad» y el atrevimiento a «cruzar fronteras«. El currículum de los dos es extenso y ambos son dos especialistas en la materia que expusieron y por este motivo, el diálogo quedó abierto a la reflexión del público.
Una Europa en desventaja
Pedreño centró parte de su argumentación en lanzar una dura crítica a los legisladores europeos. «Conviene que acotemos con efectividad nuestras reflexiones en el campo de la tecnología». «Europa es un país envejecido. El sur de Europa está en quiebra y con las tasas de paro más altas del mundo». Debemos preguntarnos, dijo el presidente de AlicanTec, «¿podemos subsistir, preservar nuestro bienestar (…) si seguimos así. Estamos siendo excesivamente restrictivos».
«Nos hemos asustado en exceso respecto al tema digital«, continuó Pedreño, quien como experto ha participado en el Consejo de Sabio del Libro Blanco sobre Inteligencia Artificial. Y a partir de ahí Europa, ha adoptado una postura de legislación preventiva nada eficiente. La principal consecuencia para Pedreño es que «estamos en una desventaja increíble«.
El ex rector de la UA habló del coste de oportunidad importante que va a pagar España sin Inteligencia Artificial. «España crecerá la mitad». «No hay desarrollo de la IA sin el input de los datos«, indicó para apuntar realidades alrededor de la medicina y la investigación. Entre los ejemplos que citó, está el caso de los problemas que se dan, en la actualidad, en nuestro país, donde asegura que «es más fácil donar un riñón que datos médicos para avanzar en IA”.
«la IA ahora mismo es muy torpe. Puede hacer las tareas más repetitivas. Los humanos podemos centrarnos en la creatividad en las emociones. La inteligencia artificial no podría ser Picasso. No es rupturista«.
Sobre este aspecto, al final, matizó que «la IA ahora mismo es muy torpe. Puede hacer las tareas más repetitivas. Los humanos podemos centrarnos en la creatividad en las emociones. La inteligencia artificial no podría ser Picasso. No es rupturista«.
Su propuesta sobre los costes de oportunidad fueron rebatidos por el catedrático de filosofía moral y política de la Universitat de València sobre el doble planteamiento que presenta esta afirmación. Por un lado, un «coste de oportunidad» como algo vital y el «coste económico» como una prioridad. En cualquier caso, Conill propuso combinar. En su propuesta, el catedrático y miembro de la Fundación Étnor aseguró que la legislación debe existir y ser eficiente en dos niveles – económica y de preservación de los derechos fundamentales. «Eficiente en este contexto«, puntualizó.
«Me preocupa muchísimo que al no cuidar la intimidad, perdemos la libertad», indicó. «El derecho a la privacidad es una cuestión jurídica, pero la intimidad es una cuestión más profunda. Eso puede ser peligroso».
Acuerdo: hibridación
En cada aspecto, Pedreño y Conill ponían sobre la mesa la necesidad de que, respecto al desarrollo tecnológico, nos posicionemos como sociedad. El punto en común vino de la mano en la formación. Andrés Pedreño expuso la falta de jóvenes estudiantes dentro de las STEM; pero sobre todo, defendió la «necesaria hibridación» entre las ingenierías y las humanidades. Jesús Conill coincidió totalmente en ello, porque «la tecnología no es neutral. La solución es que hay que discernir para contar con la capacidad necesaria para elegir teniendo en cuenta los valores».
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