Dos delicias delicatessen con el sello de la Denominación de Origen –el turrón de Jijona y el azafrán de La Mancha– se pueden degustar fusionados en una sola receta gracias a la iniciativa conjunta de dos compañías pioneras, Hijos de Manuel Picó y Azafranes Manchegos, de Alcalá del Júcar (Albacete).
Combinar ambos ingredientes no ha resultado fácil, porque la cocción del típico dulce alicantino con la preciada especia de la Meseta castellana ha requerido de arduos ensayos. “Hicimos varias pruebas en mi fábrica con azafrán en hebra y en polvo junto a las variedades turrón Jijona (de textura blanda) y Alicante (de textura dura), pero vimos que no cuajaba; tenía que ser algún producto en el que ya estuviera disuelto el azafrán”, ha explicado el gerente de la compañía centenaria de Jijona, Manuel López Espí, en el blog madeinjijona.com.
Finalmente, encontraron la mejor fórmula, unirlo al turrón cristal (caramelizado) y, aunque no es visible el azafrán, sí está presente “organolépticamente” y ya se ha puesto a la venta el fin de semana del 30 de noviembre y 1 de diciembre en las tres tiendas de la empresa jijoneca en Albacete. Este próximo puente festivo, llega también a la Feria de Navidad y Turrón de Jijona, al precio de 7,5 euros por barra de 200 gramos. “Creo que es un precio ajustado, pues el azafrán tiene un elevado coste y por el valor nutricial del producto final en sí”, ha señalado López Espí en el mismo blog.
Con chufa, untable y al gusto de la chef San Román
No es la primera ocasión en que Hijos de Manuel Picó apuesta por la innovación con otro ingrediente con Denominación de Origen, hace un par de años lanzó “Món Orxata”, de Valencia, con chufas.
También ha sorprendido a más de un consumidor con el primer turrón del mundo untable, «Turrodelia», el primero liofilizado (“Longevity”) o su tartaleta, que despertó el interés al salir al mercado de la chef alicantina y embajadora internacional del azafrán -precisamente- María José San Román, del Grupo Gourmet Alicante (Restaurante Monastrell y La Taberna del Gourmet, entre otros).
Esta estrategia de nuevos sabores no quita para que la empresa que cumplirá el año próximo 250 años de historia en su octava generación familiar mantenga el cuidado por las recetas tradicionales, un posicionamiento en el que coincide también con el socio en esta aventura, Azafranes Manchegos, que igualmente tiene solera en Albacete, porque se fundó en 1850.