Viernes, 26 de Abril de 2024
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Pau Rausell: «El diseño es una herramienta esencial para la transformación social»

Pau Rausell: «El diseño es una herramienta esencial para la transformación social»

Pau Rausell es codirector estratégico de la candidatura València Capital Mundial del Diseño. Profesor de Economía Aplicada en la Universitat de València, es un especialista de prestigio internacional en la economía de la cultura. Coordinador de EconCult, una red heterogénea de investigadores de distintas universidades y colaboradores externos, que se ha convertido en una referencia mundial en la investigación en el campo de la economía de la cultura, participa en programas europeos que tienen como objetivo la transformación a través de actividades culturales.

La entrevista tiene lugar en el despacho de Pau Rausell en la Facultad de Económicas del Campus de Tarongers. Y lo primero que se me viene a la cabeza es que necesita urgentemente un diseñador para que racionalice el caos imperante de papeles, libros y objetos diversos que campan a sus anchas por toda superficie horizontal. Rodeados de un paisaje casi diogénico (si se me permite el palabro) hablamos de cómo el diseño puede mejorar la vida de los ciudadanos.

P.- ¿Crees que todo lo que se está haciendo en torno a la candidatura de València Capital Mundial del Diseño debe servir para hacer una reflexión seria sobre lo que tiene que ser la ciudad o las ciudades?

R.- Sí. De hecho, mi implicación en el proyecto tiene que ver con eso. No me hubiera metido si pensara que es algo para los diseñadores o para el sector del diseño.

Yo creo que el diseño es una herramienta esencial en el ámbito de la transformación social y especialmente en el ámbito urbano. Nos implicamos porque estamos en un programa europeo que se llama Design Scapes que trata de utilizar el diseño como elemento activador de la innovación en el contexto urbano.

Aquí hace falta un proceso de reflexión. A veces entro en conflicto con Marisa (Gallén, presidenta de la candidatura) que es más pragmática. Pero creo que hacen falta estas metodologías académicas como elemento disruptivo de la realidad.


«Esto no es un evento. Es un proceso de aprendizaje colectivo»


No soy ingenuo. No creo que esto vaya a ser la revolución del siglo XXI. Pero mi esperanza es que podemos provocar cambios a corto plazo y transformaciones sistémicas a medio y largo plazo.

Por eso siempre insisto en que esto no es un evento. Es un proceso de aprendizaje colectivo. Desde la misma perspectiva de la lógica del diseño, el prototipado, estamos haciendo un prototipado que puede salir mal o puede salir bien. Pero el objetivo del proceso es la transformación.

P.- Aquí el reto es que el mensaje cale, que la gente entienda realmente lo que se está haciendo.

R.- Claro. Una parte del programa tiene que ver con los procesos de formación, con la toma de conciencia, con el proceso de interiorizar, de capilarizar todas estas decisiones. Pero creo que es una pedagogía fácil. Es un mensaje fácil de interiorizar.

Es fácil de explicar y de aportar evidencias con ejemplos basados en los hechos. Puede haber discrepancias en cuestiones estéticas, incluso me parecería peligroso que hubiera unanimidad en aceptar determinados cambios que tienen que ver con el diseño. Tenemos que incorporar la diversidad.

A mí me da un poco de miedo la regulación, porque al final limitas la posibilidad de ser disruptivo, de transgredir, de romper el status quo. Que los diseñadores estén de acuerdo, para mí, no es suficiente.

Hay determinados momentos en los que hay que romper con la ortodoxia. Hay que establecer ciertas reglas, pero también hay que dejar espacio para la disrupción. ¿Cómo se aterriza esto en la realidad? Creo que es bastante difícil.
Dudar, dudar siempre de la mejor solución y mirar. Que también son conceptos que vienen del diseño, como el prototipado, la comparación …

P.- Durante una semana habéis celebrado distintas jornadas participativas abiertas a todo el mundo para abordar diferentes aspectos sobre los que el diseño puede tener una relevancia significativa ¿Tienes ya un balance de resultados?

R.- A veces somos muy exigentes con los procesos de participación. Exigimos al interlocutor que estudie, que sea coherente … a veces hay que limitar un poco las expectativas alrededor de los procesos de participación. Al final parece que exigimos a las personas que trabajen de forma profesional.


«Las jornadas de participación nos han permitido identificar temas que no estaban en el planteamiento inicial y conocer a personas con proyectos muy interesantes».


Yo limitaría las expectativas de esos procesos, pero son importantes como espacio dónde dar cabida a la gente que realmente quiere implicarse en esos temas. Es algo que hemos conseguido, de hecho hemos encontrado algunos perfiles muy interesantes y te encuentras situaciones sorprendentes. Por ejemplo, en el ayuntamiento están dando formación sobre diseño y género.

Estas personas también se sienten copartícipes del proceso. Nos ha permitido identificar algunos temas que no estaban en el planteamiento inicial de la candidatura y a algunas personas con proyectos concretos que pueden ser muy interesantes para ampliarla.

En ese sentido, las jornadas han sido útiles y este modelo de varias jornadas permite que uno se apunte según su disponibilidad o sus inclinaciones. Creo que más adelante, si pasamos a la short list, deberíamos repetir, en éste u otro formato.

Una de las jornadas de participación celebradas por la candidatura Valéncia Capital Mundial del Diseño

P.- El objetivo de la candidatura es también la transformación de la ciudad.

R.- Desde mi perspectiva -que igual no es del todo compartida- yo creo que sí. De hecho, me he autoimpuesto la misión de que no sea capturada completamente por el mundo del diseño.

Debe ser un elemento central, pero debe ir mucho más allá.

Nos estamos abriendo a todos aquellos campos que tienen que ver con los procesos de creación. Esto incluye desde los científicos -incluyendo no sólo los de laboratorio, también los sociales: economistas, sociólogos, antropólogos …- porque al final son procesos creativos que implican enfrentarse a un problema y resolverlo de la manera más eficiente; que genere mayor bienestar.


«Ahora toca rediseñar los servicios públicos. Hay mucho que hacer y es una oportunidad que debemos aprovechar»


Todo el ecosistema que tenga que ver con la creatividad, la innovación, la transformación social … debe estar en el proceso. Hablamos desde las startups, los artistas, la investigación, la innovación, los científicos sociales, la I+D, incluso las propias políticas públicas que requieren de las herramientas del diseño en el proceso de transformación. Se ha acabado el modelo de políticas públicas del siglo XX.

Hay mucho campo de acción en las políticas públicas. Ahora toca rediseñar los servicios: hospitales, centros de enseñanza, servicios sociales … Hay mucho que hacer y es una oportunidad que debemos aprovechar.

P.- Y todo esto, ¿qué inversión exige, al menos hasta llegar a la short list?

R.- 50.000 euros, que es lo que han aportado las empresas que se han sumado a la candidatura.

La World Design Organization es una entidad privada y apela a los agentes de la sociedad civil para que demuestren a través de esa disponibilidad de pagar, a valorar algo que tiene que ver con el diseño.

La respuesta del mundo empresarial valenciano ha sido bastante rápida, en ese modelo mediterráneo que tenemos: improvisación, que es un valor añadido, porque improvisamos muy bien.

Un poco lo de usar el recurso que tienes a mano. Hace algún tiempo, con la crisis, utilizamos el concepto de la economía del comboi. Es un contexto lúdico divertido, dónde se utilizan recursos que habitualmente no se consideran como tales. Se comparte y ahí es donde somos especialmente competitivos.


«Los valencianos damos respuestas creativas a retos complejos con la capacidad de improvisar»


Cuando hemos tenido oportunidad de planificar a largo plazo nos han salido esos macroeventos. El resultado del plan global puede ser un desastre, pero el modelo de ejecución ha tenido un grado de excelencia elevado. Damos respuestas creativas ante retos complejos que solucionamos con la capacidad de improvisar.

La candidatura ha tenido una enorme acogida, con muy poquito, ha enganchado con mucho entusiasmo. Se ha utilizado también otro recurso muy mediterráneo, la sociabilidad: se hace una reunión y ¿por qué no hacemos esto?

A mí me ha sorprendido, porque se han sumado tanto en el ámbito político como en el empresarial . Y luego el buen rollo que hay en el sector del diseño. No hay choques generacionales. Hablan con verdadera devoción de los pioneros; están organizados, se llevan muy bien. Es algo singular y es también un valor de la candidatura.

P.- Ahora hay que acabar el Libro de Candidatura

R.- Estamos corriendo muchísimo y tenemos la colaboración de mucha gente.

Después de este primer empujón, debemos recuperar el aliento. Seguiremos estableciendo contactos y alianzas estratégicas. Pero en el ámbito de la acción, hay que esperar a ver si entramos en la short list.

El siguiente paso, en caso de que sí, hay que poner en valor todo lo que hemos hecho. No creo que ninguna otra candidatura haya hecho algo participado y consensuado Si somos elegidos, la WDO hará una visita a la ciudad y presentaremos un documento que refleje esa experiencia.

Habrá que arremangarse y ponerse con un poco más de detalle en la definición del programa y de las acciones para el evento.

P.- ¿Se pedirá el apoyo de las instituciones nacionales si Valéncia entra en la short list?

R.- Se están pidiendo ya. No tenemos constancia de que se haya presentado ninguna ciudad española más.

P.- La candidatura tiene una vocación vertebradora de la Comunitat, ¿cómo se va a plasmar este propósito?

R.- De momento tenemos el apoyo de varias empresas de primer nivel de las tres provincias y están muy implicadas.
Efectivamente, la candidatura es de la ciudad. Pero esto no quiere decir que, desde esta lógica y en un territorio relativamente reducido, no sea difícil integrarlo.

Vamos a utilizar la candidatura para activar y visibilizar el diseño valenciano en términos de comunidad. Esto implica que tenemos que intensificar las relaciones con Alicante y Castellón con experiencia concretas. Incluso se puede plantear una cierta descentralización de la programación. Es un esfuerzo que hay que hacer.

Aprovecharíamos para mostrar algunas experiencias que son absolutamente geniales. Tenemos la percepción de que todo lo de fuera es mejor, pero tenemos casos realmente singulares a nivel global.


«Aquí pasan cosas absolutamente vanguardistas en el ámbito europeo, experiencia innovadoras que incorporan diseño»


En este proyecto de Design Scape, en el que estamos con Milán, París, Delf, Stuttgart, Lisboa … hemos hecho un rastreo de las experiencias innovadoras que incorporan diseño. Hemos hecho una lista por cada una de las ciudades. Yo no he visto nada en estas ciudades que, a otra escala, no pase en València.

Aquí están pasando cosas importantes. La Marina es un proceso de renovación urbana que es absolutamente vanguardista en el ámbito europeo. La singularidad del río, que es un espacio del que se ha apropiado la gente de forma espontánea y en el que caben todos y sin planificar.

Tenemos que ir a modelos mucho más flexibles, que se adapten más a la demanda. Ser capaces de rectificar si algo sale mal, no mantenerlo por inercia. Dejemos que las cosas buenas ocurran y acompañémoslas, como dice Ramón Marrades, de La Marina.

Este es un proyecto en el que se puede sentir cómoda gente con características muy diversas, desde el punto de vista profesional, demográfico, político. Define un abanico lo suficientemente amplio para que cada uno se sitúe donde esté cómodo.

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