Antigüedad e incógnitas… una oferta distinta para el turismo

Hay pocos lugares que puedan ser casi un destino obligado para el viajero, el turista, el apasionado de la arqueología, el arte… Egipto siempre ha sido un destino que no podemos dejar de visitar. Aunque lamentablemente las noticias, sin ir más lejos recientes, están siendo demoledoras y el país que daba trabajo gracias al turismo a unos tres millones de egipcios, está sufriendo la crisis más larga de su historia, llevando a una situación crítica a miles de familias, negocios, industria… Pero Egipto ha enamorado siempre a cada uno de sus visitantes.

No solo por la espectacularidad de sus visitas, que realmente nos sorprenden, por su magnitud, su antigüedad, las cientos de incógnitas que nos plantean los estudios arqueológicos, lo que se ve y lo que se sospecha que está por descubrir todavía, sino por la facilidad que permite el Nilo de convertir un viaje por Egipto en un verdadero placer. El desarrollo de la cultura egipcia y de su historia siempre ha estado vinculado al río, y es entorno a él donde encontramos la mayoría de los restos arqueológicos, templos, monumentos y demás construcciones.

Un rio navegable, amplio, tranquilo, que había conseguido contar con una flota de cruceros fluviales fantástica, adaptada a todos los bolsillos y con todas las categorías. Cómodamente, sin hacer y deshacer maletas, vas viajando por el Nilo y deteniéndote allá donde vas a realizar una visita. Es un verdadero hotel flotante que nos transporta plácidamente. Un verdadero ejército de guías, que hablan multitud de idiomas, realmente apasionados por su país, por su historia, nos han hecho disfrutar de cada rincón, han sido capaces de transportarnos a una historia verdaderamente sorprendente, y relatárnosla de tal forma que todavía nos encanta mucho más lo que vemos.

El viaje podría constar de tres partes, por así clasificarlas. Por un lado, El Cairo. Una ciudad bulliciosa, con un bazar lleno de calles tortuosas, estrechas, con miles de pequeños puestos de orfebrería, arte, recuerdos, es el bazar de Khan el Khalili. Cada vez que lo he recorrido simplemente me he dejado perder entre la multitud. Una ciudad donde las pirámides de Guiza son, sin lugar a dudas, el plato fuerte y espectacular de la visita, junto con la Esfinge. Están pegadas a la propia ciudad, aunque la imagen nos hace sentir cuando las vemos fotografiadas que están totalmente aisladas y lejanas. También las pirámides de Saqqara y de Menfis, y no debemos olvidarnos del Museo Egipcio.

La otra parte, desde mi punto de vista, la constituye el crucero, que podemos hacerlo de más o menos días, con más o menos intensidad. Pero es que realmente todo lo que hay en torno a él es sencillamente una inmersión en la historia, como no creo que haya visto en otro país. Y la cercanía y proximidad al desierto, donde nos adentramos permanentemente, le aportan un contexto de aventura, propio de las películas que hemos visto de Indiana Jones. Aquí, Lúxor es la ciudad que concentra un mayor número de monumentos, como el templo que lleva su nombre, o el de Karnak, el Valle de los Reyes y el de las Reinas. El Valle de los Reyes acumula más de 60 tumbas, muchas de ellas escavadas en la roca, justamente aquí está la famosa tumba de Tutankamón.

Por ejemplo, llegar al Templo de Hatsepsut, escavado en la roca, dedicado a la única mujer que reinó en Egipto durante un largo periodo de tiempo, me maravilla. Nada en Egipto nos dejará indiferentes. Seguramente tampoco el calor, si vamos en verano.

Desde Asuán, el desplazamiento para visitar el “desplazado” Templo de Abu Simbel es otra de las grandes maravillas que encierra este país. Dos templos excavados en roca, uno dedicado a Ramsés II y otro a Nefertari, su primera esposa y su predilecta. Y digo desplazados por que la construcción de la presa de Asuán llevo a “coger” literalmente el templo y cambiarlo de ubicación, solo ver los videos del trabajo que se realizó nos deja maravillados. Todo gira en torno al río Nilo. Y esta segunda parte suele ser una de las más valoradas por todos los que hemos viajado por Egipto.

Y la tercera parte, mucho menos utilizada por los españoles, es dedicar unos días a sus playas, bien en la península del Sinaí en lugares como Sharm el-Sheij, en la costa del Mar Rojo o en otros lugares como Hurghada, un maravilloso complejo vacacional también en el Mar Rojo, aunque hoy parece más un lugar en estado vegetativo, la ventaja es disponer casi en exclusiva para ti de unas playas realmente fantásticas y un servicio por mí mucho menos de lo que vale.

Sharm el-Sheij de un pueblo pequeño pesquero paso a convertirse en un lugar por y para el turismo, donde el submarinismo es uno de sus principales atractivos. Aunque también te recomiendo el ambiente que hay en Naama Bay, imagínatelo con terracitas, paseos amplios, restaurantes… delicioso.

Deseando que el país recupere muy pronto su estabilidad, para mi Egipto es el destino, en mayúsculas, al que un buen amante del viaje siempre debe tener en su lista de preferencias.