Los corredores de datos, una profesión a tener en cuenta para desarrollar nuestro negocio

Los corredores de datos, una profesión a tener en cuenta para desarrollar nuestro negocio

Socio director Leynet Consultores

2015-julio-opi-Luis-Lopez-LeynetEl desarrollo de la sociedad digital se realiza a una velocidad vertiginosa. Antes de que podamos asumir un nuevo escenario, ya tenemos encima un cambio al que tenemos que adaptarnos en multitud de facetas, desde la más personal, a la técnica o la jurídica.
Ahí tenemos, por ejemplo, la tendencia dominante en el mundo digital o, lo que es lo mismo, en nuestro día a día, aunque no seamos conscientes: el Big Data.

De la importancia que ha adquirido esta actividad da cuenta el estudio “El valor de los datos”, publicado recientemente por el Instituto Tecnológico de Informática (ITI). La cantidad de datos que circulan actualmente es superior a 1.570 terabytes por minuto, gracias a la universalización de los dispositivos móviles y sus consiguientes aplicaciones; se calcula que su impacto económico en 2020 alcanzará los 206.000 millones de euros; y que dará empleo, solo en la Unión Europea, a 3,75 millones de personas.

El Big Data es el proceso de obtención y tratamiento masivo de la información y, a día de hoy, se ha convertido en una de las principales áreas de actividad no ya del sector informático, sino de la economía en general y que transita desde la pura extracción de datos –lo que los expertos denominan minería–, su depuración, tratamiento estadístico y, por supuesto, la presentación o visualización para que dichos datos sean útiles y tengan una finalidad específica.

Las empresas en general ven el Big Data como un aliado imprescindible para desarrollar sus negocios. Pero no siempre tienen la dimensión o los conocimientos necesarios para disponer de las herramientas que precisa una adecuada extracción y gestión de los datos, por lo que recurren a intermediarios: los corredores de datos.

Cada “me gusta” en las redes sociales, cada visita a una web y cada compra online deja rastro. Un adecuado tratamiento de esas mínimas pinceladas van construyendo nuestro retrato: sexo, edad, gustos, amistades, dónde compramos, a dónde viajamos, qué series nos gustan, con qué frecuencia salimos a practicar actividades deportivas…

Los corredores de datos son los encargados de poner en orden todas esas minúsculas pinceladas y dar sentido al cuadro para que sea correctamente interpretado. Pero surgen infinidad de inquietantes cuestiones.

El Senado de Estados Unidos ha estado investigando la actividad de los corredores de datos. Un negocio que se concentra en solo nueve empresas prácticamente desconocidas para el público, pero que conocen cada resquicio de la vida de las personas.

Empresas opacas difíciles de controlar a través de la legislación, sobre todo porque esta reacciona con mucha más lentitud de cómo evoluciona la tecnología.

Sí, es cierto que existen mecanismos legales de protección de datos. En España tenemos la Ley Orgánica de Protección de Datos. Pero la cuestión es que no estamos hablando de bases de datos existentes a las que hemos aportado datos de forma voluntaria o involuntaria. Estamos hablando de un negocio que crea sus propias bases de datos no en función de los que el usuario aporta, sino de su comportamiento digital.

El Big Data maneja desmesurados volúmenes de datos, pero el objetivo es la personalización, definir la diana para el propósito comercial con el que se ha contratado el servicio del corredor de datos: identificar todos y cada uno de los individuos que forman el público objetivo, ya sean aficionados al running o a determinada marca de cerveza. Marketing personalizado con mensajes personalizados para cada individuo.

Información que procede de los corredores de datos, sin que hayamos dado nuestro consentimiento y, lo que es peor, incluso desconozcamos que están en posesión de esa información. Lo saben todo de nosotros, pero lo ignoramos todo de ellos.

Ante esta situación, en algunos países ya han empezado a tomar conciencia de la situación. La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos ya ha solicitado al legislativo que adopte medidas para regular la actividad de las empresas que se dedican a este negocio. Normas que aseguren la transparencia de sus procesos y permitan a los ciudadanos intervenir para corregir datos erróneos, tal y como ocurre en las bases de datos convencionales.

La Unión Europea está preparando una normativa legal común que proteja a sus ciudadanos de los abusos que puedan producirse por las empresas que operan en el ámbito del Big Data. Por su parte, los grandes grupos tecnológicos presionan para que dicha legislación sea lo más favorable posible a sus intereses.

De hecho, la Big Data Value Association, organismo al que pertenecen gigantes tecnológicos como IBM, SAP, Siemens, Indra o Intel, entre otros muchos, reconoce que aspectos legales como la propiedad de los datos, su uso, la protección y privacidad, la seguridad, responsabilidad, el cibercrimen o los derechos de propiedad intelectual, “deben ser resueltos para eliminar barreras de adopción y posibilitar entornos regulatorios favorables”. (*)

Pero, no nos engañemos, el Big Data va más allá de nuestra interacción con nuestros dispositivos móviles: se extiende desde el internet de las cosas a las smart city, que ya son realidades que, aunque parezcan invisibles, están modificando nuestras vidas.
En la línea desarrollada en este artículo, Leynet Consultores ayuda a las empresas a legitimar la obtención de nuevos datos o comportamientos de usuarios a través de tecnologías como cookies y píxeles invisibles para poder procesarlas posteriormente y mejorar los servicios e incluso dirigir mejor la publicidad a un público más concreto.

Mi función es actuar como un Data Protection Officer, es decir, acompañar a las organizaciones y ayudarles a dimensionar cualquier proceso, producto o servicio que requiera tratar datos personales.

¿Cómo se recogen los datos? ¿de qué tipo de usuarios? ¿son menores? ¿qué clase de datos? ¿para qué finalidad? ¿durante cuánto tiempo podrán tratarse? ¿pueden cederse a otras entidades? ¿qué medidas de seguridad aplico? ¿qué es el análisis comportamental?… ese es el trabajo de Leynet Consultores.

 

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