M. Gil, Fermax: «Creer en una misma es el primer paso para tomar el timón»
Nuestra mujer al timón reivindica un liderazgo basado en la empatía, la escucha activa y la confianza como motores del cambio dentro de la empresa
Con más de 25 años en Fermax, Mónica Gil ha sido una figura clave en la evolución cultural y humana de la compañía valenciana, referente en tecnología de videoporteros. Licenciada en Filología Inglesa y experta en Recursos Humanos y RSE, lidera el área de Personas y Organización Corporativa, impulsando un modelo de liderazgo basado en la comunicación, la meritocracia y el bienestar. Defensora del talento femenino y de las vocaciones STEAM, cree que «el liderazgo inspiracional es la clave para construir confianza y resultados».
– ¿Qué te motivó a dedicarte al ámbito de la gestión de personas y cómo ha evolucionado tu visión del liderazgo a lo largo de tu carrera?
Lo que me motivó fue una razón tan simple pero a la vez poderosa como es la pasión por las personas, por las relaciones personales, por mi interés en aprender de las personas y respetar las diferencias.
Diría que mi visión del liderazgo ha evolucionado a medida que he podido comprobar que el liderazgo inspiracional funciona, que la meritocracia es esencial para el éxito de las organizaciones y que esta conduce a un ambiente de trabajo positivo, de respeto y colaborativo, construyendo relaciones de confianza.
– Como mujer en una posición directiva dentro de una empresa industrial y tecnológica, ¿qué barreras o retos has tenido que superar y cómo los has afrontado?
En mi caso no me he encontrado barreras por el hecho de ser mujer. Siempre me he sentido muy apoyada y siempre han respetado mis principios para conseguir una cultura organizativa óptima: la meritocracia, la identificación y promoción del talento individual y la importancia del bienestar emocional.
En Fermax la gestión de las personas es un rol estratégico involucrado en el crecimiento del negocio.
Comunicar, escuchar y compartir
– Hablas de un liderazgo basado en la inspiración y la comunicación. ¿Cómo se traduce eso en tu día a día con los equipos?
Efectivamente, soy una apasionada de la comunicación en todos los ámbitos. Comunicar implica escuchar de manera activa y significa compartir.
Con los equipos, comunicar de manera clara la visión estratégica, los objetivos, que sean conscientes que son objetivos compartidos; una comunicación transparente, directa y honesta, genera confianza. De nuevo, escuchar y fomentar las preguntas, para que haya un diálogo y reflexiones conjuntas que enriquezcan las decisiones. Y, por supuesto, reconocer y celebrar los logros, por pequeños que sean.
– ¿Qué crees que distingue el estilo de liderazgo femenino y qué aporta al entorno empresarial actual?
En mi opinión, el liderazgo femenino muestra pasión, determinación y resiliencia. Incluso mayor empatía, lo que permite entender y gestionar mejor las emociones del equipo.
Pienso que las mujeres líderes tienden a ser más colaborativas e inclusivas, lo cual fomenta la cohesión de equipos, lo que resulta fundamental en los entornos empresariales actuales.
Flexibilidad, formación y capacitación
– ¿Qué políticas o prácticas impulsa Fermax para favorecer la conciliación y el desarrollo profesional de las mujeres dentro de la organización?
Para favorecer la conciliación personal, familiar y laboral, Fermax presenta distintos tipos de jornada laboral, en función de la naturaleza de los puestos y sus características organizativas.
Aquellos estrechamente vinculados con el proceso productivo de las plantas de fabricación y almacenes, se desarrollan dentro de un horario fijo continuado. Por otra parte, los departamentos de soporte tanto al cliente interno como externo, cuentan con la flexibilidad de combinar turnos continuado/partido durante la semana. Para los demás puestos, Fermax ha abogado por favorecer la implantación de tiempos de flexibilidad.
Además de la flexibilidad laboral, contamos con programas de formación y capacitación, y por supuesto está implantada una cultura inclusiva libre de sesgos y acoso.
– Has participado en dos ediciones de la regata Mujeres al Timón, organizada por la Fundación. ¿Qué te ha aportado esa experiencia, tanto en el ámbito personal como profesional?
Me ha permitido compartir mi visión y comprobar que coincide con el de la Fundación y con el de otras profesionales que ya conocía o que he tenido el placer de conocer en estas travesías. Además, el progreso profesional en función de la capacidad individual y la perseverancia es posible y sirve como ejemplo tanto en la propia organización, que valora la meritocracia como parte de su cultura, impactando así en la credibilidad de la dirección, como en otras mujeres que pueden comprobar que se puede llegar alto con ganas de aprender, de esforzarse, y, sobre todo, creyendo en una misma.
Un trabajo en equipo en el que cada uno cuenta
– ¿Qué valoración haces de la labor de la Fundación y del papel de iniciativas como los Premios Mujeres al Timón para visibilizar el liderazgo femenino?
Como ya dije en una ocasión, el formato de la celebración de los Premios me parece muy original y, de nuevo, coincide con mi forma de pensar: «En un barco de regatas, lo más importante es la comunicación entre todos los miembros de la tripulación. Pero para una buena comunicación también debe existir una buena organización en las tareas que cada uno está llamado a desempeñar. En definitiva, un ejercicio de trabajo en equipo en el que cada miembro cuenta. Y todas navegando con el mismo rumbo».
– En un sector tradicionalmente masculino como el industrial, ¿crees que la presencia femenina en puestos de decisión está ganando terreno? ¿Qué falta todavía?
Quiero pensar que es así, aunque todavía queda mucho camino por recorrer porque hay industrias cuyos sectores continúan siendo bastante masculinizados.
La orientación de mujeres hacia carreras sociales y de humanidades es un obstáculo a la mayor participación femenina en la industria, que requiere cada vez más formación profesional técnica específica o bien formación universitaria STEM. Por esto último, en mi opinión, para incrementar la presencia femenina es imprescindible aumentar la inclinación de las mujeres por las carreras técnicas. Y en esta cuestión, es esencial iniciar acciones de orientación vocacional y equidad de género desde las primeras etapas de la educación secundaria, y apoyar, celebrando convenios universidad-empresa por ejemplo, como es nuestro caso, con entidades académicas universitarias.
Saber escuchar
– ¿Qué consejo darías a una joven profesional que aspire a ocupar puestos de liderazgo en el ámbito industrial o tecnológico?
Le diría que el talento no entiende de género. La diversidad en los equipos directivos configura una posición más enriquecedora en la toma de decisiones.
Además de tener una buena formación académica, es fundamental tener una buena autoestima, una ambición sana y perseguir tus objetivos, no dudar de tu propia capacidad, esforzarse por conseguir tus sueños, desarrollar una visión estratégica («ir más allá de tu propia función», hay que pensar en los objetivos globales de la empresa), saber escuchar y tener habilidades de comunicación.
– Si tuvieras que definir con una palabra lo que significa «tomar el timón» en tu vida y en tu carrera, ¿cuál sería y por qué?
Creer en mí misma: seguir mis instintos, seguir aprendiendo, no temer al cambio ni a los desafíos y rodearme de buenas personas con las que crecer.
Gemma JimenoLicenciada en CC de la Información por la Universidad del País Vasco, Gemma Jimeno se incorporó a ECO3 Multimedia, S.A., en 1998 como Redactora y ha participado activamente en el desarrollo de diferentes líneas de negocio. Desde hace años desempeña las funciones de Editora de los contenidos informativos, de los diferentes productos editoriales de E3 Media.







