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Redacción E3
Hace no demasiados años, el Mercado de Colón no era el hervidero de gente que es hoy en día. Recién acabada la crisis, allá por 2013, no era tan común ver a personas tomando algo en las terrazas de este edificio modernista. Fue precisamente en ese año cuando Anabel Navas decidió poner en marcha Mi Cub, en el corazón de este edificio construido por Francisco Mora Berenguer.
«En esa época —2013— nadie quería ir al mercado», recuerda la propietaria de Mi Cub. De hecho, durante los primeros años fue muy «complicado» llenar el local, hasta que los distintos operadores del Mercado de Colón se pusieron manos a la obra, invirtiendo mucho, haciendo mucha publicidad y organizando eventos para captar clientes.
Mi Cub abrió sus puertas con una cocina non-stop —desayunos, almuerzos, comidas y cenas— que, según afirma Navas, «en aquel momento era algo muy rompedor». Más de diez años después, el local mantiene ese espíritu de ofrecer gastronomía valenciana durante todo el día a vecinos, trabajadores de la zona o turistas que visitan el Mercado de Colón.
El local es informal, cómodo y versátil. Así lo define Anabel Navas, porque más allá del espacio —que ya cuenta con el atractivo del propio Mercado de Colón— lo que realmente importa es el producto, que es «de km0 y está muy poco manipulado». «Todo está basado y centrado en los mercaderes que tenemos aquí. Hoy en día hay mucha gente que desconoce que hay puestos en el Mercado de Colón. Tenemos cuatro puestos que son de lo mejor que hay en Valencia, con una calidad altísima», destaca.

Aunque también trabajan con el Mercado Central, la mayoría del producto proviene del propio Mercado de Colón. Cada mañana, excepto los domingos, los mercaderes suben a Mi Cub la mercancía necesaria para el día. «En nuestros productos prima la calidad, por eso los manipulamos muy poco para que se disfrute al máximo de lo que servimos», indica.
Jamón de Manglano, tomates de El Perelló, naranjas de la huerta de Frutas y Verduras Fina, hamburguesa de buey de Carnes Varea… son solo algunos de los ingredientes que protagonizan la cocina de Mi Cub. En su terraza se puede desayunar, almorzar, tomar un aperitivo, merendar, cenar o simplemente picar algo a cualquier hora del día.
Entre sus platos estrella, destacan varias propuestas típicas de la gastronomía valenciana: mini burguer valenciana con pan brioche, figatell, alioli de cilantro, cebolla caramelizada y confitura de tomate; tomate valenciano con bonito; mollete valenciano con hamburguesa de longaniza con llavoretes y morcilla de cebolla, mayonesa de habitas y cebolla encurtida; o coca de dacsa tradicional con torta de maíz, tomate frito, atún, huevo y anchoa.
Uno de los aspectos más destacados de Mi Cub son sus eventos temáticos, como ‘Descubrir Vinos de la Comunidad Valenciana’. Cada mes, además de su habitual carta de vinos por copas —que incluye las principales denominaciones de origen de la región— se seleccionan dos vinos fuera de carta que pueden degustarse exclusivamente durante ese mes.

Otra propuesta es el ciclo ‘Las Cuatro Estaciones de la Terreta’, donde con cada cambio estacional se rinde homenaje a un producto o receta típica valenciana. De esta iniciativa han surgido platos que ya forman parte del menú habitual, como el figatell en hamburguesa, la coca de dacsa o el mollete de blanc i negre.
Asimismo, se ha consolidado como tradición el Torneo de Titaina, con la participación de mujeres del barrio del Cabanyal, además de eventos dedicados a productos emblemáticos como la sardina de bota.
Dentro del Mercado de Colón, Mi Cub es uno de los espacios que ha contribuido a convertir este emblemático edificio en el punto de encuentro social que es hoy. «Al principio, cada local trabajaba por su cuenta, hasta que nos asociamos y empezamos a trabajar en equipo», explica en referencia a la colaboración con el resto de establecimientos. Recuerda que durante la pandemia lo pasaron especialmente mal, sobre todo por las obras en la vidriera del mercado. Sin embargo, actualmente todos los espacios tienen mucho movimiento.

Construido entre 1914 y 1916, el Mercado de Colón acoge hoy una variada oferta de restaurantes, cafeterías, tiendas gourmet y eventos culturales. «Los clientes ya son como amigos; hay gente que viene todos los días», comenta Navas.
Según ella, lo que diferencia a Mi Cub es su combinación de «muy buena calidad y un precio ajustado». «Muchos turistas vienen el primer día y acaban repitiendo a diario», añade. Aun así, en Mi Cub no dejan de renovarse, apostando por la visibilidad y elementos para marcar la diferencia. «Hoy en día, es esencial estar en formación continua, introducir novedades y ofrecer el mejor servicio, algo que nos cuesta a todos, pero que marca la diferencia», concluye su propietaria.
Laura SanfélixGraduada en Periodismo por la Universitat de València, con un máster en Periodismo Político Internacional y otro en Comunicación y Marketing Político. He desarrollado mi trayectoria profesional en medios como Europa Press, así como en el ámbito de las agencias de comunicación. En la actualidad, escribo sobre información económica y empresarial en la web y la revista de Economía 3.
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