Financiación y conexión con la empresa, retos críticos de la Universidad pública
La infrafinanciación, la transformación digital, el relevo generacional, la atracción de talento, la internacionalización, la necesidad de reforzar la conexión entre el mercado laboral y la empresa para ajustar las necesidades, la transferencia del conocimientos y garantizar el acceso equitativo son algunos de los retos estructurales a los que tienen que hacer frente las universidades públicas españolas, tal y como revela la vigésima edición del Informe CYD, elaborado y presentado por la Fundación CYD, para garantizar el desarrollo y la competitividad del sistema universitario español.
El Informe CYD señala además que la modernización de la gobernanza universitaria es un factor clave para garantizar el avance de todas estas prioridades: «una gobernanza que debe ser sólida y moderna y que otorgue autonomía, flexibilidad y capacidad de gestión a nuestras universidades», ha matizado Francesc Solé Parellada, durante la presentación del informe.
Diferencias entre la pública y la privada
En cuanto a las diferencias entre la pública y la privada, estas últimas siguen creciendo en número, pasando de 16 a 46, mientras que la última pública se fundó en 1998. Por otra parte, las privadas están especializadas en áreas de posgrado, negocios, salud, derecho, informática y tienen una menor presencia en ingenierías.
El peso relativo de las universidades privadas está creciendo en grados, máster y doctorados. Y mientras en máster ya supera a las públicas, en grado representan el 20% de los titulados y en doctorados el 6%.
Las universidades públicas presenciales no han conseguido ajustar adecuadamente su oferta debido también a procesos burocráticos excesivos. Un ejemplo de este desajuste -señala el informe- es el aumento de las notas de corte, que genera mayores costes para los estudiantes que deben acudir a universidades privadas, lo que agrava las desigualdades en el acceso a la educación superior.
Para fomentar la inclusión y aumentar la participación de estudiantes de clase media-baja, los expertos proponen aumentar las becas y revisar las políticas de admisión. Establecer cuotas de ingreso preferencial para estudiantes desfavorecidos y proporcionar recursos de estudio gratuitos o a bajo coste así como implantar planes de préstamo de equipos, son alternativas, han señalado.
La infrafinanciación
En cuanto a la importancia de la financiación, Solé ha reclamado «un nuevo modelo».
En este sentido, Ángela Mediavilla, responsable del gabinete técnico de la Fundación CYD ha apuntado que «la financiación de las 47 universidades en términos reales en 2022 se situaba por debajo de los valores de 2009. En términos regionales las de Cataluña y Madrid son las que menos transferencias reciben por alumno por parte de sus gobiernos autonómicos». Sin embargo, ha matizado Solé, «ambas comunidades autónomas tienen los valores más altos en cuanto a recaudación de tasas».
Ante esta situación, los expertos proponen un modelo de financiación, centrado en el uso estratégico de los recursos y en una rendición de cuentas continuada y periódica teniendo en cuenta los resultados.
Si nos atenemos a los datos más recientes (2021) revelan que España destina un 1,43% del PIB a la educación superior frente al 1,48% de la OCDE. El 67% del gasto en educación superior en España proviene del sector público, un porcentaje inferior al 76% de la UE, y la proporción del gasto público en educación superior respecto al gasto público total en España es del 2,19%, por debajo de la media de la UE (2,44%) y la OCDE (2,72%).
Inversión en I+D
El estudio revela que aunque en 2022, España experimentó un crecimiento del 12,05%, alcanzando los 19.325 millones de euros mayoritariamente gracias a fondos europeos, la contribución de las universidades continúa disminuyendo, situándose en el 26,5% del total. Esto muestra que el problema no es únicamente la cantidad de recursos disponibles, sino la falta de un enfoque estratégico que priorice y fortalezca el papel de las universidades en el ámbito de la innovación y el desarrollo.
A pesar de todo, la contribución de las universidades públicas en inversión en I+D y es de un 82% frente al 8% de las privadas. El informe también revela que «las empresas no acaban de ver en a las universidades como centros de desarrollo de innovación».
Atracción de talento y relevo generacional del personal docente e investigador
La precariedad laboral, el envejecimiento, las políticas retributivas y la falta de perspectivas de estabilización para quienes buscan una carrera académica en España son algunas de las razones que dificultan la renovación del personal académico.
La edad media del personal docente e investigador se sitúa en los 50 años (curso 2022-2023) y un 18,1% de sus miembros se jubilarán en la próxima década (34% en el caso de los funcionarios), lo que evidencia la falta de una entrada significativa de nuevo personal.
El estudio apunta la dificultad para retener el propio talento investigador español sobre todo en la universidad pública, donde indica que no hay estabilidad. Solo la mitad del PDI en universidades públicas tiene plaza permanente frente al 82,4 % que la tiene en las universidades privadas.
A pesar de las reformas propuestas por la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) para mejorar la estabilidad y promover una carrera académica más atractiva, persiste la necesidad de una mayor autonomía en la gestión de su personal, con políticas flexibles de atracción, retención y estabilización del personal académico, tal y como ha reconocido Francesc Solé.
Empleabilidad
El estudio propone ajustar las diferencias entre la oferta universitaria y el mercado laboral ya que, en ocasiones, la estructura productiva no ofrece suficientes empleos de alta cualificación para el alto nivel de graduados que se titulan, lo que puede conducir a la sobrecualificación o a la fuga de talento.
En el curso pasado, la oferta de másteres oficiales creció el 4% y el número de estos titulados aumenta a un ritmo del 8%.
Incremento de la digitalización
La universidad española sigue enfrentando el reto de la transformación digital, incide la Fundación CYD que apunta como otra de sus tareas pendientes fomentar la presencia de las mujeres en grados de ingenierías, informática, matemáticas y estadística (STEM).
En tecnologías de la información y la comunicación (TIC) la presencia de chicas ha disminuido y apenas representan el 16% de los matriculados.
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