Pese a los despidos de las «Big Tech», las empresas TIC necesitan mano de obra
La fulgurante carrera iniciada por las empresas para incorporar las TIC a sus procesos en 2022, en un panorama de relanzamiento económico, presenta ahora nubarrones a despejar, por los problemas que aquejan a los sectores económicos de todo el planeta. Incertidumbres de las que no se libra la tecnología.
Así, en el último tramo de 2022 y en los primeros compases de 2023, las principales corporaciones estadounidenses (Meta, Alphabet, Twitter, Amazon…) han realizado despidos y recortes de plantillas. Sin embargo, según el barómetro mensual TIC Monitor elaborado por VASS y el Centro de Pronósticos Económicos (Ceprede), ocho de cada diez pymes de servicios TIC españolas esperan aumentar sus plantillas en el primer trimestre de este año.
Esas buenas perspectivas también las confirma la Asociación Española para la Digitalización (DigitalEs), que representa a las empresas líderes de la economía y la industria digital, con base en unos datos que indican que el sector TIC es uno de los que más empleos directos genera, por encima del medio millón, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Además, las TIC contribuyen al PIB nacional, puesto que en 2021 estas empresas facturaron 115.000 millones de euros, según los datos de la patronal Ametic, integrada en la CEOE, lo que supone 9,5 puntos porcentuales del Producto Interior Bruto español.
Necesidad de talento
La necesidad de profesionales formados y especializados, de talento como apuntan desde la CEOE, es constante y va en aumento, siendo la cobertura de esa demanda una de las preocupaciones y prioridades de las empresas.
Esto contribuye a que el TIC tenga una tasa de ocupación un 50 % superior a la media y que el salario medio que perciben los profesionales sea de 37.660 euros al año –11.000 euros por encima de la media nacional–, según el informe Tech Cities 2021.
Una mejora de las retribuciones que será tendencia para el próximo lustro, según los expertos, que consideran que la alta oferta sumada a la endémica escasez de perfiles especializados del sector contribuye a ello. De hecho, el estudio «El impacto de la digitalización en España», realizado por DigitalES estima que hay más de 100.000 empleos por cubrir.
Perfiles más solicitados
La falta de profesionales cualificados para ayudar a las empresas en su proceso hacia su completa transformación digital ha sido un desafío para la industria de la tecnología y la economía en general durante años. Desde el desarrollo de software hasta la implementación y gestión de sistemas informáticos, incluida la seguridad cibernética, la gestión de equipos y los entornos en la nube, el análisis de datos para la toma de decisiones e incluso la inteligencia artificial, hay escasez de talento con experiencia en casi todos los campos.
En España algunos de los perfiles profesionales más demandados son los de desarrollador Java, arquitecto iCloud, consultor SAP, experto en ciberseguridad, ingeniero DevOps, administrador de base de datos, administrador de Red, desarrollador full stack, analista de sistemas, analista programador, desarrollador de aplicaciones móviles y analista de datos.
Tecnologización y organización empresarial
El análisis basado en los datos cotejados por los estudios e informes que auditoras y consultoras especializadas hacen del sector, también se refleja en las apreciaciones más directas, que ofrecen las opiniones recogidas por Economía 3 en la patronal empresarial, CEOE, en la Confederación Española de Empresas de Tecnología de la Información, Comunicaciones y Electrónica (Conetic), y en la red de empresas tecnológicas Xarxatec.
Desde la CEOE son conscientes de que «la incorporación de la tecnología en las empresas tiene una incidencia importante en su organización y en sus procesos, por cuanto son lo que se conoce como Tecnologías de Propósito General, con efecto transversal, que pueden afectar a toda la economía». Si bien matizan que «debemos ser conscientes de que la digitalización no consiste solo en incorporar nuevas tecnologías, sino que se trata de un cambio total de cultura y de procesos extremo a extremo, en el que se debe involucrar a todos los niveles de una organización, incluida la alta dirección, que jugará un papel fundamental en la transformación».
Alexis Nadal, presidente de Xarxatec y CEO de la empresa Nayar, matiza y resalta que «no creo que las empresas se estén digitalizando por voluntad propia, sino más bien por imposición del mercado, sobre todo las pequeñas y familiares donde no hay una transición generacional clara. En estas, a veces, se contrata digitalizar una parte de la empresa, pero realmente lo que quieren es contratar el conocimiento, no se forman en digitalizar. Evidentemente, primero hay que asesorarse, pero para terminar de digitalizarlo es necesario que se tome conciencia y realmente se entienda qué se está haciendo. Y dar el paso en empresas pequeñas y en aquellas que no tienen una transición generacional está siendo complicado».
Y aclara que, «hay muchas empresas que ya están digitalizadas, usan las TIC y el avance es bastante natural, pero no es un avance donde la gente esté muy involucrada o concienciada, lo hacen cuando lo necesitan, pero no hay una vocación de “vamos a hacerlo y vamos a hacerlo muy bien».
Adaptarse a los beneficios
La CEOE añade que «a nivel organizativo, aprovechar los beneficios de la digitalización, por lo general, requiere cambios en las prácticas comerciales, la organización del trabajo, la composición de las habilidades y una reasignación de recursos dentro y entre empresas e industrias».
Por eso, «la estrategia de digitalización de la empresa requiere introducir tecnología con visión de largo plazo, pero, sobre todo, implica reconsiderar la esencia de los negocios y procesos previos, y una actitud proactiva ante los cambios. La tecnología aporta la posibilidad de adoptar mejores decisiones y acciones más eficaces, pero debe partir de un propósito estratégico que, a su vez, debe ser adaptado a cada empresa en función de las realidades operativas, de mercado y culturales, a partir del desarrollo actual de su digitalización».
Gloria Díaz Álvarez, gerente de Conetic, constata los avances en la introducción de las TIC en las empresas, pero alerta de que «las pymes y las microempresas tienen aún dificultades para asumir las inversiones en tecnología, tienen menos cercanía a casos de uso y aplicaciones específicas para su negocio y más dificultades para formar a su personal y capacitarles para asumir el proceso de cambio que supone integrar tecnología en su negocio. Por tanto, hay que hacer un esfuerzo grande como país para apoyar a las empresas y capacitarlas para asumir este cambio e integrarse plenamente en la economía digital», subraya.
Falta talento
Las auditoras resaltan el déficit de talento y profesionales cualificados, algo en lo que coinciden Conetic, CEOE y Xarxatec, con matices. Así, Díaz destaca que «el sector cuenta con profesionales capacitados, con un nivel alto de especialización».
Si bien detecta que el «mayor problema que tenemos es la escasez de perfiles en todas las áreas en general, pero en algunas la situación es realmente crítica, como en inteligencia artificial, ciberseguridad, analítica de datos y algunos perfiles de desarrollo». Al tiempo pone en valor el papel desarrollado por las empresas en la formación, al «asumir un coste inicial elevado en la integración de los perfiles cuando se trata de un recién egresado de su etapa formativa, por lo que es necesario hacer un esfuerzo de adecuación de los planes de estudio para alinearlos con la demanda del mercado».
Nadal (Xarxatec) afirma que «sí que hay profesionales suficientemente preparados para atender las demandas del mercado, pero no son suficientes». Por ello, «estamos trabajando tanto con la Universitat Jaume I de Castelló como con los centros de Formación Profesional (FP) para intentar adaptar todas aquellas materias o tecnologías que se van a impartir a los alumnos. En la universidad es más complicado cambiar un temario, es un proceso complejo y largo que requiere de aprobación, por lo que no todos los años puedes estar cambiándolo. Pero en FP sí que se están adaptando mucho mejor y se está trabajando bastante con la FP Dual».
La CEOE ahonda en la falta de profesionales lo que refleja el Índice de la Economía y la Sociedad Digitales (DESI) que «en 2022 situó a España en el puesto décimo entre los 27 Estados miembros en el indicador de capital humano, destacando, entre otros aspectos, que la tasa de personas con al menos capacidades digitales básicas en España es superior a la media de la UE (un 64 % frente a un 54 %) y que ha aumentado significativamente en los últimos años. Por otra parte, el porcentaje de especialistas en TIC con empleo en España es del 4,1 %, por debajo de la media de la UE del 4,5 %. Dato especialmente significativo, ya que la escasez de expertos digitales cualificados dificulta las perspectivas de crecimiento del país y limita la productividad, sobre todo para las pymes y las microempresas».
Esa carencia «provoca que el nivel salarial de este tipo de trabajadores sea cada vez más alto, por su escasez, lo que perjudica claramente a las pymes que, con menos recursos, no pueden permitirse pagar salarios tan elevados ni competir con las grandes empresas en la captación de talento. Esto es un hecho relevante, ya que las pymes son las que más necesitan avanzar en su proceso de transformación digital».
Esa competencia por el talento digital irá creciendo en los próximos años y más en un mercado laboral en cambio constante ante la irrupción e implantación de nuevas tecnologías. Algo, que entienden desde la patronal, contribuye a «incrementar el desfase entre oferta y demanda, provocando que una gran cantidad de puestos de trabajo se queden sin cubrir».
Colaboración empresa-universidad
Para adecuar la formación a las necesidades del mercado, es necesaria la colaboración Universidad-Administración-Empresa. Así, desde la CEOE se estima que es preciso «la priorización de la trasformación del sistema educativo para adecuarlo a la nueva sociedad digital, la focalización en el aprendizaje y en el uso de las oportunidades que abren las nuevas tecnologías, el impulso de las vocaciones y la necesidad de evitar divergencias entre la oferta y la demanda. Para ello, consideramos fundamental asegurar la colaboración público-privada en la aplicación práctica de medidas para garantizar que se responde a las necesidades de las empresas en cuanto a la capacitación de la población activa».
Un aspecto a tener en cuenta, resaltan desde la patronal, es el de «apoyar e invertir en el desarrollo de habilidades relevantes. Las empresas necesitan cada vez más personas con un alto nivel de habilidades técnicas. Por ello, es preciso trabajar con los proveedores de educación y formación profesional y la industria para identificar y anticipar las necesidades y establecer una formación más ágil que dé una respuesta rápida a las demandas de la transición digital».
Y añade: «Además, habría que abogar por un aprendizaje basado en el trabajo y el fortalecimiento de los elementos de aprendizaje dual. Es importante seguir reforzando el papel y el perfil de la Educación y Formación Profesional (EFP) como vía para formar a las personas en competencias básicas, transversales y STEM, y que la EFP esté mejor posicionada y reconocida como motor de productividad e innovación».
La ciberseguridad y la vulneración del sistema
La seguridad en las operaciones empresariales marca una de las preocupaciones de este colectivo, que deben aplicar medidas para evitar las vulneraciones del sistema, vía ciberataques. Para la CEOE, «los retos a los que se enfrenta esta industria son múltiples, interrelacionados entre sí y altamente dependientes de la evolución de la tecnología. Hablamos, por ejemplo, del incremento del número y diversidad de los dispositivos, el avance de la capacidad de computación, el uso de la Inteligencia Artificial, la mejora en las redes de comunicación (5G), entre otros. Por ello, deben desarrollarse planes para reforzar la seguridad, siendo responsabilidad de las administraciones públicas y del sector privado, mantener una estrecha colaboración que implique, entre otros, una inversión activa en tecnologías para la ciberseguridad, con el fin de que los mercados y la ciudadanía pueda resolver los ciberincidentes que se vayan produciendo».
Para Alexis Nadal, la ciberseguridad «es un gran problema. Cualquier sistema abierto a internet está expuesto a que alguien (robot o persona) pueda hacer una denegación de servicio, pueda cometer un fraude (…). Hay que tener muy en cuenta que de ciberseguridad no saben todos. Es una especialidad y normalmente es muy oportuno hacer una auditoría de ciberseguridad con una empresa. Al final, la Informática se está especializando mucho y en temas de ciberseguridad se debería tener mucho más cuidado. Nosotros vemos continuamente empresas que abren sistemas de IoT y con respecto a seguridad no tienen absolutamente nada, estando expuestos de una forma muy sencilla y no siendo conscientes de ello».
Díaz (Conetic) estima que la ciberseguridad «es un problema que debemos afrontar a fin de identificar las vulnerabilidades, detectar las intrusiones y los ataques, tener un protocolo para actuar… El mayor riesgo que tenemos es pensar que esto no nos va a pasar a nosotros, todavía hay muchas empresas que no están valorando este riesgo y hay que hacer un gran esfuerzo por concienciar a la dirección de las compañías y por preparar a los equipos»
… Y el metaverso
En un mundo marcado por la tecnología surge el metaverso y con él su aplicación al ecosistema empresarial y laboral. Tras su reactualización hace un año de la mano del gigante Meta, la sociedad ha vuelto la vista hacia él. Díaz insiste en que «el metaverso se está gestando, las tecnologías inmersivas están muy desarrolladas y, además, es un área donde los avances tecnológicos y de dispositivos se suceden a gran velocidad».
«Contamos ya con mundos inmersivos donde interactúan varios usuarios y además se están usando por las empresas con diferentes objetivos, entrenamientos complejos del personal, por ejemplo para manejo de procesos o de maquinaria, también se usan para simulaciones de entornos físicos y conocer el impacto del entorno bajo diferentes hipótesis… pero el metaverso es dar un paso más y crear un mundo virtual que se convierta en una realidad alternativa al mundo físico dónde se puedan hacer las mismas cosas estando los usuarios interconectados. T odavía se necesita tiempo para llegar ahí, pero tecnológicamente no hay barreras», asegura Díaz.
Desde la CEOE se muestran prudentes porque, «dado que su estado de desarrollo es aún muy temprano, no podemos decir que se haya observado un proceso de adopción masiva de la tecnología. No obstante, cada vez más, empiezan a existir ejemplos de aplicaciones prácticas en ámbitos como el del comercio, la moda, la restauración, la enseñanza, el ocio, las relaciones sociales, o el propio ámbito laboral».
Nadal (Xarxatec) destaca que «el metaverso ofrece muchas posibilidades que nos van a llegar, pero por el momento, digamos que se está empezando a jugar. Se está investigando, las empresas están viendo qué les puede dar el metaverso, pero todavía no está maduro. Se puede decir que el metaverso sí se está introduciendo, pero por el momento, aún nada serio».
Retos para 2023
Un estudio conjunto realizado por la patronal empresarial, CEOE y el centro de Estudios de Mercado de Randstad, y elaborado a través de una consulta a 300 empresas, detecta que el mayor reto que tienen es dar soluciones a la escasez de talento. Y es que 5 de cada 10 empresas (53 %) apunta que el déficit de profesionales formados es el mayor problema que afrontarán este año y el otro 42 % consideran que su reto será retener ese talento.
El informe indica que dadas las importantes consecuencias que se derivan, especialmente en términos de competitividad y productividad, este problema cobra especial importancia para 4 de cada 10 empresas. Una salida es la flexibilidad en cuanto a la oferta y criterios clave de selección, así como ofertar empleos con gancho. Y es que para mantenerse y crecer las empresas deben contar con la aportación de profesionales altamente cualificados. Tener talento permite tener una buena situación económica, porque un incremento de la facturación permite retener a estos profesionales y sortear la brecha de talento.
En esa línea, desde Conetic, su gerente, Gloria Díaz, enumera los dos retos prioritarios para el sector para 2023. «El primero no es nuevo y no se va a solucionar en un año, nos falta gente en el sector tecnológico, tenemos que ser capaces de convencer a la gente joven de la oportunidad que les brinda el sector para desarrollarse profesionalmente, del atractivo que tiene, también desde el punto de vista salarial y destacar su dinamismo con multiplicidad de áreas para enfocar la carrera profesional dentro de él, con especial atención a las mujeres porque la participación es notablemente inferior a la de los hombres… Creo que hay que acercar más el sector a la gente joven».
Y añade: «Un segundo reto más coyuntural y crucial pasa por aceptar el envite que Europa nos plantea a los países de dar un salto relevante en la transformación digital de las empresas a través la extensión de la facturación electrónica, este reto el Ministerio de Asuntos Económicos ya lo ha recogido en la Ley 18/2022 de creación y crecimiento de empresas, la conocida como “Ley Crea y Crece”, que ya extiende esta obligatoriedad a todas las empresas y los autónomos».
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