Así es la bodega valenciana que quiere medirse con los Rioja
Pepe Hidalgo, director técnico de la bodega Vicente Gandía y la tercera generación de una familia de enólogos de renombre, está inmerso en el mundo del vino desde que tiene uso de razón y lo vive desde el corazón.
La fuerte presencia del legado familiar caracteriza el buen hacer actual de una de las bodegas más populares de la Comunidad Valenciana, que busca medirse con los grandes nombres de este país.
Cómo elaborar un buen vino, cómo introducir y democratizar su consumo entre el público y los retos que supone la salida al mercado internacional; de todo ello charlamos con Pepe Hidalgo:
El saber de tres generaciones
-De generaciones de enólogos, su padre y su abuelo enólogo…
Mi abuelo, Luis Hidalgo Fernández Cano, fue la mayor eminencia en viticultura que ha habido en España, trabajó en la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) y fue el mayor divulgador de libros científicos sobre la agricultura española.
Mi padre, uno de los enólogos más relevantes del país y que asesora a más de 22 bodegas de gran renombre, ha trabajado mucho por la enología. De hecho, la inmensa mayoría de los enólogos se forman con sus libros. Yo represento a la tercera generación.
Un vino con identidad
– ¿Cómo se fragua un buen vino?
El enólogo solo lo puede hacer peor. El máximo potencial está en la uva, ya que no hay un buen vino sin grandes uvas. Por eso, en la casa de Vicente Gandía tenemos más de 400 hectáreas de viñedo.
– ¿Se podría decir que cada bodega tiene una identidad? ¿Cómo definirías la de Bodegas Vicente Gandía?
No debemos olvidar que el primer vino monovarietal de Bobal lo hace la casa de la mano del anterior enólogo, Luis García Severino. Tampoco debemos olvidarnos de Generación 1, que fue el primer vino de autor de la Comunitat Valenciana.
Cada bodega tiene una filosofía marcada por una tradición y unos gustos enológicos. La Comunitat Valenciana cuenta con grandes zonas productoras de vino como son la de Utiel-Requena, el altiplano valenciano donde reina la Bobal y otras como Cabernet, Chardonnay, Sauvignon Blanc o Macabeo; el Alto Turia donde predomina la Merseguera; la zona del Moscatel que corresponde a Cheste, Chiva, Godelleta o Monserrat donde prevalece la Monastrell o la Malvasía; La Vall dels Alforins y Ontinyent donde encontramos Monastrell y Tintorera; y al linde de Alicante con Murcia encontramos la Monastrell.
Con lo que, dependiendo de donde elabores, los vinos tienen unas peculiaridades u otras. En Bodegas Gandía tenemos la suerte de que elaboramos vinos tintos de cada sitio con lo que contamos con la tipicidad y el ADN de esas zonas y de las variedades donde residen.
El trío de bobales –Blanco, Tinto y Rosa–, El Bo de la zona de Utiel, donde tenemos nuestros grandes Hoyas de Cadenas Chardonnay y Sauvignon Blanc; en Les Alforins hemos comprado la viña Casa Gallur; en la zona del Mont Cabrer, tenemos la gama de FustaNova con Moscatel…
En definitiva, sí que hay un sello personal en cada bodega y en cada elaboración que viene muy marcado por la zona de origen y las varietales. De hecho, en Vicente Gandía somos fieles a la variedad y a la zona.
Planes de futuro
– ¿Hacia dónde se dirige ahora Bodegas Gandía?
En nuestra bodega estamos centrados en la calidad, la tipicidad y el carácter. Contamos con estilos de vinos diferenciados.
Yo identifico dos tipos de tintos: vinos donde la fruta y la variedad son más protagonistas; y otros con más carácter, estructura y barrica. En el primer grupo podrían estar los bobales y en el segundo la Monastrell; añadiríamos otros vinos más finos y elegantes con toques del terreno donde se encuadraría Clos de Gallur. En los rosados buscamos siempre frescura y tipicidad varietal y en los blancos seguimos en la misma línea. Se trata de vinos frescos, con carácter y ágiles en la boca, lo mismo que los rosados.
Un producto desenfadado
– Vinos más vinculados a la gente joven como Sandara, ¿vais a seguir trabajando en esta línea?
La gama Sandara es un exitazo. Se trata de productos de muy baja graduación, muchísima fruta, frescura, fácil de beber y no solo para acompañar la comida, sino a cualquier hora.
También se podrían sumar a este tipo El Pescaito blanco. Se trata de vinos de iniciación y desenfadados.
– Una vez se ha creado el vino, ¿cómo se lleva a cabo ese proceso creativo –diseño de la botella, etiqueta…–?
Todos los martes nos sentamos los departamentos de Marketing, Diseño, Producción y Comercial y las direcciones general y técnica y hablamos de los nuevos lanzamientos: qué queremos hacer, qué no, por qué… y se plasman las ideas para dar lugar a un producto coordinado y armónico.
Por ejemplo, con la trilogía de Bobal detectamos una necesidad de bobal de nuevo cuño… queríamos poner en el mercado una gama para hostelería con un estilo más moderno y ¡una cosa llevó a la otra!
Pero, al igual que doy mi opinión sobre las botellas o las etiquetas, otros departamentos que no son el mío también opinan sobre el vino que hemos creado. Con lo que decir que ¡Pepe es el creador…! No es así, se trata de un trabajo en equipo.
Proyectos ambiciosos
– ¿En qué estáis trabajando actualmente?
Lo últimos lanzamientos de nuestra bodega han sido el Bobal rosa; los Uva Pirata, uno garnacha tintorera y otro con blanca. Ahora estamos centrados, más que en la elaboración de un nuevo vino, en hacer pruebas en el ámbito de viticultura.
Este año hemos plantado más variedades de uvas como la Syrah, que ya teníamos; Cabernet Franc, que no tenemos ningún vino de esta variedad y nos faltaba volumen para llevar a cabo una elaboración separada… Puede ser que más adelante elaboremos un producto con esta última, pero no lo hemos decidido todavía…
También estamos centrados en la gama más clásica de la casa como son el Castillo de Liria y Hoya de Cadenas, a los que queremos darles un giro más actual, un mayor peso de fruta, mejor acidez, agilidad tanto en el blanco como en el rosado y en el tinto queremos ganar una mayor estructura y elegancia.
Además, Bodegas Vicente Gandía acaba de invertir una suma importante de dinero para contar con un botellero nuevo y poder incluir así tres millones de botellas más y darles más tiempo en botella y empezar a tratarnos de igual a igual con los de La Rioja. Se trata de un proyecto ambicioso.
– Estos dos vinos están entre los más históricos de la casa.
Sí, entre ellos también se encuentra Generación 1, que sacamos añada nueva. Hemos estado ultimándolo y pensamos que no dejará a nadie indiferente.
Para la vendimia de este año tenemos varias ideas para hacer elaboraciones de otros tipos de productos, pero, ¡no puedo decir más!
Cambio climático
– ¿Cómo está afectando el cambio climático a la viña, a la uva…?
Se trata de una cuestión que nos preocupa a todos. Por ello, en nuestra bodega estamos adaptando el cultivo a los nuevos tiempos. Y lo estamos haciendo retrasando la madurez todo lo que podemos.
La clave está en que durante la maduración de la uva haya diferencia de temperatura entre el día y la noche, con esto conseguimos que la piel de la uva sea mucho más gruesa. La mayoría de los compuestos del vino están en la piel y los aromas de los blancos también.
¿Cómo lo hacemos? Podando tarde, podando más largo, buscando variedades de ciclo más largo como es el caso de la Carbenet Franc…
Además del aumento de la temperatura, también nos preocupa situaciones que se han dado este año como pasar del invierno al verano en una semana, abril ha sido el tercer mes más lluvioso de la serie histórica de la Comunitat…
Con lo que está claro que existe un cambio y en adaptarse a él está la consistencia del sector. Afortunadamente he de decir que los efectos del calor se van a notar en zonas de interior de la península, donde se concentra la mayor producción de vino. Nosotros sufrimos episodios de calor extremo pero la influencia del mar Mediterráneo sofoca estos efectos. Como te he comentado estamos plantando nuevas viñas y hemos tenido que elegir injertos que aguanten mejor la sequía.
Nuevos matices
– ¿Dará lugar a otros matices en el vino?
Sí, a no ser que te adaptes, los vinos deberían ser mucho más maduros, con menor acidez… Se va a ver claramente, no es lo mismo una añada más cálida que una más fría y nos dirigimos hacia añadas más cálidas.
Habrá variedades que tengan falta de madurez como puede ser la Bobal y habrá otras como la Chardonnay, la Merseguera o la Sauvignon que habrá que adaptar mucho el cultivo para que no pierdan calidad.
– ¿Hay diferencias entre un vino ecológico y otro que no lo es?
Ninguna. Nosotros elaboramos también vino ecológico. Este año hemos creado Castillo de Liria ecológico, el blanco que es Macabeo Viura y el tinto que es Monastrell y Syrah.
La diferencia estriba en que en la viña no puedes utilizar determinados productos fitosanitarios y puedes ver mermada la productividad. También puede haber cambios en las técnicas que se emplean en bodega pero que no son decisivas.
También es cierto que desde Bodegas Gandía estamos enfatizando la sostenibilidad. De hecho, hemos instalado placas solares en la finca de Hoya de Cadenas, reciclamos el 100 % del agua industrial que empleamos en esta bodega y en los próximos dos años instalaremos placas solares en nuestra sede de Chiva. Con lo cual, nuestro compromiso con el medioambiente es único.
Cultura del vino
– ¿Cómo fomentamos la cultura del vino en España?
Somos los primeros en número de hectáreas plantadas; los italianos, los primeros en litros producidos y, además, producen más por hectárea que nosotros y encima lo venden más caro; y Francia es la que más factura, aunque hay años en que les sobrepasa Italia.
Es una cuestión complicada, pero, a pesar de todo, el consumo de vino en España está subiendo y se debe a que la gente se está incorporando.
Productos como el Sandara están haciendo mucho bien al sector de vino, ya que está contribuyendo a que las personas se inicien en su consumo. Además, muchas bodegas estamos trabajando para “descomplicar” el consumo del vino
-¿Descomplicar?
Para beber un vino no tienes que olerlo, no es necesario hacer el pino puente para saber si está bueno o no.
Me lo bebo, me gusta o no. Normalmente, la gente se desencantaba con el vino y a los 40 años volvían a enamorarse y volvían a serle fiel. Ahora se está incorporando gente más joven. También está trabajando en este sentido la Interprofesional del Vino y se está notando porque se está haciendo un buen trabajo.
La cultura del vino es la cultura de este país y de España
No se nos olvide que en España tenemos un problema muy serio y también en toda Europa como es la despoblación de los núcleos rurales y el vino fija mucha riqueza fuera de las capitales de provincia. Y no solo eso, la cultura del vino es la cultura de este país y de España. Por ello considero que el vino tiene un futuro espectacular. Está ligado a nuestra forma de ser, a compartir, a nuestra forma de socializar…
Mercado internacional
– ¿Cómo se ven los vinos españoles y en concreto los vuestros fuera de España?
Nos queda mucho trabajo por hacer, la gente no conoce nuestras denominaciones de origen.
Ahora mismo no somos Rioja, no somos Cava, tenemos que hacer mucha masa colectiva y sí que nos tienen que ayudar mucho las instituciones y debemos ir todos a una en cuanto a sector.
Si conseguimos que una bodega de la concurrencia venda en un país y tenga éxito, el siguiente distribuidor querrá un vino de ese estilo, de esa zona… Al final, los pequeños éxitos de cada bodega o de cada uno redundan en beneficio de todos.
Para vender un vino de la Comunitat Valenciana hay que luchar mucho, hay que sobresalir en calidad, buen diseño y tienes que ser competitivo en precio.