El Colegio de Economistas de Valencia (COEV) ha organizado una mesa redonda de sanidad titulada ‘La sostenibilidad del sistema sanitario en España: Presente y perspectivas de futuro’. La misma ha sido presidida por el decano del COEV, Juan José Enríquez. Además, ha contado con la presencia del exgerente del Departamento de Salud de Manises, Vicente Gil Suay; el vicepresidente 1º del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Valéncia, Pedro Juan Ibor; la gerente de Vithas Castellón, Amparo Marzal; y el investigador de Fisabio, Salvador Peiró.
Enríquez ha señalado que el coste acumulado en sanidad en las comunidades autónomas en 2007 fue de 52.328.839 euros. Mientras que en 2021 se cifró en 70.603.422 euros. Lo que se traduce en un incremento del 34,92 %. En el caso de la Comunitat Valenciana, en 2007, el coste en sanidad fue de 5.089.957 euros y, en 2021, de 7.530.056 euros. Un aumento del 47,94 %.
El coste por habitante en la Comunitat Valenciana era de 1.060 euros en 2007 y en 2021, ha alcanzado la cifra de 1.492 euros. «Estas cifras ponen de relevancia que en 2007 estábamos por debajo de la media española y ahora estamos justo en la media«, ha añadido.
El principal problema de la sanidad española
Todos los ponentes han coincidido en señalar que el principal problema de la sanidad española y que la pandemia ha acuciado es la gestión de personal. En este sentido, Ibor ha señalado que en “fue el personal de frontera, no solo por el esfuerzo del trabajo, sino porque muchos compañeros se contagiaron y algunos fallecieron. De hecho, este enero hemos registrado el mayor número de personal sanitario contagiado de España. Los recursos humanos han sufrido mucho la propia epidemia y quizá se podría haber aminorado esta situación. Estableciendo una mayor protección”.
Asimismo, Ibor ha señalado que la actual gestión de los recursos humanos se caracteriza por la desafección en la remuneración de las personas y en la presión asistencial a la que están sometidos, «lo que ha derivado en una situación de desánimo”.
Por su parte, Vicente Gil Suay ha indicado que, actualmente, la administración “tiene pocos resortes de gestión frente a los recursos humanos”. Y eso se debe principalmente porque “no hay un estatuto marco del personal sanitario”.
Público y privado, igualmente afectados
Esta situación no ha afectado solo al sector público, tal y como indica Amparo Marzá. La privada ha tenido que asumir el 19 % de los pacientes covid y un 14,2 % de los pacientes de UCI. Esta colaboración ha puesto de relevancia «no solo la conveniencia de una gestión mixta de la sanidad, sino que además se ha experimentado un cambio favorable de la opinión pública«.
En esta nueva realidad que se está dibujando, una nueva figura está cobrando relevancia dentro de la gestión de los servicios sanitaros: el economista. Este se presenta como una solución para el control del gasto sanitario y la pervivencia del sistema sanitario español. Así, Gil Suay ha señalado que esta tendencia irá creciendo por la necesidad de “trabajar conjuntamente en el control del gasto. Porque un hospital debe funcionar económicamente. En esta nueva realidad el papel del controller es fundamental”.
Para Marzá, la gestión económica de un hospital es “muy complejo de abordar y requiere una gran especialización«. Hay que tener en cuenta «el control del gasto; stock; KPI; tener toda la información de las distintas áreas; establecer una relación con relación con los profesionales; prever adversidades y hacer un seguimiento profundo”.
Tanto Salvador Peiró como Pedro Juan Ibor, han insistido en la necesidad de que los economistas que desarrollen su labor profesional en el área sanitaria se formen para abordar la compleja realidad que implica gestionar un centro sanitario.
La pandemia, un «test de estrés»
Salvador Peiró ha señalado que toda la pandemia ha supuesto “un test de estrés que hemos aguantado como hemos podido. Del que salimos muy extenuados y eso no nos debería impedir levantarnos y volver a andar. Reconstruir el sistema que necesitamos; recuperar a los pacientes crónicos que hemos dejado de atender. Ahora toca recogerlos y atenderlos y pensar qué sanidad queremos”. Ha añadido que “tenemos que cambiar el sistema; la autonomía de gestión; recursos humanos y de relaciones con nuestros pacientes. Hacerlos más partícipes del proceso”.
El decano del COEV ha afirmado que “llevamos demasiados años con parches. Nuestro sistema sanitario se estableció a finales de los años 70. En la actualidad, exige afrontar unos cambios muy profundos. El papel de los economistas se ha considerado muy valiosos para la gestión de la sanidad, pero en muchas ocasiones a los economistas les falta la capacidad de utilizar instrumentos por un excesivo encorsetamiento de la propia Administración, que pese a mover anualmente miles de millones, no posee las herramientas necesarias para poder llevar a cabo una gestión eficaz”.