El consejero delegado del Banco Santander, José Antonio Álvarez, ha dicho este martes que la entidad habrá completado el ERE que tiene en marcha y que prevé la salida de unos 3.500 empleados «en uno o dos meses».
Durante su intervención en una jornada financiera organizada por El Español e Invertia, Álvarez ha explicado que la evolución de la crisis sanitaria va a retrasar la recuperación económica en uno o dos trimestres, por lo que lo más probable es que la salida de la crisis económica se traslade a 2022.
En cuanto al código de buenas prácticas que la banca negocia con el Gobierno para establecer los criterios para decidir si se aplican quitas a los créditos del ICO, ha dicho que requerirá una evaluación del riesgo de las empresas «consistente y rápida», pero que no valen las recetas globales universales, pues la situación de cada empresa es única.
«Hay que agilizar los procesos, pero una vez que las empresas operen en situación de normalidad», porque no tiene mucho sentido hacer un análisis de riesgos de una empresa que está cerrada por motivos sanitarios, ha afirmado.
Lo normal entonces sería dar un año de carencia a los créditos y después tomar «las decisiones oportunas».
Por lo tanto, se tardará más en predecir la viabilidad de una empresa, pero se hará «dentro de la normal gestión de riesgo bancario», dijo Álvarez, que añadió que el proceso tardará unos dos o tres años.
«No todas las empresas son viables»
El Santander quiere salvar a la mayoría de los clientes, por ellos y por el interés del propio banco, ha insistido, pues sin los clientes no se puede recuperar el crédito, pero «no todas las empresas son viables».
«Parece un hecho» que la morosidad subirá, pero cuánto y en qué sectores, es pronto para saberlo, dijo, al tiempo que confió en no tener que utilizar el colchón de capital de unos 12.000 millones de euros dotado en 2020 precisamente para afrontar la subida de la mora.
También insistió en que la entidad quiere volver a repartir un dividendo de entre el 40 y el 50% del beneficio antes de impuestos que obtenga «tan pronto se normalice la situación» y añadió que lo importante es la capacidad de las entidades de generar esos resultados.
La entidad repartirá un dividendo de 2,75 céntimos de euro en mayo, según la fórmula fijada por el BCE, y espera recuperar la normalidad en septiembre.
Álvarez también ha mostrado sus dudas sobre las ventajas de las fusiones bancarias transfronterizas mientras no exista un Fondo de Garantía de Depósitos común y una regulación común a nivel europeo.