A escasos días de comenzar el confinamiento, Arturo Hernández, director general de Vayoil Textil y su equipo decidieron reorientar su producción hacia el sector textil sanitario, una rama que ya tocaban, pero ahora se han especializado en la fabricación de batas quirúrgicas de las que producen 200.000 al mes. El máximo responsable de la compañía advierte que «si queremos que el sector textil sanitario sea esencial y continúe en España sin necesidad de depender de terceros países, es preciso cambiar la Ley de Contratación Pública».
– Con la llegada de la pandemia habéis reorientado la compañía a la producción de productos sanitarios. ¿En cuáles os habéis centrado?
Desde el comienzo del confinamiento orientamos parte de la producción a la fabricación de mascarillas y otros productos sanitarios como batas quirúrgicas, batas para pacientes, gorros, calzas… Es decir, todo tipo de artículos que han necesitado los hospitales para estos meses.
Pero nos hemos especializado en la fabricación de batas y más concretamente en las quirúrgicas, batas de paciente, etc.
– ¿Qué cambios habéis tenido que llevar a cabo en vuestra planta para fabricar estos productos?
Hemos tenido que acondicionar todas las instalaciones acorde a lo que marca la Agencia Española del Medicamento. Se trata de una normativa muy exigente en cuanto a instalaciones, procedimientos de higiene, trabajo y trazabilidad. Las instalaciones deben tener unas condiciones apropiadas que van desde donde se almacena el tejido, se corta, se confecciona y se embala y una vez embalado se guarda hasta que se envía al cliente.
– Poner en marcha todos estos procesos os habrá llevado a realizar una importante inversión económica.
Así es, hemos invertido en torno a 100.000 euros en el acondicionamiento de las instalaciones, sobre todo para cumplir con los requisitos.
Además, parte de la maquinaria necesaria para la confección es similar a la que teníamos y la hemos podido aprovechar. Sin embargo, hemos tenido que comprar maquinaria para confeccionar ciertos detalles de las batas que no disponíamos. Incluso nuestra propia maquinaria de corte no era apropiada para este tipo de tejido ya que las batas quirúrgicas están fabricadas con tejido no tejido y con una lámina de polietileno y hemos tenido que adquirir también maquinaria especializada para este tipo de tejidos.
Pero, a pesar de la inversión, lo que más nos ha costado ha sido la consecución de la licencia, que ha supuesto la dedicación de muchas horas de trabajo por parte del personal de la empresa que se han involucrado al 100% para poder obtenerla.
– ¿Cuándo comenzó este proceso?
A finales de marzo ya empezamos a trabajar para conseguir la licencia de productos sanitarios. En un principio obtuvimos la licencia temporal, que nos la concedieron en mayo y, desde principios de mayo, iniciamos los trámites para conseguir la licencia definitiva que nos la dieron el mes pasado.
Hemos sido una de las primeras empresas que se ha reorientado a la fabricación de productos sanitarios y ha obtenido la licencia definitiva para la fabricación de estos artículos.
– ¿Con qué otras dificultades os habéis encontrado a la hora de poner en marcha esta nueva línea de producción?
Hemos tenido que enfrentarnos a dos grandes dificultades: por una parte, la falta de material que hemos sufrido y contar con él en tiempos y, por otra parte, la escasez de personal cualificado para fabricar este tipo de artículos.
Por ello, hemos colaborado en un curso desarrollado por Aitex, que ha concluido en septiembre. Esta formación iba dirigida a desempleados que han tenido la oportunidad de aprender cómo se confeccionan productos textiles sanitarios. Del total de personas que lo han cursado, cinco de ellas se han incorporado a la empresa para confeccionar batas.
– Has comentado que habéis contado con problemas de abastecimiento del tejido para confeccionar las batas. ¿Cómo lo habéis subsanado?
En España existían algunas fábricas de este tipo de tejido sin tejer que reorientaron su fabricación hacia el sector sanitario. Pero no han dado abasto con la demanda que había a nivel interno y la importación de este tipo de materiales de marzo a junio era prácticamente imposible.
Esta situación ha puesto sobre la mesa la importancia que tiene el hecho de contar con un sector textil sanitario fuerte en España e industrializado.
Por ello, debemos mantener esta industria en el futuro y considerarla como estratégica y esencial, ya que no podemos depender de terceros países para el 100% de la producción.
Me preocupa que se abandone y se olvide la importancia de contar con un sector textil sanitario fuerte en España y la rápida reacción que hemos tenido todas las empresas para poder ayudar en la lucha contra la covid-19 y, dentro de un año, estemos como al principio de la pandemia.
– ¿Cómo han evolucionado los precios durante la crisis sanitaria?
Los precios eran incluso entre diez y veinte veces más caros que un mes antes. Al principio de la pandemia la importación era imposible. Por lo que tuvimos que recurrir a cuatro o cinco empresas diferentes porque una sola no nos daba ni la seguridad ni el servicio que necesitábamos. Desde el comienzo del confinamiento y hasta septiembre nos hemos abastecido con productos 100% de origen nacional y europeo y ahora estamos manteniendo las compras en el ámbito nacional.
– ¿Cuál es la peculiaridad del tejido sin tejer y porque es mejor para los productos sanitarios?
Sus principales propiedades son su resistencia longitudinal y transversal; es permeable al agua, vapor y aire; resistente a los ácidos, disolventes orgánicos y alcalinos; y no es alérgico ni irritante. Además, con este tipo de tejidos se consigue un buen equilibrio entre el uso del producto, la vida y el coste.
Me preocupa que se abandone y se olvide la importancia de contar con un sector textil sanitario fuerte en España y la rápida reacción que hemos tenido todas las empresas para luchar contra la covid-19″
La bata quirúrgica además lleva una lámina de polietileno que le aporta impermeabilidad. La confección de este producto nos obliga a llevar a cabo entre seis y siete ensayos que debemos realizar en cada lote de producción y un control microbiológico para medir que en las instalaciones donde se está llevando a cabo el proceso de corte y confección, la carga microbiológica es inferior a los requisitos que marca la norma 13795/1.
– ¿Qué capacidad de producción tenéis actualmente y a dónde se dirigen vuestros productos?
En estos momentos estamos fabricando en torno a las 200.000 batas al mes y, de mayo a principios de este mes, habremos producido ya un millón de unidades.
Por otra parte, entre el 80 y el 90% de nuestra producción ha ido a la Conselleria de Sanidad y el resto a clientes nuestros de hotelería que han utilizado las batas para la limpieza de habitaciones. También nos la han solicitado desde el sector de la alimentación.
– ¿Qué tipo de apoyo habéis recibido por parte de la Administración cuando decidisteis reorientar vuestro negocio?
El principal apoyo que hemos tenido ha venido de la mano de Ateval, que ha impulsado la colaboración entre las empresas del sector.
La asociación del textil está haciendo una gran labor en dos sentidos: nos ha ayudado a reorientar la producción hacia a este tipo de productos y ha fomentado la colaboración entre nosotras para que compartamos información y conocimiento ya que el objetivo es la especialización de las empresas que quieren fabricar este tipo de artículos.
Además, han salido varias ayudas del Ministerio de Industria y de la Generalitat para todas las empresas que han realizado inversiones en maquinaria y para el acondicionamiento de instalaciones.
– Has hablado de la importancia de cuidar al sector textil y del papel que está jugando durante esta pandemia. ¿Tenéis previsto mantener esta línea de negocio en el futuro?
Nuestro principal negocio es la fabricación de lencería textil para hostelería de gama alta y sí que fabricábamos algún producto para los hospitales como sábanas, toallas, protectores de colchón, almohadones pero el 90% de la empresa estaba centrada en hostelería.
En estos momentos, el sector de la hostelería está paralizado. Con la llegada de las vacunas y si estas tienen éxito, esperamos que para el verano próximo podamos volver a cierta normalidad.
«Estamos fabricando en torno a las 200.000 batas quirúrgicas al mes y, de mayo a principios de este mes, habremos producido ya un millón de unidades»
De todas formas, si realmente se quiere que en España el sector textil destinado a la fabricación de productos sanitarios sea una industria esencial es necesario que se produzcan cambios en la actual Ley de Contrataciones Públicas. Mientras no se valoren otros aspectos complementarios al precio como pueden ser la calidad, el medioambiente o el diseño no se podrá llevar a cabo en España la fabricación de este tipo de productos.
Esta es una reivindicación que compartimos todos los empresarios y Ateval está haciendo fuerza para que llegue a oídos de la Administración y se modifique porque, sino es así, será un deseo de las empresas mantener un sector textil sanitario pero sin la colaboración de las administraciones será imposible que tenga una continuidad en el futuro.
Lo que sí que tenemos claro es que nuestro negocio principal es la hostelería de gama alta. La línea sanitaria no ha supuesto la creación de una nueva área de negocio porque ya la teníamos. Lo que hemos hecho es ampliar la gama de productos que ya destinábamos a los hospitales y que no habíamos fabricado anteriormente.
Además se trata de productos que conllevan un proceso de fabricación totalmente nuevo y diferente y con requisitos mucho más exigentes en cuanto a normativas de lo que hacíamos anteriormente.
A pesar de todo, nos va a venir bien porque ya contamos con las instalaciones acorde a la normativa. Además, todos aquellos procedimientos que hemos integrado e interiorizado dentro de la empresa vamos a aprovecharlos para mejorar nuestros artículos en el futuro.
En definitiva, vamos a salir mucho más fuertes en el futuro porque todo este proceso que hemos vivido nos ha demostrado tres aspectos importantes: el primero, que la empresa, desde el punto de vista financiero, estaba fuerte y, gracias a ello, hemos podido acondicionar las instalaciones; el segundo aspecto se ha centrado en la agilidad con la que tomamos decisiones de ajuste en la empresa el pasado mes de marzo; y por último, la rapidez con la que hemos nos hemos reorientado. Todas ellas no hubieran sido posible sin el equipo humano de Vayoil.
– Los productos de Vayoil para hostelería se han caracterizado por su innovación y su sostenibilidad. ¿Lo habéis trasladado también a los productos sanitarios?
Lo de sostenibilidad es algo innato en Vayoil. De hecho fabricamos también varios modelos de mascarillas higiénicas con materiales sostenibles. Además, estamos estudiando la fabricación de batas con materiales sostenibles o biodegradables.
– ¿Estáis trabajando en productos nuevos para el sector de hostelería?
Estamos retomando el desarrollo de productos que teníamos paralizados desde marzo. Sobre todo estamos creando artículos, tanto sábanas como toallas de gama alta con prestaciones especiales. En concreto, hablamos de sabanas de más de 500 y 600 hilos con prestaciones especiales o fabricadas con materiales sostenibles. También estamos trabajando con toallas de hilo peinado, bambú y con otras fibras que estamos utilizando que, además de ser sostenibles, cuentan con otras prestaciones de confort.
– ¿Cuándo verán la luz estas nuevas creaciones?
Lo tenemos que estudiar. En su día se pensó que fueran lanzadas en enero de 2021, pero lo hemos pospuesto para mayo junio de ese mismo año.
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