La CEOE apunta a una caída del PIB de hasta el 9 % y pide más flexibilidad
La CEOE ha puesto números al impacto de la COVID-19 en la economía con un descenso de hasta el 9 % en el PIB de este año, 900.000 parados más y un déficit del 11 %, un escenario ante el que urgen a planificar una buena estrategia de recuperación con más flexibilidad para las empresas y moratoria de impuestos.
En un informe difundido este miércoles, la patronal apunta dos escenarios de impacto debido a la «enorme incertidumbre» sobre la evolución de la propia crisis sanitaria y la desigual afectación por sectores de la economía.
Así, en el mejor escenario -en el que se estima el final del confinamiento para los primeros días de mayo- el PIB caerá un 5 % en el conjunto del año, se perderán 445.300 ocupados en términos de Encuesta de Población Activa (EPA) y la tasa de paro pasará 14,1 % al 16,5 %, con 560.400 parados más, hasta situarse en 3,8 millones.
En otro más adverso, con una confinamiento más prolongado y una menor efectividad de las medidas adoptadas, la caída del PIB podría situarse alrededor del 9 %. En este caso, el empleo caería un 4 % en media anual, con un descenso de la ocupación de 796.800 personas, y el paro se elevaría en 912.000 personas, hasta casi los 4,2 millones, con una tasa de desempleo del 18 %, explican.
La CEOE también hace un cálculo de cuál habría sido el comportamiento del empleo sin la posibilidad de acogerse a los ERTE en las actuales condiciones: la tasa de paro escalaría al 18,7 % en el mejor escenario y superaría el 20 % en el peor. Junto al impacto en PIB y empleo, la CEOE hace sus estimaciones de gastos de las medidas adoptadas, descenso de ingresos y, en consecuencia, en déficit y deuda.
Desde la patronal, estiman que la menor recaudación en distintos impuestos puede llegar al 20 % en el caso del IVA, unos 14.000 millones, o al 30 % en impuestos especiales- 6.000 millones.
En el primer punto, señalan un aumento del gasto entre 25.000 y los 30.000 millones sin tener en cuenta nuevas posibles medidas como el ingreso mínimo vital. En el segundo, realiza cálculos de la menor recaudación en distintos impuestos que puede llegar al 20 % en el caso del IVA, unos 14.000 millones, o al 30 % en impuestos especiales (hidrocarburos, alcohol y tabaco) 6.000 millones.
En cuanto a los impuestos directos, señalan que el efecto en el IRPF se repartirá entre este año y el próximo y será de entre el 5 % y el 10 % (4.000 y 8.000 millones) mientras que en el impuesto sobre Sociedades puede estar entre 1.000 y 2.000 millones.
Por último, respecto a las cotizaciones a la Seguridad Social, la CEOE calculan que podrían caer entre el 12,5 % y el 25 %, lo que equivale a un descenso de entre 15.000 y 30.000 millones.
Conclusiones
En definitiva, la pérdida total de recaudación podría estar entre el 8 % y el 15 %, es decir entre 31.000 y 60.000 millones. Con estas evoluciones, se calcula un déficit público de entre 80.000 y 120.000 millones, en una horquilla del 7,5 % y el 11 % del PIB, en función del comportamiento de la actividad, y a una deuda pública que ascendería hasta el 108 % o el 115 % del PIB.
Es de enorme importancia que se planifique una estrategia de normalización en la que se adopten las medidas adecuadas, señalan desde CEOE
La CEOE también añade que, según sus estimaciones, con la reducción más estricta aplicada entre los días 30 de marzo y 9 de abril, el nivel de actividad económica se habría reducido un 60 % y que tras la Semana Santa se volverá a un nivel de actividad de alrededor del 70 %. «Es de enorme importancia que se planifique una estrategia de normalización en la que se adopten las medidas adecuadas, tanto en las próximas semanas como en los próximos meses, para mitigar los efectos de la crisis y favorecer la recuperación», reclaman.
Y en este sentido, urgen a habilitar más líneas de avales para dotar de liquidez a las empresas y a un aplazamiento en el pago de impuestos, así como evitar limitaciones y prohibiciones para su actividad aumentando la flexibilidad del tejido productivo.
«Hay que tener en cuenta que aquellas empresas que no tengan apoyo económico, fiscal o financiero en esta crisis, tienen un riesgo muy alto de desaparecer, sobre todo, las pymes», advierten.
En esta misma línea, el presidente del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), Francisco J. Riberas, ha reclamado este miércoles al Gobierno centrarse en la recuperación con un plan «de vuelta a la normalidad» con «reglas claras» para las empresas, protocolos de seguridad y actuaciones por sectores ante el impacto del COVID-19.
Y el Círculo de Empresarios ha pedido al Gobierno que empiece «cuanto antes a definir, compartir y consensuar el plan de retirada de las medidas restrictivas más apropiado para enfocar y afrontar la decisiva fase de recuperación económica«.