«Al hablar de Léger, hablamos de una manera muy personal de entender el cubismo. Sus formas, a pesar de ser abstractas, son muy reconocibles. Eleva los elementos cotidianos de las clases populares al rango artístico; quería que el arte tuviera sentido para la gente». Estas palabras de Darren Pih, conservador de la Tate Liverpool y comisario de la exposición que inaugura hoy el IVAM sobre el artista francés, marca el territorio a través del cual se moverá el espectador en la Galería 1 del museo. Los vivos colores que caracterizan sus pinturas completan el discurso optimista de quien pensaba, de nuevo según Pih, «que el arte debía ser útil para toda la sociedad».
Fernand Léger y la vida moderna reúne un centenar de obras entre pinturas, dibujos, grabados, textiles, cine y fotografía, realizados por el artista desde 1918 hasta 1955, año de su muerte. Y permite acercarse el máximo que nos es posible hoy a respirar ese atractivo cliché de la Historia del Arte del París de principios de Siglo XX, imaginando en una esquina de un café de Montparnasse las tertulias protagonizadas por Picasso, Braque, Juan Gris, Man Ray y todo el largo santoral vanguardista en el que Léger encontró su propio lugar.
“En los últimos 20 años no se ha visto una exposición sobre Léger en España de esta intensidad, y dudo que haya otra similar en otros 20 o 30 años”, expresó ayer un satisfecho José Miguel G. Cortés, director del IVAM, en la presentación de una de las muestras más esperadas del año en la ciudad. En este caso, es pertinente destacar, como hizo G. Cortés, que el proceso de creación de la exposición ha sido “muy laborioso”, ya que las obras expuestas proceden de la ya mencionada Tate Liverpool y también de centros del mayor nivel mundial como el Reina Sofía, el Pompidou de París, o el londinense Victoria and Albert Museum, entre muchos otros.
“Las vanguardias explican de dónde venimos y qué se está haciendo hoy en el ámbito de la creación artística”, subrayó el director del museo. Añadió que “Léger representa el espíritu de su época y de su tiempo» y reflexiona sobre “el papel del individuo en el mundo industrializado”. Además, resaltó el hecho de que «estableció un lenguaje propio, de tal modo que con sólo un rápido vistazo cualquiera reconoce una obra como suya».
La exposición está dividida en cuatro áreas: La experiencia de la vida moderna / Ballet mécanique, impulsada por la fascinación que el pintor sintió durante sus primeros tiempos en París por el paisaje urbano de la metrópolis, en la que la maquinaria y los nuevos medios, como los neones publicitarios, se apoderaban de las calles. Belle mécanique es una película de 1924 que realizó en colaboración con Man Ray y Dudley Murphy.
La segunda parte lleva el título de Naturaleza muerta y paisajes modernos. Darren Phi destacó que “para Léger, había belleza en todo, incluso en un montón de platos que estuviesen por lavar; en una jarra medio llena de cerveza”; esas fuentes de inspiración “conectaban con su visión política de la utilidad social del arte”. En la zona dedicada a La Exposición Internacional de Arte y Tecnología, París, 1937 –casi omnipresente en el IVAM durante este año- se entra en contacto con el momento en que la obra de Léger se definió políticamente comprometida, durante los años 30, tras adscribirse al Frente Popular socialista de León Blum. De hecho, la sala está presidida por el gran fotomural Felicidad esencial, nuevos placeres, una exaltación de la esperanza a través de la expresión artística, a las puertas de la gran tragedia de la II Guerra Mundial.
Finalmente, Objetos poéticos y el gran sujeto, representa la época final en la que Léger llegó a considerar el arte abstracto como inaccesible, y se volcó con los colores vivos en la exaltación de los esfuerzos colectivos de la sociedad, retratado como un ideal de vida. Su obra Estudio para «Los constructores», el equipo descansando» (1950), es la más reconocible dentro de su discurso que trata de celebrar la unión entre la naturaleza y el constante cambio característico del mundo de la tecnología y la industria.
Es en esta época final cuando se hace más evidente que “su influencia está presente sobre todo en el pop-art. Esa huella se percibe con especial nitidez en el Equipo Crónica”, afirmó G. Cortés, quien acto seguido anunció que «el IVAM prepara para las próximas semanas una exposición especialmente dedicada a esta vinculación».
«Con tiempo y ánimo la gente aprende a vivir y amar el arte contemporáneo», es una máxima de las más conocidas de Léger; y otro de sus lemas vitales fue que «todo el mundo tiene derecho al arte». Léger es un artista tan importante como sencillo para el disfrute de la vista. En este sentido, se puede considerar que consiguió lo que se proponía. Pocos pueden decir lo mismo.