I. Hernández (Google) define la tecnología como "el resultado de contar con las personas correctas"
En la mañana de hoy, en el hotel SH Valencia Palace, la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), ha celebrado la jornada Líderes con estrategia. Foro económico-empresarial que ha concluido con la intervención de Isaac Hernández, quien ha pronunciado la conferencia «¿Sabes afrontar el reto entre personas, tecnología e innovación? Google te cuenta su receta».
Hernández es country manager de Google for Work, la división de Google especializada en tecnologías que explotan la nube y la movilidad para ayudar a las empresas a transformarse digitalmente. A los empresarios que han asistido a la conferencia interesados en estar preparados ante el inminente reto que supone la digitalización –«nadie piensa en ser el próximo Kodak»-, Hernández ha advertido de que en muchas empresas «se sigue tratando a los empleados como si no fueran empleados digitales», que en su opinión, por ofrecer una fecha orientativa, son los que se incorporaron al mercado laboral a partir de 2005.
Las empresas abordan la necesidad de enfrentarse a la «tormenta perfecta» que, hasta ahora, estaba compuesta por la importancia creciente de las RRSS, la proliferación de los dispositivos móviles, el uso del Big Data y el trabajo en la nube; sin embargo, la exigencia -y la oportunidad-, en sus palabras, crece con la incorporación de la Inteligencia Artificial, la cual «no evolucionó en mucho tiempo, pero los elementos anteriores la han dotado de volúmenes de datos a los que nuevos algoritmos han puesto en movimiento, con infinitas posibilidades». Por ello, ha recomendado a las empresas «registrar todo tipo de datos aunque parezca que no tengan valor. En un futuro cercano, sobre la base de esta información, se construirán modelos predictivos para la captación de clientes».
Según un estudio realizado por Google, el 71% de las personas están satisfechas con la tecnología con la que cuentan en su hogar, y sólo un 15% con la que disponen en el trabajo. Esto se debe a que «las empresas no han conectado con el crecimiento exponencial de la tecnología», hecho que ha ilustrado con un efectivo video en el que se muestra la evolución de un escritorio doméstico desde los años 80 hasta hoy, en el que apenas aparecen ya una tablet y un smartphone, con lo que se demuestra «que los hogares ya se han digitalizado, pero las empresas no». El software se ha comido el mundo «y los nuevos modelos de negocio tienen que contar con la tecnología«.
El conferenciante ha pretendido darle la vuelta a la posible carga negativa que comporta el concepto de disrupción: «Google tiene 19 años de vida y crece un 20% en cada ejercicio; alguien, en algún lugar, estará pensando en mejorarnos; por tanto, debemos estar protegidos contra la próxima disrupción y sólo hay una forma de hacerlo: a través de la innovación».
En Google el concepto de innovación se formula con la máxima simplicidad: se trata de tecnología y personas, donde lo más importante son las personas, «ya que la tecnología es el resultado de contar con las personas correctas. Las ideas disruptivas, es decir, creativas, no son de las empresas, sino de las personas». El fomento de la creatividad se basa en dos campos: el empleado «engaged», es decir, personalmente vinculado a la empresa, capaz de cuestionarse y cuestionar aspectos de la misma a sus superiores, y la fórmula 80-20, en la que un 20% del tiempo los empleados lo dedican a trabajar iniciativas personales: de esta manera surgió Gmail.
Ha señalado el proceso de contratación como «un punto crítico»; Google se toma entre 3 y 5 meses en contratar «porque hay que tener las personas correctas, no pensar en el ya», lo que es otro error para que cualquier empresa se renueve con las máximas garantías posibles. Finalmente, Hernández ha concluido que «debemos crear una cultura en la que el fallo esté permitido: si es un fallo rápido y barato, mejor, pero si uno se equivoca poco es por ser poco innovador. Y se debe contar con un buen portfolio de proyectos innovadores que nos pongan en la mente del próximo disruptor: ese alguien que ahora mismo lo está repensando todo» y puede dañar a las empresas que no se hayan preparado lo suficiente.
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