Tras la reconversión, sostenibilidad
Comprobado que la reestructuración del sector público empresarial dependiente de la Generalitat avanza según calendario, y a la vista de que, tras el proceso, quedarán operativas 30 entidades, la pregunta clave es obvia: ¿cuál es el futuro de esas 30 entidades? En opinión de Bruno Broseta, “la clave de futuro para esas 30 entidades que quedan operativas es aplicar medidas de eficiencia en su gestión, que garanticen su sostenibilidad en el tiempo”. Traducido a términos contables, el reto para los responsables de dichas entidades es desarrollar una política tendente a lograr un Ebitda lo más equilibrado posible.
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“Los gobernantes y los ciudadanos debemos tener claro que es prácticamente imposible lograr un resultado de la explotación positivo cuando estamos hablando de actividades como el transporte metropolitano, la discapacidad o la gestión cultural”, explica Broseta. Por otra parte, “tampoco podemos olvidar el stock de inmovilizado y de deuda que soportan esas entidades, que vienen predeterminados de Presupuestos anteriores”.
Por lo tanto, “a la hora de medir la sostenibilidad de tales entidades, donde deberemos fijar la atención no solo es en el Resultado del Ejercicio, al final de la Cuenta de Explotación, porque ahí ya hemos contabilizado la amortización del inmovilizado y los gastos financieros, sino que también tendremos que fijarnos en el Ebitda; es decir, en la diferencia entre los ingresos por prestación del servicio y los gastos incurridos para efectuar dicha prestación: aprovisionamientos, gastos de personal y otros gastos de la explotación”.
Si asumimos que, dados los servicios que prestan dichas entidades, su explotación va a ser deficitaria, “el objetivo es presupuestar ese déficit de explotación y cumplirlo a rajatabla. Desviaciones en el Ebitda es lo que hará peligrar la sostenibilidad futura de las entidades que permanecen operativas”.