Las Naranjas de Palma con retrogusto a miel
Esta empresa nació concretamente en el municipio cordobés de Palma del Río en 2005. La compañía la formaron conjuntamente Simón Egea, Mariano Peral y Javier Ruano con un capital inicial de 20.000 euros con “las ganas y la ilusión de hacer algo nuevo”, asegura Malva.
“A pesar de dedicarse a otros oficios, vieron en la calidad de las naranjas de la zona la posibilidad de crear un negocio provechoso y original”, añade. Un negocio que consiguió cerrar 2013 con una facturación de unos 28.000 euros.
Entre sus servicios destacan la venta de las naranjas que Malva describe así: “no tenemos una producción de una sola finca, sino que las seleccionamos de las mejores huertas del valle del Guadalquivir. Además contamos con un nivel de cumplimiento de las expectativas creadas desde la compra hasta el consumo de las naranjas muy gratificante. El cumplimiento de los plazos de entrega está considerado por nuestros clientes de nivel muy satisfactorio”.
“Contamos con una muy buena presentación de nuestras naranjas y qué decir del sabor. Es diferente a las valencianas, por el retrogusto ‘mielado’ que deja. Las pocas incidencias que surgen son solucionadas con rapidez y sin coste añadido para el cliente. Además, transmitimos a través de nuestra web calidad de información”, añade.
Sus naranjas son distribuidas a nivel nacional pero también han realizado algún reparto puntual al cliente final en países como Inglaterra y Luxemburgo. Pero no sólo distribuyen naranjas, también disponen de productos como las aceitunas, el aceite, la miel y algunos vinos.
La diferencia de Naranjas de Palma reside en “el retrogusto ‘mielado’ que se funde en la boca”, apunta Malva, quien asegura que las claves del éxito de su negocio se encuentran en “la confianza que transmitimos a nuestros clientes, pues les enviamos el producto sin cobrarlo con anterioridad, para demostrar que la calidad de la que la empresa hace gala, es real”.
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