J. Sicilia, BBVA: "El impuesto a la banca está diseñado para recaudar el 0,1 del PIB pero lo reduce en 0,9 décimas"
«El impuesto permanente a la banca es anómalo, no está bien definido y da lugar a equívocos. Está diseñado para recaudar el 0,1 del PIB. Sin embargo, reduce el PIB en 0,9 décimas. Es decir, tiene un efecto directo en la economía», ha corroborado Jorge Sicilia, economista jefe del BBVA y director de BBVA Research durante su intervención en la XII Jornada del Sector Bancario Español que se ha desarrollado bajo el título: «Retos y oportunidades del sector bancario» y que organiza el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).
Jorge Sicilia ha estado acompañado, en la mesa de debate, por Tomás Riestra, director de Servicio de Estudios a cargo del Sistema Financiero del Banco Santander; y Oriol Aspachs, director de Economía Española de Caixabank. Joaquín Maudos, catedrático de Análisis Económico de la Universitat de València y director adjunto de Investigación del Ivie, ha ejercido como moderador.
Jorge Sicilia ha calificado el impuesto de «disparate» porque «el propio concepto de beneficios extraordinarios es muy extraño. Si hemos tenido un periodo donde no se cubría el coste de capital, habría que definir qué es un beneficio extraordinario». De hecho, ha matizado que no ha visto ningún operador nuevo en el sector bancario, «porque vivimos en ciclos y no son todos iguales», ha advertido.
Ha incidido en que el impuesto «está mal diseñado» porque se están gravando ingresos con lo que «no se pueden definir como impuesto». «Cuando se quiere poner un impuesto especial siempre estás pensando a qué sector conlleva daños, como es el caso del tabaco, y no a un sector que es transmisor de la economía».
Sicilia ha recalcado también que «no hay ningún organismo internacional que defienda un impuesto a la banca». «Si entrar, que puede ser ilegal y lo pueden devolver», ha señalado.
Durante el debate, que se ha celebrado en la sede de la Fundación Bancaja, también se han expuesto los retos más importantes del sector como son los riesgos geopolíticos (Oriente próximo, implicaciones de las elecciones en EEUU, etc.) y su impacto en el escenario macroeconómico, el desapalancamiento del sector privado (que afecta a la demanda de crédito), los riesgos derivados de la ciberseguridad, los riesgos climáticos (que adquieren un mayor protagonismo tras la DANA de Valencia) o la creciente competencia no bancaria (como la banca en la sombra que gana cuota y las Fintech y bigtech), entre otros.
¿Cómo está hoy la banca?
Maudos ha explicado que después de la pandemia, la banca pasó por el desierto de los tipos de interés negativos pero con la subida de la inflación se recuperó la rentabilidad.
Actualmente, la banca española es más rentable que la media de la UE (14,2% de ROE frente a 10,9%) y también más eficiente (ratio del 43,4% vs 53,3%). Sin embargo, la tasa de morosidad en España está en el 2,4 frente al 1,6% de la Unión Europea o su última posición del ranking de solvencia (CET1 del 12,8% frente a 16,1%).
En esta línea, Jorge Sicilia ha confirmado que el periodo de subidas de tipos de interés ha llegado a su fin y se avecina un periodo de fin de la rentabilidad. «Ahora tenemos una senda de tipos a la baja que conllevará que la rentabilidad caiga más allá del 13%, aunque permiten generar capital».
Ha explicado también que «el exceso de liquidez en el sistema va a continuar y los costes financieros por depósitos no van a ser elevados».
En esta misma línea, Oriol Aspachs ha destacado que esperan que «los tipos aterricen en el 2% el año que viene».
Morosidad a la baja
Jorge Salinas ha recalcado que «la mora es que no va a ser un problema ya que ha estado estabilizada a pesar de la subida de los tipos de interés».
A su juicio, «la mora va estar contenida porque las entidades son prudentes en la concesión de crédito, la tasa de ahorro de las familias está aumentando, el mercado laboral está teniendo una buena evolución y los bancos saben gestionar bien la morosidad».
Los participantes en la mesa de reflexión también han hablado sobre los desafíos a los que se tiene que enfrentar el sector bancarios como los riesgos derivados de la ciberseguridad, los riesgos climáticos (que adquieren un mayor protagonismo tras la DANA de Valencia) o la creciente competencia no bancaria (como la banca en la sombra que gana cuota y las Fintech y bigtech), entre otros.
Sobre la ciberseguridad, Tomás Riestra ha confirmado que se trata de «un riesgo creciente y ha llegado para quedarse. La banca maneja dinero y datos muy atractivos para los ciberdelincuentes».
Riestra ha informado también que entre 2017 y 2023 se han quintuplicado los ciberataques y se «están tomando medidas para la ciberseguridad».
En cuanto al cambio climático, Oriol Aspachs ha subrayado que «se trata de un reto colectivo». «Vamos hacia una economía sostenible que significa un cambio de la cultura corporativa», ha asegurado.
Ha señalado también que «más allá de la regulación, es muy difícil implementarlo si no disponemos de datos de calidad sobre mapas de riesgo, ya que se trata de eventos difícil de anticipar donde se van a producir».
Lo ha calificado también como un proceso del que «todos estamos aprendiendo y hay que ver cómo se aterriza en la estrategia del negocio».
El representante de Caixabank ha incidido también que, con motivo del cambio climático, «el sector tiene la oportunidad de financiar el camino hacia una economía más sostenible».
Ha confirmado también que una catástrofe como la DANA «no va aumentar el coste de financiación».
Otra de las amenazas para el sector que se ha abordado ha sido la competencia de entidades no bancarias como las fintech o las bigtech.
En opinión de los ponentes, la competencia es buena porque hace mejorar y crecer al sector, pero, demandan competir en igualdad de condiciones, con las mismas regulaciones que se le imponen al sector. En ese sentido, han recordado que el impuesto a la banca cambia las condiciones en las que la banca participa en esa competencia. También han advertido del riesgo que supone la excesiva regulación, más exigente en Europa, frente a la aplicación más laxa en Estados Unidos.
Desapalancamiento que impacta en la demanda del crédito
Oriol Aspachs ha confirmado que «se está configurando un escenario para que el desapalancamiento llegue a su fin. Esta comenzando a crecer flujos de crédito nuevo. Esperamos que el mercado inmobiliario vaya tomando fuerza en los próximo años, más allá de la tasa de demografía. Además, la oferta de vivienda comienza a despertar».
En cuanto al riesgo reputacional, Tomas Riestra ha reconocido que «cuando miras los estudios sobre sectores, el bancario es el más castigado. La crisis financiera hizo mucho daño en la confianza de la población en el sector». Para solucionarlo, ha recomendado «mucha labor didáctica» y «la necesidad de demostrar la importancia de banca para la transformación económica y financiera hacia la economía verde», ha destacado.