J. M. Beneyto, IGS: «El Consejo no puede delegar en máquinas su responsabilidad»
En un mundo donde la innovación es primordial, la inteligencia artificial (IA) ha emergido como un aliado poderoso para las empresas, pero, como históricamente ha ocurrido con los grandes cambios tecnológicos, este también traerá grandes cambios sociales y empresariales y los consejos de administración no son ajenos y deben estar preparados par ellos. De hecho, «un consejo no puede mantenerse al margen de la tecnología», apunta José Manuel Arnaiz de Castro (Digi).
Para arrojar luz sobre esta cuestión, hemos recogido la opinión de José María Beneyto, presidente del Instituto Gobernanza y Sociedad (IGS); Óscar García-Velasco, socio-director de Amrop España, la firma global de consultoría de liderazgo; Almudena de la Mata, CEO de Blockchain Intelligence; José Manuel Arnaiz de Castro, fundador y consejero de Digi; y Luis Huete, profesor de IESE Business School.
Todos ellos coinciden en señalar que la IA ha llegado para quedarse y que se trata de una tecnología que avanza a pasos agigantados, por lo que, según De la Mata, “no es negociable, hay que abordarla sí o sí porque es la clave de la supervivencia hoy en día”.
A juicio de Arnaiz de Castro, “la IA nos va a permitir hacer un uso de los conocimientos más eficiente, rápido y preciso, incluyendo la capacidad de hacer simulaciones profundas de distintos escenarios, lo que nos puede ayudar en la toma de decisiones operativas en materia de finanzas o marketing, así como permitir la personalización de la experiencia del cliente o usar mejor los recursos económicos y humanos”.
¿Pero, cómo impacta la IA en un consejo de administración?
Para Beneyto (IGS), «la IA impacta en el consejo sobre todo en la toma de decisiones y la responsabilidad de los consejeros». A su juicio, «la IA generativa supone un grado de autonomía que debe de estar previamente analizado y aprobado por el Consejo».
Recalca también que «el Consejo no puede delegar en máquinas su responsabilidad» e incide en que los «consejeros deben conocer el funcionamiento y las potencialidades de la IA, su extraordinaria capacidad de aglomeración de datos y saber supervisar la gestión de la IA por la alta dirección».
Recomendaciones para los consejos que emplean la IA
García-Velasco (Amrop España) expone tres grandes recomendaciones para los consejeros: «No tener a la IA como un punto más en la agenda; profundizar sobre esta tecnología para poder ser inquisitivo en la materia; y conservar la independencia en sus decisiones y no ser proclives a aprobar puntos que no comprenden ya que el riesgo es altísimo».
Ahonda también en que los consejeros deben recibir la IA como «un cambio inevitable» y «entenderla como una herramienta que, bien usada, puede potenciar su capacidad en la toma de decisiones y en el día a día de su actividad».
En esta misma línea, Beneyto añade que «los consejos deben estar permanentemente alerta ante los cambios tecnológicos, formarse y responder a los desafíos con los máximos estándares éticos. Deben de estar claramente delineados las competencias de gestión de la alta dirección y la supervisión por el Consejo».
Sin embargo, ¿tienen los consejeros suficiente capacidad de gestión legal para los desafíos que presenta la IA? Para Beneyto es muy probable que sea necesaria una nueva regulación sobre las funciones y responsabilidades de los consejeros. «La IA va a transformar completamente el sistema actual de regulación, su marco y su contenido». señala.
García-Velasco recalca que la IA es “un acelerador de la ventaja competitiva de las empresas que, además, solidifica la marca en el mercado y potencia su empleabilidad”. Eso sí, todas estas grandes ventajas también ponen sobre la mesa “riesgos bastante serios”, como coinciden en recordar estos expertos.
¿Y los riesgos?
Los expertos consultados ponen sobre la mesa una serie de riesgos. Así, Huete (IESE) explica que la IA “podría disparar los conflictos internos en las empresas, debido a los cambios que va a provocar y a las decisiones que habrá que tomar, con las que no todos estarán de acuerdo”, así como que “los trabajos repetitivos desaparecerán, creando una importante polarización social”.
García-Velasco apunta que “no hay que temer a la IA”, la clave está en “entenderla y estar atento y preparado para asumirla«. De ahí que fije la mirada en la necesidad de que cada consejero pase por un proceso cognitivo, comenzando por una autoevaluación de su situación respecto a esta tecnología y, sobre todo, se mantenga al tanto de todas las novedades, reglamentos y cambios legales de una herramienta que evoluciona día a día a una velocidad de vértigo. Y esto, según De la Mata, debería ser “una responsabilidad personal que asumiera cada consejero”.
Calibrar la inteligencia artificial con la humana
Y, como los consejeros deberán definir cuáles quieren que sean los algoritmos que alimenten la IA de su organización, así como el uso que darán a los datos que esta les proporcione, se hace indispensable que optimicen su capacidad de juicio de esos datos «calibrando la inteligencia artificial con la inteligencia humana», explica García-Velasco.
Así, entre las cualidades necesarias para un consejero en esta era de la IA que han dibujado estos expertos deberían encontrarse la capacidad holística y la crítica, además de unas altas consideraciones éticas.
En España aún queda mucho por hacer en este sentido. Según García-Velasco, “hay más intención que acción” o, como añade De la Mata, “más interés que urgencia y dedicación profunda en la formación para limitar los riesgos”. Y es ahí, precisamente, donde estos expertos consideran que la gobernanza debe centrarse, ya que, como afirma Arnaiz de Castro, “un consejo no puede mantenerse ajeno a la tecnología”.
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