Hay algo de soñador en vivir en un hotel. Que levante la mano quien no haya fantaseado nunca con la idea de encontrar la cama recién hecha cada día, las sábanas blancas bien estiradas, impolutas, cambio de toallas solo con dejarlas en el suelo, acceso a gimnasio, piscina, spa y servicio de lavandería. En definitiva, la absoluta despreocupación por las fútiles tareas domésticas que recaen en manos ajenas. Algo parecido plantean las branded residences.
¿Y qué son las branded residences? En la teoría, un concepto de viviendas de superlujo que no para de crecer en España. Según la consultora inmobiliaria Colliers, las branded residences suelen encontrarse en ubicaciones privilegiadas, tanto urbanas como vacacionales, y están dirigidas a clientes de alto poder adquisitivo que buscan una experiencia de vida de lujo.
En la práctica, Elodie Casola, directora de Marketing y Comunicación de Abama Luxury Residences, lo explica así: «Los clientes no solo pagan por tener la propiedad, sino por el servicio de tener una propiedad impecable a su disposición. Como propietario, no me tengo que preocupar de si va a haber o no agua caliente, si aparecen humedades en las paredes, de si el jacuzzi va a estar a la temperatura adecuada o, incluso, de la decoración. Todo está pensado para que cuando lleguen con su maleta, cuelguen la ropa en el armario y se olviden de todo lo demás, vengan un mes o seis al año».
El despegue de las branded residences
El sector hotelero está mostrando mucho interés por este segmento. Pero, empecemos por el principio. ¿Cómo surge el concepto de las branded residences? El modelo arrancó hace aproximadamente 40 años en Estados Unidos y, poco a poco, se fue expandiendo por Europa.
Desde Colliers explican que la génesis de estos proyectos inmobiliarios se encuentra en la colaboración entre el promotor inmobiliario y el operador hotelero. Ambos trabajan juntos para «desarrollar un producto que, con características y prestaciones similares a las de una vivienda privada convencional, ofrece el valor añadido del diseño y muchos de los servicios que el cliente de un hotel de lujo disfruta».
¿Continúa la relación entre promotor y operador una vez finalizado el proyecto? En muchas ocasiones, tras la construcción, comercialización y venta de la propiedad la relación se extingue. No es así en el caso de Abama Luxury Residences, ubicada en Tenerife. «My Way Hotel & Resorts pertenece a la misma propiedad de Abama. Igual que nosotros somos los proveedores exclusivos de la venta y el desarrollo de la parte inmobiliaria, como promotor, My Way es la exclusiva operadora de estos apartamentos turísticos», explica.
Y agrega: «Damos un servicio posventa al propietario que va más allá solo de ocuparnos de la vivienda; nos ocupamos de él. Tenemos un club de propietarios donde organizamos experiencias y eventos. Por ejemplo, torneos de golf. Tenemos un equipo de personas que se ocupan solo de atender las necesidades de los clientes. Va mucho más allá de una gestión hotelera pura y dura».
Las branded residences en España
Muchas de las celebrities más icónicas del siglo XX pasaron sus días en un hotel. Coco Chanel, Salvador Dalí, Oscar Wilde… Incluso, la mítica exprimera ministra de Reino Unido, Margaret Thatcher, murió en la mejor suite del Hotel Ritz de Londres en 2013. El glamour de antaño se convierte en una tendencia de hiperlujo, solo al alcance de muy pocos, en la actualidad.
Según datos del portal inmobiliario Idealista, existen cinco proyectos desarrollados en España, con un total de 300 viviendas. Las proyecciones apuntan a un crecimiento de más del 300% en los próximos años. Fuentes de Colliers comentan que la oferta alcanzará las 1.200 unidades en cuatro años y estará repartida en 17 desarrollos ubicados en los principales polos turísticos del país.
Grandes cadenas hoteleras como Marriott, Accor o Four Seasons -además de la ya mencionada Abama Luxury Residences– se han lanzado a la piscina de las branded residences.
Four Seasons (Madrid)
Four Seasons Private Residences Madrid forma parte del Centro Canalejas Madrid, un proyecto emblemático de transformación de siete edificios en un concepto único. Los edificios se encuentran ubicados en una localización única, a escasos metros de la icónica Puerta del Sol.
Las private residences, de entre uno y cuatro dormitorios, se encuentran en las plantas quinta a octava del complejo y gozan de impresionantes vistas y un cuidado diseño interior, que dan acceso a sus ocupantes a todos los servicios del hotel Four Seasons.
Abama Luxury Residences (Santa Cruz de Tenerife)
En concreto, Abama cuenta con dos promociones de branded residences, dada la alta demanda que han experimentado desde el inicio: Los Jardines de Abama y Las Villas del Tenis.
La primera, con vistas al impresionante paisaje canario, cuenta con apartamentos completamente equipados que van desde los 62 hasta los 143 metros cuadrados, con terrazas de entre 22 y 128 metros cuadrados. La segunda, con villas de entre dos y tres dormitorios, tiene una superficie interior que va de 124 a 182 metros cuadrados, en terrenos de 434 a 766 metros cuadrados, rodeados de increíbles jardines.
Branded residences: ¿vivienda o inversión?
Los usos de estas viviendas son variados. En el caso del Four Seasons de Madrid, al estar ubicado en pleno centro de la ciudad, su uso perfectamente puede ser el de primera vivienda. Aunque lo más habitual, como ocurre en el resort de Abama, es que se trate de una segunda vivienda de uso más vacacional que residencial.
Elodie Casola comenta que el cliente mayoritario de Abama proviene del norte de Europa, «de países de clima duro que buscan lugares donde puedan venir a pasar temporadas de descanso». La norma general establece que al tratarse de propietarios no residentes solo pueden estar de forma continuada en suelo español durante 90 días, aunque varía según la autonomía en la que nos encontremos. ¿Y el resto del tiempo? ¿Qué ocurre con la propiedad? Que puede destinarse al alquiler turístico, logrando un retorno por ello. La gestión, normalmente, también recae en el operador.
El precio, si se lo estaban preguntando, apto para pocos bolsillos. En el caso del Four Seasons, estas branded residences se comercializaron a partir de 15.500 euros el m2 en 2017, siendo tres millones de euros la vivienda más asequible (un dormitorio) y 18 millones de euros el más caro (un ático). Si viajamos a las Islas Afortunadas, los precios oscilan desde los 895.000 para un apartamento de dos dormitorios hasta dos millones de euros para una villa ubicada en una parcela de 471 metros cuadrados.