Jueves, 25 de Abril de 2024
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Financiación alternativa a través de los mercados de capitales

Carlos Ochoa, Socio de Broseta-Protector del Inversor | Bolsa de Valencia en www.bolsavalencia.es

Uno de los factores que se señala como agravante de la crisis financiera iniciada en 2008 fue la excesiva dependencia a la financiación bancaria que tenían las empresas españolas.
En el año 2007, el crédito bancario suponía el 95 % de la deuda total de las empresas españolas, en un escenario de crecimiento de la economía en el que las empresas parecían no contar con motivos para diversificar sus fuentes de financiación.

Fue precisamente la crisis la que originó la aparición e incremento de alternativas de financiación que permitiesen a las empresas superar la restricción del crédito bancario.
Además del gran incremento de proveedores alternativos que han contribuido a la diversificación (fondos de capital riesgo, fondos de deuda, plataformas de financiación participativa, etc.), desde Bolsas y Mercados Españoles se crearon dos instrumentos con el objetivo de ofrecer mayores facilidades para el acceso a los mercados de capitales: el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) y el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF).

Ese contexto ha permitido que en la última década las empresas españolas reduzcan notablemente la dependencia a la financiación bancaria, en aproximadamente diez puntos porcentuales.

MAB y MARF

En el año 2008 se creó el MAB, un mercado específico dirigido a empresas de reducida capitalización, que buscan expandirse mediante la emisión de acciones (bien en el momento de su incorporación al mercado o posteriormente, mediante ampliaciones de capital), con una regulación, costes y procesos adaptados a sus características. Adicionalmente, en el MAB cotizan otro tipo de compañías, como las Sicav o las socimi. En conjunto, más de cien compañías cotizan en el MAB, con un valor por capitalización que ascendió a más de 13.000 millones de euros en el primer semestre de 2019.


«En la última década las empresas españolas han reducido su dependencia de la financiación bancaria en casi 10 puntos»


Unos años más tarde, en 2013, se creó el MARF como un mercado alternativo de renta fija, con el que las empresas pueden financiarse mediante la emisión de valores de renta fija (bonos y pagarés), también con unos requisitos más flexibles que el mercado regulado.

Desde su creación, en el año 2013, ha tenido un gran y sostenido crecimiento, hasta alcanzar en el año 2019 un saldo vivo de financiación de más de 5.300 millones de euros, incluyendo la reciente emisión de bonos verdes registrada en este mercado.

Los números ponen de manifiesto que los mercados constituyen un mecanismo de acceso a la financiación que ha sido utilizado con éxito por las empresas en los últimos años, pero la cotización genera otros efectos positivos: la liquidez para los accionistas o titulares de los valores de deuda; la transparencia y mejora en materia de buen gobierno corporativo que supone el cumplimiento de las obligaciones de información del mercado; o la fijación diaria de valor de la empresa, son solo alguno de los ejemplos de esos efectos que, a largo plazo, son generadores de valor para los accionistas.


Una estructura diversificada y balanceada permitirá a las pymes estar mejor preparadas frente a las crisis


Teniendo en cuenta el peso que las pymes tienen en el tejido empresarial español, los mercados alternativos tienen un recorrido extraordinario y deben ser una de las posibilidades que se tome en consideración por las empresas cuando estructuren su financiación.

Una estructura diversificada y balanceada les permitirá estar mejor preparadas para potenciales crisis financieras, tanto de restricción del crédito bancario, como de tensiones en los propios mercados de renta fija y variable.

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