Las tres ‘C’ que debe cumplir el líder
Manuel Guillen: A mis alumnos les hablo de las tres ‘C’: el líder debe ser persona con Cabeza -intelectualmente no puede estar dando bandazos-; debe ser persona con Corazón -con inteligencia emocional-; y la tercera ‘C’ tiene que ver con la dimensión del Carácter: personas de carácter, maduras. Por tanto, personas que son responsables, que dan la cara; personas con virtudes para crear una Comunidad. Si queréis, ahí estaría la ‘C’ que sintetiza las otras tres.
¿Qué va a pasar en los próximos cinco años? La responsabilidad social la doy por hecha, al igual que las políticas de sostenibilidad. Cualquiera de ambos conceptos –RSC y sostenibilidad- van a formar parte de las organizaciones. Y lo mismo cabe decir, como ha señalado Isabel, de la femineidad: los directivos del mañana van a ser directivas; basta con asomarse a las aulas.
Y voy a añadir otro factor que muchos coincidirán conmigo que va a ser clave: el emprendimiento. La iniciativa creadora, el montar nuevos negocios, aportar valor, sumar… Si no es así, los mejores se van todos fuera; se llevarán su capacidad de emprender a Alemania, a Inglaterra, etc.
Y hablando de las virtudes del líder, no debemos olvidar la humildad. Para aprender de los propios errores, para reconocer las equivocaciones. Humildad mezclada con emprendimiento es igual a magnanimidad. Necesitamos líderes que reconozcan sus debilidades, sin miedo a que el equipo conozca sus limitaciones, pero también sepan y valoren lo que hace bien, porque, como decía Santa Teresa, humildad es “vivir en verdad”. En ese sentido, la magnanimidad complementa la humildad, porque una persona humilde puede tener grandes ambiciones, nobles, de servir a la sociedad en la empresa, ganando dinero.
NO MÁS EGO, POR FAVOR
José E. García: Voy a contestar la pregunta al revés; voy a decir lo que no me gustaría encontrarme dentro de cinco años. No me gustaría encontrar líderes con ego. El ego hay que dejarlo en casa cuando gestionas un equipo. El ego no aporta nada y aún me encuentro demasiada gente con el ego excesivamente subido. El ego solo aporta disfunciones en la empresa. Por ejemplo, el ego no permite escuchar. Lo que habéis definido como madurez para mí es criterio. Mi padre no tenía estudios y montó un grupo empresarial de hostelería, porque siempre mantuvo el mismo criterio: sacrificarse por los demás. Si piensas en los demás, generas que ellos se identifican con tus valores. Si haces lo que tienes que hacer, la gente se identifica contigo, con tu forma de ser, y eso es una cultura organizativa y unos valores.
Por último, me gustaría hablar de inter-emprendimiento. Para mí, como presidente de Jóvenes Empresarios, el emprendimiento aporta un valor fundamental para las empresas, pero echo de menos inter-emprendedores, gente que venga con iniciativa, que te diga “he pensado esta noche que podríamos…”.
Inés Gil: Si los líderes son realmente líderes, los inter-emprendedores aparecerán solos, porque muchas veces lo que le falta al trabajador es que su jefe le escuche, le motive, que se comprometa con él. Así, el trabajador se sentirá mucho más motivado y pensará más en la empresa y cómo mejorarla. También creo que hay que generar una cultura de ética empresarial. Ahora en las escuelas de negocios se enseña a directivos y mandos intermedios muchas cualidades para ser un buen líder, pero se les enseña poca ética.
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