¿Has recibido alguna vez un correo profesional en el que tu interlocutor pide algo y ni te saluda? ¿Has esperado durante más de quince minutos a una persona para una reunión? Son cosas que suceden en el día a día y que a todos nos molestan, pero que a la vez debemos evitar hacer.
Respeta tu tiempo y el de los demás
A todos nos molesta que un cliente llegue tarde o que nos llame en nuestras horas de descanso fuera de la oficina. Por ese motivo, debemos respetar nuestro tiempo poniendo límites y también el tiempo de los demás y llegar a tiempo a nuestras citas, evitar las llamadas o los correos electrónicos en horarios fuera de la oficina etc.
Preocúpate por la gente que te rodea
La empatía es una parte esencial en el trato humano y profesional. No somos máquinas y no todos los días nos sentiremos igual, por ese motivo es importante que nos preocupemos de las personas que nos rodean en el trabajo. Pregunta cómo están, preocúpate si están enfermas, habla con las personas y escúchalas.
Aprende a creer en ti mismo
Creer en uno mismo nos aporta confianza y refuerza nuestra autoestima. Una persona que cree en sí misma es capaz de transmitir buenas vibraciones y que el ambiente de trabajo en una empresa mejore.
Transmite buena energía
En relación con lo anterior, está el tener una visión positiva de la vida. En cualquier circunstancia, sea buena o mala, podemos ver un lado positivo y aprender la lección que nos da la vida. Esto nos ayudará a transmitir buena energía a la gente que nos rodea y crear relaciones profesionales de confianza.
Aprende a ser proactivo
La proactividad nos impulsa a estar en movimiento, a buscar, a explorar, a preguntar y a no esperar que las cosas nos vengan hechas. Una persona proactiva busca una solución cuando hay un problema, en lugar de pararse a buscar culpables.
Si buscas trabajo llama a las empresas que te interesan, si buscas clientes acude a sus oficinas. No tienes nada que perder y sí mucho que ganar.
Actúa siempre con respeto
El respeto hacia otras personas es esencial en cualquier relación humana y desde el punto de vista profesional es fundamental. Muchas veces trabajamos con personas maleducadas o que simplemente tienen otras costumbres, pero nuestro respeto debe permanecer intacto y marcar la diferencia.
No dejes nunca de tener curiosidad
Un niño hace mil preguntas, prueba, se cae, no tiene miedo a fracasar, simplemente tiene el impulso y la ilusión de seguir, porque posee una gran curiosidad. Esas ganas de conocer cosas nuevas, de investigar no la podemos perder como profesionales por eso es importante formarse continuamente, aprender de otros, buscar.
Apúntate a cursos o talleres, busca información y aprende de forma continua, nunca dejes de tener curiosidad.