Grupo Clasol, un nuevo modelo de negocio en el sector hortofrutícola
El despliegue tecnológico impresiona. Más aún cuando pasamos del silencio natural del campo al bullicio de la maquinaria que selecciona, calibra y clasifica los cítricos en un laberinto de cintas transportadoras. Nada queda al azar, todo se mide al detalle. Grupo Clasol es un proyecto innovador que nació con el propósito de transformar el sector hortofrutícola y garantizar un futuro sostenible para la tierra y la agricultura.
Con un enfoque completamente integrado, el grupo cubre todas las etapas de la cadena de suministro: desde el cultivo hasta el procesado y la comercialización. Con 2.500 hectáreas de cultivo, seis almacenes y un centro logístico, Grupo Clasol se ha consolidado como un referente para la agricultura mediana y pequeña, ofreciendo una alternativa viable y prometedora para que estos sectores tengan un futuro sólido. Nos recibe César Claramonte, CEO y tercera generación de la compañía.
El origen de Grupo Clasol
– ¿Cómo fueron los inicios de Grupo Clasol? ¿Cuál es el origen y la historia detrás de la compañía? ¿Dónde y por qué empezó todo?
Mi familia se dedica al sector hortofrutícola desde hace tres generaciones en la región mediterránea de España, pero nos trasladamos a Alemania para poder vender fruta en el Grossmarkt. Con el cambio en las estrategias comerciales, los mercados perdieron relevancia, aumentando la necesidad de un enfoque más directo desde el origen con información precisa de la producción.
Esto nos llevó a regresar a España, donde recuperamos las tradiciones familiares, implementamos I+D con métodos de producción innovadores y mantenernos a la vanguardia de las variedades de cítricos. Así, pasamos de centrarnos solo en la venta y exportación a gestionar nuestras propias producciones, consolidando el proyecto Clasol.
– ¿Cuáles destacaríais cómo los hitos más importantes de vuestra historia? ¿Ha existido algún punto de inflexión determinante para la empresa?
El mayor punto de inflexión en nuestra historia fue la entrada de mi generación, cuando entendimos que el modelo tradicional de agencias comercializadoras ya no respondía al mercado. Decidimos transformarnos en un grupo integrado, gestionando todas las etapas de la cadena de valor internamente.
Con esta visión, invertimos en campos e infraestructuras, destacando la adquisición de un centro de envasado en Murcia, estratégico para la fruta de hueso. Esto no solo nos permitió controlar el proceso de confección, sino también ampliar la oferta estacional, cubriendo el periodo fuera del ciclo de los cítricos.
Posteriormente, integramos un operador logístico para completar la cadena de valor. Finalmente, consolidamos el grupo con la integración de la Cooperativa San Alfonso, creando un modelo de negocio innovador y pionero.
– ¿Qué ha significado para la compañía integrar la Cooperativa San Alfonso? ¿Cómo se fraguó? ¿Y por qué esa cooperativa?
La integración de la Cooperativa San Alfonso surgió a partir de nuestra observación del mercado hortofrutícola en los últimos años. Las cooperativas tradicionales estaban perdiendo terreno frente a los grandes grupos respaldados por fondos de inversión, que han transformado profundamente el sector.
Fue en este contexto cuando identificamos la necesidad de crear una alternativa que pudiera competir con estas grandes agrupaciones, defendiendo los intereses de los pequeños y medianos agricultores y permitiéndonos suministrar a los clientes en igualdad de condiciones.
Elegimos la Cooperativa San Alfonso por nuestra relación de colaboración. Además, es un referente en el sector citrícola en España, con más de 55 años de trayectoria, tres centros de procesado dedicados al mercado europeo y una red sólida de más de 900 familias asociadas.
Producción sostenible y de alta calidad
– ¿Cómo ha evolucionado la empresa a lo largo de estos últimos años? ¿Mantenéis los valores del principio o se han ido modificando o añadiendo otros?
Precisamente por los cambios de visión y estrategia que se han ido generando a lo largo de toda nuestra trayectoria, la empresa y los valores de esta también han ido evolucionando; eso sí, sin perder la base de la cultura familiar caracterizada por la cercanía, el compromiso y el apoyo mutuo entre agricultores, empleados y clientes.
Hoy en día, nuestra filosofía empresarial refleja esta evolución. Nos enfocamos en fortalecer y dar protagonismo a las pequeñas explotaciones agrícolas, promoviendo una producción de cítricos sostenible y de alta calidad. Esto incluye garantizar prácticas de cultivo naturales y responsables, mientras aseguramos productos consistentes que satisfacen las demandas de un mercado exigente.
Esta combinación de tradición y adaptación a las nuevas realidades nos ha permitido mantener la esencia de nuestros valores originales, a la vez que añadimos un enfoque más amplio hacia la sostenibilidad, la innovación y el compromiso con nuestros socios y clientes.
– ¿En qué punto se encuentra el interés de los fondos de inversión por empresas familiares especializadas en el sector de frutas y hortalizas? ¿Habéis recibido ofertas? ¿Pensáis en alianzas para ganar más volumen?
España es líder mundial en la exportación de frutas y hortalizas frescas, siendo uno de los mayores proveedores para mercados europeos. Asimismo, la demanda de productos frescos y saludables sigue creciendo, impulsada por tendencias de consumo más sostenibles y conscientes de la salud.
El sector hortofrutícola español está caracterizado por una alta fragmentación, con muchas empresas familiares o de tamaño mediano. Esto ha abierto la puerta a procesos de consolidación liderados por fondos de inversión, que han adquirido varias empresas para crear grandes grupos más competitivos con el objetivo de generar economías de escala, mejorar la rentabilidad y la capacidad de negociación frente a distribuidores y cadenas de supermercados.
Por nuestra parte, el elevado crecimiento experimentado por Clasol en los últimos años y un relevo generacional garantizado, ha llamado la atención de varios fondos de inversión.
Actualmente, Clasol está analizando la integración de nuevas familias de productos que no son citrícolas mediante estrategias de crecimiento inorgánico.
Una campaña «competitiva»
– ¿Cómo se ha desarrollado la temporada de cítricos? ¿Qué previsiones hay para la próxima?
Esta primera parte de la campaña, que ya se anticipaba complicada debido a la baja producción de clementinas, se ha visto además afectada por las lluvias. Aparte del impacto de la DANA, las precipitaciones han comprometido tanto la calidad como la recolección de la fruta en el momento óptimo. La calidad no ha sido la esperada y la producción ha sido aún más reducida de lo que se preveía en comparación con un año normal.
Para la siguiente fase de la campaña de easy peelers (cítricos de pelado fácil), se espera una mayor producción, tanto en España como en otros orígenes, lo que seguramente generará una campaña más competitiva y con mayor oferta.
– ¿Cómo hace frente el sector a condiciones meteorológicas adversas como sequías, lluvias torrenciales…? ¿Estamos preparados para afrontar una nueva agricultura?
No estamos preparados para situaciones extremas como la sequía, aunque mejoramos tecnologías de riego para mitigar la falta de agua. El cambio climático está intensificando sequías, lluvias extremas y temperaturas altas, afectando la calidad y producción. Además, las plagas son más difíciles de controlar por la falta de medios y la globalización. El seguro agrario es clave, pero debería ampliar sus coberturas.
Así funciona Grupo Clasol
– Cubrís todas las actividades desde origen hasta destino, controlando de forma directa todos los puntos del proceso, pasando por cultivo, envasado, comercial y logística. ¿De qué manera se gestiona una cadena de producción tan extensa y compleja?
La gestión se fundamenta en el trabajo y talento de nuestro equipo. Nos enfocamos en seleccionar y cuidar a las personas, garantizando su bienestar, mientras mantenemos un control directo en cada etapa del proceso. Desde el cultivo hasta la logística, nos aseguramos de que cada detalle se gestione adecuadamente. Nuestra estrategia es estar presentes en todas las fases, sin delegar en terceros, ya que solo así podemos asegurar la calidad y responder de manera ágil a cualquier desafío.
Actualmente, estamos implementando la metodología Lean, que se centra en optimizar procesos, eliminando aquellas actividades que no aportan valor y mejorando la eficiencia en cada etapa de la cadena productiva. Al aplicar este enfoque, no solo conseguimos soluciones más eficaces, sino que también logramos un uso más racional de nuestros recursos, reduciendo costos y tiempos de producción.
– ¿Cuáles son los productos con los que trabajáis en la actualidad?
Los orígenes de Clasol están estrechamente vinculados a nuestra tierra y a los cítricos, especialmente clementinas y naranjas, que siguen siendo la categoría principal. No obstante, en los últimos años hemos diversificado nuestra oferta para adaptarnos a las necesidades del mercado. Primero incorporamos la fruta de hueso, ampliando el catálogo de productos para cubrir todo el ciclo estacional.
Más recientemente, sumamos las berries a nuestra cartera, gracias a un plan de inversión agresivo en diferentes países europeos, de los cuales el primero ha sido Rumanía. Esto nos permite ofrecer berries durante todo el año y consolidar nuestra posición en este creciente segmento.
«Más del 90% de nuestras ventas corresponden al mercado internacional»
– ¿Qué porcentaje del negocio corresponde a mercado nacional y cuál a internacional?
Actualmente, más del 90% de nuestras ventas corresponden al mercado internacional, reflejo de nuestra estrategia principal: convertirnos en un proveedor integral de frutas para supermercados globales. En el mercado nacional, continuamos siendo un proveedor relevante para la gran distribución, consolidando nuestra presencia.
Nuestros destinos están diversificados con presencia en más de 17 países europeos además de recientes expansiones a mercados clave en América (Canadá y Colombia), Europa del Este (Hungría y Rumanía), y consolidando la posición en Francia, Alemania, los países nórdicos, Holanda, Inglaterra e Irlanda.
– ¿Ha llegado la digitalización al sector? Mucha gente puede pensar que el primario va un paso por detrás tecnológicamente hablando, ¿pero es esto cierto? ¿Qué proyectos o desarrollos lleváis a cabo en este sentido?
Clasol ha apostado firmemente por la innovación y la digitalización, implementando herramientas avanzadas para optimizar la gestión de datos en todas sus líneas de negocio. Este enfoque ha permitido armonizar procedimientos, mejorar la productividad y ofrecer información en tiempo real a los responsables de la operación. Además, se han automatizado procesos manuales para aumentar la eficiencia, reducir errores y optimizar los tiempos de trabajo.
Herramientas como SAGE X3, Microsoft 365, Qlickview, Factorial, Odoo CRM y Helper Plus han sido clave para lograr una gestión integrada de los departamentos y mejorar la operativa empresarial.
En paralelo, la modernización de los almacenes incluye tecnologías innovadoras como calibradores electrónicos para clasificar cítricos, pesadores verticales que maximizan el espacio de almacenamiento y sistemas avanzados de desinfección. Estas inversiones subrayan el compromiso de Clasol con la excelencia, la sostenibilidad y la integración tecnológica para afrontar los retos del sector agroalimentario.
Crecimiento notable
– En términos de facturación, ¿cómo habéis cerrado los últimos ejercicios? ¿Cómo se cerrará el de 2024? ¿Y qué previsiones hay para este año 2025?
La fotografía actual del Grupo Clasol en facturación agregada refleja un crecimiento notable y sostenido en los últimos años, tanto orgánico como inorgánico. De este modo, cerramos 2021 con 32 millones de euros, alcanzando 43 millones de euros en 2022, y experimentamos un salto significativo en 2023 hasta alcanzar los 120 millones de euros. En 2024, hemos alcanzado la cifra de 220 millones con la integración de la Cooperativa San Alfonso, y para 2025, estimamos alcanzar los 255 millones.
En la actualidad, estamos trabajando en un plan para alcanzar los 300 millones en 2026, a través de diversos proyectos que cubren toda la cadena de suministro.
Sostenibilidad
– La agricultura es un sector muy vinculado con la sostenibilidad, pero, ¿cómo trabajáis esta sostenibilidad desde Clasol?
Para nosotros, la sostenibilidad es fundamental, ya que representa el futuro de la agricultura y, por ende, el nuestro. En este compromiso hemos desarrollado Clasol Life, un proyecto integral que busca promover tanto el cuidado del medioambiente como el bienestar de las personas que forman parte de nuestra cadena de valor.
En el ámbito social, nos enfocamos en colaborar activamente con asociaciones comprometidas con distintas causas sociales, fortaleciendo nuestro apoyo a las comunidades.
Por otro lado, nuestras iniciativas medioambientales incluyen la instalación de paneles solares en nuestras instalaciones para reducir la huella de carbono, la implementación de sistemas de riego eficientes que optimizan el uso del agua, y el desarrollo de embalajes sostenibles que sustituyen al plástico.
Además, gracias a nuestra reciente alianza con Sol y Sabor, hemos creado Clasol BIO S.L., una empresa dedicada exclusivamente a la producción ecológica, reafirmando así nuestro compromiso con un modelo agrícola más responsable y sostenible.
Los retos de la agricultura
– ¿Cuáles son los retos actuales del sector de la agricultura? Y, en concreto, ¿qué desafíos tiene Clasol por delante?
El sector agrícola enfrenta varios retos, como la sostenibilidad medioambiental, el cambio climático, la falta de mano de obra joven y la creciente competencia global. La digitalización y la innovación son esenciales para mejorar la eficiencia, pero su implementación puede ser difícil, especialmente para los agricultores pequeños y medianos.
Por eso, nuestros desafíos no solo están con la eficiencia y la innovación, sino también con la preservación de la tierra. Clasol se presenta como una oportunidad única para que las empresas familiares y los agricultores medianos y pequeños encuentren su lugar en el mercado, siendo parte activa de una estrategia que une lo mejor de dos mundos. Por un lado, la agricultura tradicional y el cuidado del campo; y, por otro, la agilidad y la gestión de la empresa privada.
– Quizá uno de los desafíos estructurales más importantes actualmente sea la renovación generacional. ¿Cuál es el futuro del campo? ¿Cómo podemos atraer a las nuevas generaciones?
La falta de relevo en el campo no solo compromete la sostenibilidad de nuestras tierras, sino que también pone en riesgo la seguridad alimentaria y la preservación de tradiciones agrícolas. Como dice el dicho: «No heredamos la tierra de nuestros antepasados, la tomamos prestada de nuestros hijos». Es imperativo que actuemos para garantizar un futuro próspero para las nuevas generaciones en el ámbito rural.
Para atraer a los jóvenes al campo, es clave ofrecer incentivos financieros y estructurales, además de cambiar la percepción de que la agricultura es un trabajo arduo y mal remunerado. La agricultura moderna puede ser rentable y digna.
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