Pasión por su trabajo, trato cercano, frescura y gran divulgadora de la profesión científica en aquello foros donde le dan voz, son algunos de los pocos adjetivos que definen a Eva Nogales, catedrática de Bioquímica, Biofísica y Biología Estructural en el departamento de Biología Molecular y Celular de la Universidad de California en Berkeley. El año pasado recibió el Premio Shaw 2023 en Ciencias de la Vida (un “Premio Nobel Oriental”) por sus contribuciones a la biología estructural de la transcripción de genes (uno de los procesos fundamentales de la vida), convirtiéndose en la primera científica española que recibe este galardón. En estos momentos, su nombre suena para un Nobel por sus hallazgos en biología estructural.
– Tus padres lucharon por darte la mejor educación. ¿Abre todas las puerta, incluso para ascender socialmente? ¿Hay que tener siempre en la mente las raíces para no perder el norte?
La educación no necesariamente garantiza el éxito (nada puede garantizarlo), pero es un paso esencial para los que quieren crecer como personas, abrirse paso en la vida y estar mejor preparados para tomar decisiones.
Está claro que a mí y a muchos otros nos ha permitido tener una vida profesional mejor, más gratificante, mejor considerada y pagada, que la que tuvieron nuestros padres. Pero las raíces no se tienen que perder nunca. Nos definen tanto como nuestro genoma. Perderlas sería como perder un poco el alma. Yo estoy muy orgullosa de donde vengo.
No hay mejor profesión en el mundo
– Economía 3 cuenta con la Fundación Mujeres al Timón, con la que damos visibilidad a empresarias y directivas que han llegado a sus puestos por méritos propios y no por cuotas. Además entre sus valores fundacionales está la retención del talento sénior y conseguir que las niñas quieran liderar. ¿Cómo ha sido su trayectoria? ¿A qué piedras ha tenido que hacer frente en el camino?
Creo que he sabido agarrar las oportunidades que he buscado y he encontrado en ese camino y que las he enfrentado con valentía y una determinación casi ciega. He tenido mucha suerte, tanto con mis mentores, a lo largo de los años, como con los estudiantes y posdoctorales que se han unido a mi laboratorio durante sus años formativos y han contribuido con su talento y su esfuerzo. Ellos son el motor de lo que conseguimos descubrir en mi laboratorio y una constante inspiración para mí.
– En esta misma línea, e has convertido en un referente para todas aquellas mujeres que deciden adentrarse en la ciencia y en la investigación, aunque todavía las cifras son muy bajas. Precisamente por este motivo, te otorgaron el premio en la categoría ‘Inspiración STEM’ en la VI edición de los Premios Inspiring Girls, la fundación que tiene como objetivo fomentar las aspiraciones de niñas y adolescentes en sectores STEM (ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas). ¿Qué le diría a todas aquellas jóvenes que están a punto de matricularse en la Universidad?
Que vean delante suyo todas las posibilidades que se les abren, que exploren lo que les interesa y consideren la opción de una vida académica o científica sin que los estereotipos de género o de otro tipo las coarten. La ciencia y la vida académica te permiten seguir aprendiendo siempre, trabajar con gente joven y hacer contribuciones a la sociedad de las que puedes sentirte orgullosa. ¡Yo creo que no hay mejor profesión en el mundo!
– Eres líder internacional en tu ámbito con el uso de criomicroscopía electrónica para ver los componentes de las células a nivel atómico. ¿Qué es la criomiscroscopia electrónica y cuál es su contribución a nuestras vidas?
Es una técnica que te permite obtener imágenes de alta resolución de componentes de la célula que luego se pueden analizar usando métodos computacionales para obtener estructuras tridimensionales de esos componentes. Al final conseguimos producir modelos atómicos que describen su forma, movimientos e interacciones entre ellas y así comprender cómo funcionan.
Ante todo, pasión por el trabajo
– El año pasado le otorgaron el Premio Nobel oriental y este año vuelve a estar en las quinielas para Premio Nobel. ¿Qué supone para usted este reconocimiento?
Una gran satisfacción y un motivo más de estar agradecida a aquellos que han trabajado conmigo a lo largo de los años. También la oportunidad, mientras estás en el candelero, de hablar sobre ciencia a audiencias a las que no tendría acceso en otro caso.
– ¿Cuáles son las cualidades que debería reunir un buen científico?
Curiosidad, pensamiento crítico, capacidad de análisis y síntesis, dedicación, y como valor añadido, pasión por su trabajo.
– ¿Cómo se vive el saber que en lo que se está trabajando ayuda a la humanidad a mejorar su vida, sus enfermedades? ¿Es una responsabilidad que pesa?
Es una gran satisfacción que nuestro trabajo pueda servir a aquellos que trabajan en campos más cercanos a la medicina y la biotecnología como punto de partida para entender los principios moleculares de las funciones celulares y cómo fallan en las enfermedades, así como que contribuyan a acelerar los procesos de desarrollo de fármacos. Mi responsabilidad está en hacer investigación básica de calidad que nos permita entender mejor la naturaleza y en formar a nuevas generaciones de científicos que sigan contribuyendo a la ciencia. Es una responsabilidad que me encanta tener y que me motiva.
– ¿Y cuándo el equipo consigue el éxito?
Pues es una felicidad y la culminación de años de trabajo. Pero especialmente la oportunidad de empezar a pensar en el siguiente reto.
Apoyo financiero para hacer ciencia de alto nivel
Mi suerte se extiende al apoyo financiero que he mantenido durante más de 25 años y que me ha permitido hacer ciencia al más alto nivel.
Ha habido momentos duros, sobre todo al principio para establecerme de forma independiente, cuando tenía mucho que aprender y nuestros avances eran lentos. En una ocasión tuve que enfrentarme a la arrogancia y la injusticia de otro científico más senior en otra institución y en competición conmigo. Pero la historia rápidamente estableció justicia y yo aprendí en el proceso y me hice más fuerte.
– ¿Está idealizada la profesión de científico? ¿La sociedad sabe o sabemos a qué os dedicáis? En tu opinión, ¿las redes sociales ayudan a informar sobre esta cuestión o todo lo contrario?
Es difícil conocer lo que hacen otros. Yo estoy segura de que no sé bien en qué consiste el trabajo de una abogada, de un médico o de un bombero. Lo mismo pasa con la idea que otros pueden tener de lo que hacemos los científicos, que, por cierto, puede ser muy diferente de un campo a otro. ¡Imagina la diferencia entre ser una bióloga molecular como yo y una vulcanóloga!
La importancia de la curiosidad
Lo que tenemos en común es nuestra curiosidad, el método científico, y conceptos claves de cómo el conocimiento cambia y cómo los unos construimos sobre lo que han hecho otros. Todos estudiamos constantemente y entendemos el valor del esfuerzo y de aprender de los experimentos que no han funcionado.
Muy importante, la gran mayoría, si no todos nosotros, trabajamos en grupos. La idea del científico solitario al que se le viene a la cabeza una solución mágica tomando café y dibujando algo en una servilleta, eso es Hollywood, no es la realidad.
Las redes sociales, como en todo, divulgan verdades y mentiras. Muchos científicos son muy activos en las redes, contribuyen a la divulgación de conocimientos y reflejan lo que la ciencia es de manera bastante acertada. Pero también hay mucha información errónea e incluso maliciosa. ¡No nos salvamos por ser científicos!
– ¿Cómo ves a tus colegas en España? ¿Contamos con recursos en nuestro país o por el contrario Estados Unidos nos lleva la delantera? ¿Trabajáis en proyectos compartidos ambos países?
Hay gente valiosísima en España y hacen su trabajo en condiciones mucho menos favorables de las que tenemos en Estados Unidos, donde hay una tradición enorme de apoyo institucional a la ciencia. Allí hay menos burocracia y menos jerarquías, más financiación y más apoyo a los jóvenes.
La financiación es a más largo plazo y permite tanto retener talento (¡atraerlo!) como hacer ciencia más arriesgada y de perfil más alto. Además de la gran financiación del gobierno federal, muchas compañías y gente millonaria apuesta por la investigación y crea fundaciones o institutos que ponen miles de millones de dólares en apoyar a grupos de investigación, especialmente jóvenes talentos.
Luchando contra el cáncer
– Por último, ¿en qué estás trabajando actualmente? Si nos puedes adelantar algo…
¡En muchas cosas! Resalto dos líneas de trabajo paralelas y me perdonáis que sea un poco técnica.
Una tiene que ver con el estudio de la regulación del citoesqueleto de microtúbulos en neuronas, donde nos interesa especialmente como modificaciones químicas de la tubulina afectan a cómo los microtúbulos interaccionan con proteínas asociadas a ellos que controlan el tráfico de materiales a lo largo de los axones. Este trabajo tiene relevancia para entender ciertas enfermedades neuronales.
Una segunda línea tiene que ver con la regulación genética, cómo ciertas regiones del genoma son silenciadas para definir y mantener la identidad de la célula y cómo otras se activan para leer los genes que la célula necesita en ese momento. Estos estudios son importantes para entender procesos de desarrollo embrionario y en ciertos tipos de cáncer.