A la hora de compaginar vida personal y laboral, especialmente tras la pandemia de Covid-19, el orden de prioridades parece estar cambiando cada vez más. Fenómenos como la denominada «Gran Renuncia» se están dejando notar incluso en países como el nuestro, donde tradicionalmente no ocurría.
Marcus Buckingham es escritor, investigador y orador motivacional. Con una gran experiencia en el mundo de la consultoría de negocios, ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional centrado en el desarrollo de equipos de alto rendimiento. También está al frente del ADP Research Institute y es un superventas del New York Times. Su último libro, «Love+Work», nos ayuda a encontrar aquello que nos gusta en lo que hacemos.
En Economía 3, charlamos con Marcus acerca de retención de empleados, de liderazgo y de cómo lograr ser más prósperos en la vida sin quedarnos por el camino.
Dos años siendo adultos
-¿Qué crees que deben hacer las empresas para tratar de retener a sus mejores empleados?
Hasta cierto punto se puede conseguir un buen resultado con cosas relativamente simples. Yo estoy al frente de ADP Research Institute, donde dos veces al año realizamos entrevistas a más de 75.000 personas de todo el mundo. Les preguntamos por todo tipo de cuestiones relacionadas con su entorno laboral.
Uno de los aspectos que tratamos es la flexibilidad laboral. Está bastante claro que la gente lo que valora ahora más que nunca es la flexibilidad, no en cuanto al sitio, sino al horario. Hemos pasado los últimos dos años comportándonos como adultos responsables. Hemos tenido que hacer nuestros trabajos, cuidar de nuestros hijos, cuidar de nuestros padres… ahora sabemos cómo emplear mejor nuestro tiempo. Ahora pensamos «he salido de la pandemia y, ¿sabes qué?, soy un adulto».
Los trabajadores quieren que sus empresas estén a la altura y los traten como adultos. Cuando miramos los datos, aquel grupo de gente más resiliente y eficiente, son aquellos que trabajan de forma híbrida. No de forma totalmente remota, no en las oficinas… la opción más inteligente es funcionar en modo híbrido. Tenemos la capacidad de escoger muy bien cómo aplicar un modelo híbrido.
Lo mejor de nosotros
-¿Con ofrecer un modelo de trabajo híbrido es suficiente?
Hay otro aspecto más, que tiene un carácter moral, de concepto. Hemos salido de la pandemia pensando que nuestro puesto de trabajo nos tiene que ofrecer la oportunidad de expresar lo mejor de nosotros mismos. Trabajar debe tener significado para nosotros y tiene que ser un sitio donde nos encontremos a nosotros mismos.
La gente ya no acepta estar en un trabajo en el que se siente una tuerca más en la máquina, incluso aunque esté ganando bastante dinero. Tras la pandemia, para mucha gente el trabajo ya no supone una parte importante de su vida. De hecho mucha gente se ha vuelto más cínica y ve el trabajo como una transacción, muy lejos de cosas importantes como la familia o el amor.
De hecho cada vez se observa una mayor voluntad por parte de los trabajadores de moverse hacia jornadas laborales de cuatro días. Si no, hemos observado que piensan muchos, acabaré por dejar el trabajo. Este es un movimiento que en Estados Unidos está cogiendo mucha fuerza.
También hay una gran cantidad de gente que no es para nada cínica, pero que piensa que el trabajo debe ser un sitio que ofrezca la capacidad de dar lo mejor de nosotros mismos. Las compañías que se muevan en estos sentidos, serán aquellas que atraigan y conserven los mejores profesionales.
Ya sea en España, Europa o el mundo, los mercados laborales van a estar muy faltos de personal durante los próximas décadas, porque ya no tenemos suficientes hijos. Aquellas compañías que ofrezcan flexibilidad y la oportunidad para los trabajadores de desarrollarse personalmente, serán aquellas que consigan a la mejor gente.
Estar ahí
-Siendo esto así. ¿Qué aconsejarías a alguien que ocupa una posición de liderazgo para mantener a su equipo motivado?
Es muy simple, lo observamos a diario y no ha variado pese a la pandemia: lo importante es la atención. Atención sutil y continua.
¿En qué se traduce esto? Un líder debería ser capaz de poder charlar con sus empleados cada día por 15 minutos. Con cada uno y de forma individual. Hay que hacer lo que los mejores entrenadores deportivos hacen después de cada partido. Traducir esto al mundo de los negocios supone preguntar a los trabajadores qué resaltarían de la semana pasada y qué quieren hacer esta semana. Da igual que sea a través del teléfono, por email…como sea, no parece importar el medio.
Lo que importa es la atención frecuente. Ese es el mayor problema que las compañías están teniendo en la actualidad, la falta de conexión entre el líder y los miembros del equipo. Hemos hecho terriblemente complicado lo que supone ser líder. Al final, el liderazgo consiste dar atención frecuente al individuo.
Una de las razones por las que las enfermeras estaban tan desmoralizadas durante la pandemia, más allá de por la sobrecarga de trabajo, fue por la incapacidad de ofrecer a cada paciente una atención individualizada. Esas profesionales llegaban cada día a su puesto de trabajo y nadie les preguntaba cómo les estaba yendo, qué necesitaban, cómo se encontraban… y se quemaron.
Si puedes arreglar el problema de la falta de atención, si, como líder, puedes ajustar en tu ritmo de trabajo el charlar 10 minutos con cada uno de tus empleados… Eso puede no ser la forma de actuar más fácil, pero sin duda es la forma correcta de actuar.
Aquello que necesitamos
-¿Qué herramientas consideras fundamentales para poder adaptarnos a una realidad cada vez más cambiante?
Esa es una gran pregunta… Las personas no llevamos bien actuar por nuestra cuenta, por lo que la primera de las cosas que necesitamos es alguien que mire por nosotros. Si sois 70 trabajadores reportándoos ante un supervisor, lo normal es que te sientas invisible. Necesitar a alguien pendiente de ti no es ser un blando. Es como cuando tienes hijos, ya tengan 6 años o 26, necesitan alguien que les supervise.
Eso es lo que necesitamos como trabajadores, alguien que cuide de nosotros. Y si no lo tienes lo más probable es que vayas a ser muy difícil llevar a cabo tu trabajo.
La segunda cosa importante que necesitas es amar aquello que haces. Lo que nunca nos dicen en el colegio es que las actividades en sí mismo son energéticas. Los mejores trabajadores encuentran algo que les gusta mucho en aquello que hacen. Hay que buscar la excelencia en cada trabajo a través del amor por lo que hacemos.
La mayoría de la gente no ama lo que hace, pero encuentra aquello que le gusta en las cosas que hace. En el mundo de hoy, donde nadie te conoce y a nadie le interesa realmente qué te gusta o no, es importante encontrar lo que te gusta de aquello que haces. La gente que no se quema, encuentra al menos un 20% de tareas que le gustan en su rutina.
No hace falta un 100%, pero necesitas un 20% y nadie puede decirte cuales son las tuyas. Nuestros jefes pueden tener ciertas expectativas sobre nuestro trabajo, pero de todo lo que hacemos a lo largo del día, sólo nosotros tenemos la capacidad de escoger aquellas que nos encantan. Tan simple como suena.
Tu trabajo es un sitio en el que tienes que figurarte qué cosas te gustan, pero, si lo consigues, puedes pasar el día de una forma mucho más psicológicamente saludable.
La vida en movimiento
-Hablando de salud mental, debemos abandonar la idea de construir vidas con fundamentos sólidos o debemos centrarnos en estar más abiertos al cambio?
La adaptación es una cosa divertida, ¿verdad? Lo que nos dice la ciencia es que, con 90 años, tenemos 100 billones de conexiones sinápticas en nuestro cerebro. Sí, te puedes adaptar aprendiendo y creando nuevas conexiones sinápticas durante tu vida. Sin embargo sabemos que se crean más conexiones sinápticas en aquellas partes de tu cerebro donde más habían previamente. Así que no te acabas por convertir en otra persona, sino que te haces cada vez más aquello que eras.
Lo que eso sugiere es que la forma de moverte por la vida es sabiendo qué te nutre en la vida. Y cuando lo sabes, ya sea como padre, como madre, como amigo… puedes crear espacios que dominas. Todas las personas a tu alrededor que creas que se sienten seguras, que controlan la situación, en realidad son personas sin balance. Están moviéndose por puntos que controlan en sus vidas y nutriéndose de ello. Esa es la base para una vida sana y no importa qué te golpee.
En nuestras vidas experimentamos un montón de cambios difíciles, pero eso es la vida, movimiento.
Seguir las pistas
-Encuentro muy interesante este concepto de salud ligado al movimiento. Es reminiscente a las antiguas ideas de que el mundo está en constante cambio. Basándote en tu experiencia, ¿es posible encontrar felicidad en este cambio constante?
Sí. Acabo de publicar un libro titulado «Love+Work». Para mí es como un hijo de la pandemia, porque la mayoría de artículos y libros que he escrito están basados en datos. Soy un psicomotricista de profesión, lo que significa que me he pasado la vida midiendo cosas que son muy importantes para nosotros pero que no podemos medir. ¿Cómo medimos la resiliencia, la competitividad? Eso es lo que hago en la vida.
Por eso he basado muchos de mis trabajos en los datos, pero este libro va sobre amor. Cuando un niño nace, lo primero que pide no es comida, es amor. La mayoría de nuestras vidas son una búsqueda de amor, y no me refiero únicamente al amor de otra persona, sino a amar ciertos lugares y cosas.
Por tanto, ¿podemos ser felices con cambios constantes? Sí. Hay ciertas actividades que nos gustan, que cuando hacemos el tiempo pasa, que nos alegran el día. Si podemos centrarnos en eso, la vida está intentando enseñándonos el camino, aquello que nos nutre. No digo que no sea complicado, que no haya dificultades y sufrimiento. Pero sólo nosotros sabemos aquello que nos hace felices. Ese puede no ser el camino a la felicidad, pero sí el camino para prosperar.