«La gente que tiene pueblo es afortunada» decía aquel spot de Aquarius hace justo diez años, cuando lanzó una brillante campaña en la que pretendía poner en contacto a gente que no tenía pueblo con pueblos que no tenían gente y que llevaba por nombre: “Déjate adoptar por un pueblito bueno”.
El objetivo de dicha campaña, además del lógico posicionamiento de la marca, era promover el turismo rural, los pueblos ofrecían sus establecimientos con descuentos y los ciudadanos se registraban para visitar esa España vaciada que solamente se llena en verano.
Pues bien, los que somos afortunados por tener pueblo vemos como en esta época del año, nuestros pueblos y los pueblos de alrededor duplican o triplican su población. Pueblos que en ocasiones no tienen ni colegio, ni sucursal bancaria, por no hablar de los servicios básicos como médico, farmacia, supermercado o transporte público que acerque ese municipio y sus habitantes a la capital de provincia. Es decir, este es el momento del año en el que la España vaciada se llena.
Y es una España vaciada de la que nos deberíamos acordar todo el año, ya que cuando aparece la iniciativa empresarial se vacía menos. Este hecho pone de manifiesto que el turismo es un motor importante para la reactivación económica de estos municipios. De hecho, muchas de estas poblaciones sobreviven gracias al turismo rural.
Pero muchas otras han sabido acoger en su territorio a la Industria del automóvil y su industria auxiliar. Véase el caso de Opel Zaragoza cuya actividad repercute hasta Teruel con la multinacional Ronal Group (fabricación de llantas). Precisamente en Teruel, la puesta en marcha de su aeropuerto ha dinamizado la ciudad hasta tal punto que, en su plan estratégico, la plataforma aeroportuaria espera alcanzar los 400 puestos de trabajo en 2023. Lo mismo podríamos decir con otros fabricantes del mismo sector como Renault en Valladolid, Nissan en Ávila o Wolkswagen en Navarra.
Otro sector relevante y generador de empleo y riqueza en las provincias que forman parte de la España vaciada es el agroalimentario. En este caso contamos también con grandes ejemplos como el de Lactalis en Villarrobledo (Albacete), Calidad Pascual en Aranda de Duero (Burgos), Cidacos en Autol (La Rioja), Roler en Peraleda de la Mata (Cáceres) o Aceites Coosur en Jaén, entre otras.
En definitiva, donde hay una empresa se genera empleo y riqueza y los habitantes de la zona permanecen. Por ello, es fundamental que apoyemos la iniciativa empresarial y el emprendedurismo como motor dinamizador de la actividad económica y de la sociedad.
Sería deseable que la España vaciada pudiera jugar en igualdad de oportunidades y desde luego, que contara con los servicios básicos.