4 factores clave para reducir la incertidumbre empresarial ante la covid-19
Si hay una palabra que define el escenario que estamos viviendo en los últimos doce meses esa es incertidumbre. Es cierto que hemos manejado muchas más: resiliencia, ajuste, confinamiento, teletrabajo, videoconferencia… pero una de ellas resume la actual situación. Es la incertidumbre que tenemos en estos momentos ante el futuro, tanto en el corto como en el medio plazo; en el ámbito empresarial, se traduce en una situación de inquietud, de inseguridad y de tensión que sobrepasa la habitual en la toma de decisiones empresariales.
Ya sabemos que el PIB se redujo un 11% el pasado año, la mayor caída desde 1939 y que esa inseguridad en el futuro ha hecho que los depósitos de las familias crecieran un 7,4% en 2020 alcanzando un récord de 916.300 millones de euros mientras que los depósitos de las empresas se incrementaron un 15%, situándose en 297.100 millones de euros. De forma conjunta el ahorro de los residentes alcanzó 1,5 billones de euros (+9.2%). Estos datos ponen de manifiesto la situación de incertidumbre que se refleja en un incremento del ahorro como fórmula de prevención ante posibles escenarios adversos.
En efecto, ya el pasado año nos dimos cuenta de que en nuestra matriz de probabilidad e impacto incluida en nuestro mapa de riesgos no habíamos efectuado una ponderación correcta del impacto que un riesgo sanitario podría suponer y, menos aún de su duración, por lo que las contramedidas a poner en marcha se han aplicado conforme iban apareciendo los problemas para solucionar el corto plazo pero sin una visión a fondo de los efectos secundarios a medio plazo, que son los realmente problemáticos.
Entramos pues en un nuevo ejercicio económico con una gran incertidumbre sobre el escenario que se puede plantear y, semana a semana, vamos corrigiendo temporalmente los posibles efectos cuyo alcance y punto de inflexión en el mejor de los casos ya situamos a partir del mes de septiembre. Lo que sí conocemos es la posición de partida, pero hemos de distinguir sectorialmente dicha posición dado que el impacto de la crisis sanitaria, si bien ha sido general, en ciertos sectores la situación es mucho más complicada.
Es el caso del sector del ocio, turismo, hostelería, restauración, cultura, gimnasios, eventos… cuya posición actual es muy compleja y, en la que el grado de incertidumbre les afecta en mayor medida dado el cierre de su actividad empresarial en la mayoría de los casos o bien con una actividad con niveles por debajo del de subsistencia. Por otra parte, tenemos al resto de sectores que, si bien se han visto afectados por una caída en sus ingresos, han podido efectuar los ajustes económicos (ERTE) o financieros (ICO-Covid) que les han permitido cerrar un ejercicio 2020 con un equilibrio financiero al menos a corto plazo y una posición económica positiva.
No entramos en aquellos para los que esta crisis ha supuesto una oportunidad, lo que ha implicado un incremento exponencial en su nivel de actividad derivado bien por la adaptación de la producción y/o comercialización de productos que han visto incrementada su demanda, o bien por el incremento en la demanda de productos que ya venían ofertando. Estos quizás tienen el problema derivado del crecimiento que, con una adecuada planificación financiera y análisis de posibles inversiones pueden tener un ajuste que les permita dar solidez a sus proyectos.
Líneas de trabajo ante la crisis sanitaria
Una forma de tratar de minimizar esa incertidumbre es tener en cuenta unos cuantos factores que pueden ayudarnos y que pasan por cuatro líneas de trabajo:
- Ayudas y subvenciones públicas.
- Líneas de financiación.
- Moratoria en las operaciones financiera.
- Fondos europeos de recuperación.
En estos momentos, se hace necesario prestar más atención que nunca al capítulo de ayudas y subvenciones dado que las distintas administraciones públicas se han volcado en preparar distintos paquetes tanto generalistas como sectoriales y con distintas finalidades que pueden ayudar a posicionar la incertidumbre en unos mejores parámetros. Por ejemplo, recientemente la Generalitat Valenciana ha presentado un importante paquete de ayudas directas por más de 100 millones de euros bajo el paraguas del Plan Resistir y que consta de distintas líneas: canal Horeca, Ayudas Paréntesis, Avalem Comerç…. O líneas que aparecerán de inmediato ligadas al Ivace como Createc, Promoción Exterior, Digitalización… Es el momento de analizar cada una de estas ayudas que entendemos son alcanzables sobre todo para ciertos proyectos y sectores y que pueden permitir una inyección de fondos que permita una mejora de la posición económica y financiera de las empresas.
En cuanto a la financiación nos estamos encontrando con una situación en la que la banca ha disminuido el caudal de crédito a las empresas en los últimos meses en más de un 20% si comparamos dicho volumen con el prestado en 2019. El Banco de España se hacía eco de esta situación en la que justificaba la contracción de la oferta crediticia debido al aumento de los riesgos percibidos en las empresas, tanto por el deterioro de las perspectivas de la economía española como de la propia solvencia de las empresas, lo que según parece va a continuar en los próximos trimestres de este año. Afortunadamente podemos encontrar todavía las líneas ICO-Covid (recientemente una línea dedicada de forma directa al canal Horeca) que pueden ayudar a esta necesaria inyección de liquidez.
Del mismo modo tenemos a través del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) sus líneas habituales de inversión, que se han visto incrementadas con nuevas modalidades dedicadas tanto de forma específica al canal Horeca como al resto de sectores; o bien la utilización de los préstamos participativos como una posibilidad adicional de conseguir el necesario equilibrio financiero.
«Ayudas y subvenciones, financiación, moratoria y Fondos Europeos pueden ser un excelente complemento que garantice la viabilidad de nuestros objetivos empresariales»
Un canal adicional de mejora de dicho equilibrio es la posible utilización de la moratoria en los prestamos ICO-Covid que permitan conseguir un año más de carencia y la posibilidad de alargar el periodo de amortización en dos años adicionales. Somos conscientes de que esta operatoria se pondrá en marcha por pura necesidad empresarial y de las entidades financieras, pero en estos momentos, no se vislumbra que la misma vaya a ser tan automática como inicialmente se preveía. La banca y el ICO están trabajando en un plan para refinanciar los créditos avalados por el Estado que permita renegociarlos y hacer posible la devolución de los mismos, lo que no sucederá hasta el segundo trimestre del año generando una incertidumbre adicional. En estos momentos se está realizando un diagnóstico de la situación para conocer la posible insolvencia que pudiera declararse con el fin de elaborar ese marco en el que quepa la refinanciación de la deuda por lo que deberemos estar atentos a dicho plan que afectará a la gran mayoría de las empresas españolas que acudieron a esas líneas de financiación.
El programa Next Generation EU
Por último y, para paliar los efectos económicos de la pandemia, la Unión Europea ha puesto en marcha el programa Next Generation EU con el objetivo de impulsar el crecimiento económico de los Estados miembro. El Gobierno de España ya ha incorporado en los Presupuestos Generales del Estado para 2021 una primera partida de dichos fondos. En el periodo 2021-2023, España recibirá un importante volumen de transferencias y líneas de financiación a través de dos grandes instrumentos de inversión: el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) y el React-EU. De momento existe un gran desconocimiento sobre la operatoria a seguir para poder entrar en estas importantes líneas de apoyo, pero van a ser una gran oportunidad para superar los efectos de la crisis sanitaria y, simultáneamente para ayudar a la transformación de la economía europea y española. Según parece se podrá acceder a estos fondos de forma individual y, a través, de proyectos tractores (Proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica (PERTE) que están incluidos dentro del plan de recuperación, transformación y resiliencia. En estos momentos se está elaborando el funcionamiento de estos instrumentos que sin duda va a ayudar de un modo importante a la superación de la crisis.
Qué duda cabe que nos enfrentamos a una gran incertidumbre económica para el ejercicio 2021 y que es el momento de profesionalizar al máximo nuestros sistemas presupuestarios y de control económico financiero dibujando distintos escenarios y elaborando un test de estrés que nos permita conocer los efectos que se podrían derivar, pero no dejemos de trabajar en las cuatro líneas comentadas: ayudas y subvenciones, financiación, moratoria y Fondos Europeos que pueden ser un excelente complemento que garantice la viabilidad de nuestros objetivos empresariales.
Desde GB Consultores estamos trabajando en estas cuatro líneas de forma directa y complementaria a nuestra habitual actividad de planificación financiera económica con el fin de estar al lado de las empresas en estos momentos de gran incertidumbre. Como decimos en nuestros mensajes corporativos: Todo va a salir bien.