Cómo sobrellevar la crisis financiera y no morir en el intento
Si las finanzas siempre han sido esenciales en cualquier tipo de empresa, organización e incluso en nuestras economías domésticas, en una crisis como la actual pasan a ser vitales: cuestión de supervivencia. No importa si trabajas por cuenta propia o ajena, si eres emprendedor o autónomo; las finanzas nos deben ayudar a subsistir en tiempos turbulentos y debemos ser muy cuidadosos con las decisiones financieras. Un mal paso podría traer terribles consecuencias para nuestras empresas, negocios, para nosotros y para nuestras familias, ya que el sentimiento de inestabilidad es constante y nada asegura que este problema culmine pronto. Por tanto, hay que aguantar… la historia de las crisis anteriores está plagada de malas decisiones financieras.
Por ello, ahí va mi paquete de medidas financiera básicas y esenciales… Como las rutinas de entrenamiento, de lunes a viernes dedica tan solo cinco minutos a leerlas, no sea que se te olviden. Ya te aviso de que, si sigues estas rutinas, cuando salgas de esta crisis podrás lucir «tipazo» como si hubieras ido al gym financiero (o, al menos mantener, el que tenías). Empezamos:
1º Piensa solo en una cosa, solo en una cosa… Piensa en liquidez
Lo primero que debes hacer es aprender a cuidar de tu dinero. Considera que, en situaciones de crisis como la que vive el mundo por la pandemia, hay que pensar a corto plazo: vigila la liquidez y no la malgastes, recuerda que la principal causa de mortandad de las empresas es la falta de liquidez. Si tu empresa o negocio entra en una crisis de liquidez continuada, esta puede llevarte a una crisis de solvencia que es incluso más difícil de superar.
Vende todo lo improductivo, lo no necesario, los inventarios descatalogados o de baja rotación, gestiona adecuadamente los cobros y los pagos (agilizando especialmente estos), reduce stocks y, en definitiva, reduce todo lo que puedas las necesidades operativas de fondos para así generar liquidez.
2º Evalúa tu situación financiera actual… Hazte un chequeo
En la economía, como en la vida, conviene hacerse un chequeo de vez en cuando y ahora es esencial realizarlo si queremos evitar una “intervención quirúrgica de urgencia”. Debemos mirar con lupa nuestra salud financiera, de manera que, al mínimo síntoma, podamos dar a tiempo con el tratamiento adecuado. Para ello, analiza los puntos fuertes y débiles de tu empresa o negocio (liquidez, endeudamiento, solvencia, márgenes, beneficios, umbrales de rentabilidad, apalancamiento, etc…), haz una revisión completa para ver cómo estamos, qué debemos corregir y a qué debemos prestar una especial atención o cuidado. Hagámonos esta pregunta: ¿Cuánto y cómo podemos aguantar si esta crisis se prolonga más de lo esperado?
3º Necesitas un presupuesto de gastos e ingresos y de tesorería… Necesitas una hoja de ruta
Es de suma importancia trabajar en la implementación de un presupuesto, porque nos permitirá ordenar y organizar nuestras finanzas, anticipándonos a los distintos escenarios que puedan producirse.
Con un presupuesto podremos establecer una relación de ingresos y de gastos, de pagos y de cobros, realizando una planificación mensualizada que nos permita tomar mejores decisiones estratégicas y conocer de forma anticipada hacia dónde vamos, si tenemos beneficios o pérdidas, qué dinero vamos a tener y que dinero vamos a necesitar.
En los momentos actuales debemos trabajar con presupuestos bajo diferentes escenarios (pesimistas, neutros y optimistas), flexibilizarlos, revisarlos constantemente y aprender a adaptarnos rápidamente a la realidad del mercado. Sin saber hacia dónde vamos estamos perdidos… necesitamos una hoja de ruta, un camino a seguir.
4º Minimiza gastos y elimina todo aquello superfluo que no aporte valor… ¡Ahorra!
El presupuesto te permitirá analizar y revisar todos tus gastos, los que tienes en tu empresa o en tu negocio. Observa cuáles son prescindibles, cuáles no son tan necesarios. Ya sé que cuesta y que todo parece necesario, pero estamos en época de “trincheras”.
Debemos racionalizar consumos y responsabilizar a los equipos en el ahorro (implicar a toda la organización), pero sobre todo debemos intentar reducir los gastos que no aporten valor y buscar la generación de mayores márgenes o, al menos, el mantenimiento de los márgenes actuales (siempre y cuando sean considerados correctos).
5º Mejorar la eficiencia y eficacia de los recursos que disponemos… Aprovecha y mejora lo que ya tenemos
La competitividad está relacionada con la eficiencia y eficacia de los recursos, la mejora continua en los procesos, la integración a dichos procesos de nuevas tecnologías, la reducción de costes, establecer sistemas de control de calidad, eliminación de ineficacias, reprocesos, mermas. En general, debe ser implementando todo aquello que permita mejorar la eficiencia, que aporte valor y que nos haga ser más eficaces. Trabajar mejorando lo que tenemos y aprovechando nuestra infraestructura y recursos.
6º Aprende a estructurar adecuadamente tu deuda… Un endeudamiento sano
Racionaliza tu endeudamiento y busca la financiación adecuada a las necesidades de la empresa, mide tu capacidad de devolución y tu endeudamiento.
Afronta reestructuraciones y elimina tensiones y elevados endeudamientos a corto plazo que puedan afectar a la liquidez y a la continuidad de la empresa.
El endeudamiento “per se” no es malo, incluso puede ser una buena palanca para el crecimiento y para subsistir a esta crisis. Pero ¡cuidado! un mal endeudamiento puede ser el inicio del final.
Por último, no olvidad que toda crisis genera oportunidades. Hay que ser capaces de detectarlas y tener el valor de implementarlas (por si sirve de consuelo). ¡Hale!, a empezar mañana con esta rutina de entrenamiento.
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