De manzanas, volteretas y otras tendencias
Ya ha llovido desde que intermediamos en la operación de apertura de la Apple Store de Valencia. Ya son 8 años los que la firma de la manzana lleva de inquilina en el Flatiron valenciano, en la calle Colón, esquina con Roger de Lauria. Una operación que, viendo las tendencias actuales del sector del retail en Valencia, bien podría haberse cerrado este año.
Una de estas tendencias, que Apple representa a la perfección, es la llegada de las flagship stores. Una flagship, o concept store, es la tienda más importante y representativa de un firma. Más grandes, con las mejores ubicaciones, diseños significativos y una atmósfera que invita a vivir una experiencia de compra memorable, no sólo a pasar por caja. El término, que el sector del retail tomó prestado del mundo naval, no significa otra cosa que «buque insignia«.
Un gran número de marcas internacionales -y también nacionales- son las que están apostando por esta tendencia ya asentada en Madrid y Barcelona y que cada vez está más presente en Valencia. Uno de los más recientes y claros ejemplos es el espacio que Massimo Dutti inauguró hace algo más de un año en uno de los puntos más deseados a nivel comercial de la ciudad; la esquina de la calle Colón con Jorge Juan, intercambiando su ubicación con Cortefiel, que se instaló en el local que la firma de Inditex dejó en la Plaza de los Pinazo. Un espacio de unos 1.500 metros cuadrados repartidos en tres plantas -hombre, mujer y niño- en el que prima, por encima de todo, la experiencia de compra.
Experiencias memorables
Una tienda ya no puede centrarse únicamente en sus productos, como un restaurante ya no puede centrarse únicamente en sus platos. A estas alturas eso ya no es suficiente. Puedo comprarme unos zapatos desde la comodidad de mi salón, probármelos tranquilamente y, si no me convencen, solicitar que los recojan en mi casa para devolverlos. Y lo mismo ocurre con una comida o una cena. ¿Para qué voy a salir a cenar un viernes por la noche a un sitio atestado de gente si puedo recurrir a cualquier app de mensajería que me va a traer la comida en -más o menos- buenas condiciones directamente a casa?
La experiencia de compra se ha posicionado como una variable tan importante como el propio producto, clave para atraer a los consumidores a unos puntos de venta mermados por la facilidad y la comodidad del e-commerce, en una tendencia que afecta tanto al sector de retail como al de la restauración.
Ahora mismo, cuando se habla de experiencia en el punto de venta -ya sea una tienda o un restaurante- es imposible no fijarse en Voltereta Bienvenido a Bali, el segundo restaurante de la familia Voltereta en Gran Vía Marqués del Turia, en un local de unos 900 metros cuadrados que ocupa parte de lo que fue la Galería Jorge Juan. Un espacio único que traslada a sus comensales a Indonesia desde que cruzan su puerta atravesando un puente colgante dentro del propio local- sin salir de L’Eixample. Una experiencia que se basa en el viaje por el mundo que llevaron a cabo los impulsores del restaurante, y que se recoge a modo de diario de viaje en el propio menú del restaurante.
La experiencia de compra se ha posicionado como una variable tan importante como el propio producto
La llegada de Voltereta Bienvenido a Bali a Gran Vía Marqués del Turia, así como la de otros restaurantes que también apuestan por un concepto de hostelería experiencial como Foodoo, Dinámico o A Contracorriente, han servido para rejuvenecer el sector hostelero en una avenida que históricamente ha contado con restaurantes emblemáticos como Nou Bimbi o Aquarium, pero que años atrás se había visto rezagada en este aspecto en comparación con el resto de L’Eixample.
Esta reactivación del sector hostelero en el centro de Valencia no se limita únicamente a esta zona. La llegada de Primark atrajo consigo a diferentes cadenas de hostelería al tramo de la calle Ruzafa entre Gran Vía Marqués del Turia y Colón. La Plaza del Patriarca también se ha rendido a la hostelería con aperturas como la del restaurante Lateral, muy popular en Madrid y que aterrizó en Valencia hace unos meses, y San Vicente Mártir también ha incorporado a su oferta nuevos espacios, como los de Horchatería Daniel o la heladería La Romana.
Todos quieren estar en el centro. Incluso la cadena de hamburgueserías favorita de Obama, Five Guys, que protagonizó una de las operaciones más significativas del pasado año, al instalarse en el espacio que resultó de la unión de los locales de Banco Santander y de la tienda de ropa Para la Cubana, en la Plaza del Ayuntamiento. En palabras de mi compañero Juan Ibáñez, director del departamento de retail, «esta operación fue todo un éxito para Grupo Alain Consultores Inmobiliarios, pues supuso no solamente la incorporación de esta gran marca a Valencia, si no también la satisfacción de todas las partes implicadas».
La entrada de los grandes fondos de inversión
El centro de Valencia es un pastel muy jugoso y, lógicamente, los grandes fondos de inversión -tanto nacionales como internacionales- también quieren una parte de ese pastel. La gran demanda de edificios y locales comerciales, unida a la escasa oferta de producto y a las rentabilidades que están dispuestas a aceptar estos fondos, colocan al pequeño y mediano inversor en una encrucijada. Según Pedro García, director de inversión, «El enfoque largoplacista de la rentabilidad bloquea al pequeño inversor, que se ve obligado a esperar a operaciones off market, que no hayan tenido mucha relevancia en el mercado».