Director de la práctica de Gobierno Corporativo Marsh

El gobierno corporativo permite a las empresas ser más ágiles y eficientes en la toma de decisiones, sin perder de vista su filosofía y la consecución de sus objetivos. Por ello, cada vez más los capitales se sienten atraídos por empresas que demuestran tener un buen Gobierno Corporativo. 

En los últimos años, el contexto económico-financiero ha convertido la viabilidad de la organización en una cuestión clave para la dirección de cualquier empresa. Al mismo tiempo, el concepto de buen gobierno ha emergido como un mantra entre quienes promulgan, con criterio, soluciones a las últimas crisis empresariales y financieras. Pero, ¿a qué se debe esta insistencia? ¿Se trata de un modelo únicamente aplicable al Ibex 35? ¿En qué beneficia realmente a las organizaciones?

El Gobierno Corporativo se define como un marco liderado por la dirección de la compañía donde se determinan los valores, cultura, políticas, procesos y normas que marcarán el ámbito de actuación de la dirección y del resto de miembros de la organización, con independencia de su tamaño o sector de actividad. No se trata solo de que las compañías cumplan con lo establecido en el Código Unificado de Buen Gobierno de las sociedades cotizadas; se trata de crear una filosofía que acompañe a toda la empresa en su gestión del día a día.

Para entender su verdadero alcance, podríamos hablar de responsabilidad, legalidad, ejemplaridad, de caminos para ponerse a la vanguardia en la gestión de organizaciones y de un sinfín de beneficios que se asocian al modelo de buen gobierno corporativo, todos ellos con importantes repercusiones en el valor percibido de las compañías y, por tanto, en la viabilidad a largo plazo de las organizaciones.

Sin embargo, el motivo más alegado en este momento por las empresas españolas para la implantación de un sistema de gobierno corporativo es el de mejorar la reputación de la organización para atraer capitales y optimizar su posición frente a los medios externos de financiación.

El acceso a fuentes de financiación tanto tradicionales, vía préstamos bancarios, como alternativas en el mercado bursátil, a través de emisiones de bonos y otros instrumentos financieros, se ha convertido en una de las razones fundamentales para ser eficientes, competitivos y transparentes, campos todos ellos en los que, una vez más, el buen gobierno corporativo demuestra su utilidad.

De hecho, desde hace unos años, las agencias de rating incorporan en sus criterios de valoración crediticia (metodología para la valoración de riesgos) aspectos relacionados con el gobierno corporativo.

Esto se debe a la importante función del gobierno corporativo a la hora de identificar riesgos y prever posibles crisis, permitiendo a las organizaciones contar con planes de respuesta para que los imprevistos no les aparten de sus objetivos estratégicos y ganando así en resiliencia, lo que avala el buen desarrollo y funcionamiento de la compañía durante su vida.

Gobierno y estrategia 

Uno de los elementos claves que caracterizan un buen modelo de Gobierno Corporativo es la alineación de la estrategia de la organización con el Código de Ética, las políticas y procedimientos, generando confianza en los stakeholders de la organización. 

Por lo general, las empresas desestiman la importancia de un buen gobierno corporativo, ya que tienden a pensar que el desarrollo de estas actividades consume tiempo y energías valiosas de la dirección. Sin embargo, se ha demostrado que un crecimiento o desarrollo que no vaya a la par con la gestión de gobierno aumenta la exposición a los riesgos que se encontrarán las organizaciones en la consecución de sus objetivos. Por lo tanto, crecer sin un gobierno corporativo a la medida de las necesidades puede resultar muy perjudicial para la gestión, dirección y desarrollo de la organización.

Para que el modelo de gobierno corporativo dé sus frutos y las compañías se sitúen en un escenario en el que logran superar las barreras regulatorias, cuentan con la agilidad necesaria en la toma de decisiones y están en posición de tomar ventaja sobre sus competidores, es necesario hablar de dos conceptos más: la Gestión Integral del Riesgo y el Cumplimiento de normativas internas y externas de la organización.

La adecuada integración y definición de Gobierno, Riesgo y Cumplimiento, de acuerdo al tamaño y estrategia de la empresa, aumenta significativamente la posibilidad de alcanzar los objetivos organizacionales.

Además, un buen modelo de gobierno corporativo aporta otros beneficios:
– Menor exposición al riesgo de incumplir objetivos, normativas y regulaciones.
– Mejor posición a la hora de solicitar financiación.
– Minimizar eventos inesperados en el área operativa.
– Ser más visibles y atractivos para los inversionistas y capitales.
– Posibles ahorros.
– Continuidad del negocio.

La adecuada combinación de estos tres elementos (Gobierno, Riesgo y Cumplimiento) consigue hacer a las compañías más ágiles y eficaces, valores en alza en entornos cada vez más globales y cambiantes. En la medida en que la gerencia de la organización conozca cuáles son las reglas, sus riesgos, sus valores y sus políticas, podrá hacer usos de estrategias más innovadoras, creativas y con mayor versatilidad. Pero sobre todo, la implantación de un buen modelo de gobierno corporativo es el paso más acertado para empezar a prepararnos ante los innumerables retos a los que las organizaciones se enfrentarán en los próximos años. ¿Mi consejo? Empiece desde el Gobierno Corporativo.