Saber gestionar el liderazgo es y será la clave del éxito de empresas y organizaciones
Resultado del acuerdo establecido entre la Universidad Católica de Valencia (UCV) Economía 3, el mes pasado se celebró una Mesa de Debate en las dependencias universitarias sobre el liderazgo y su aplicación en el mundo de la empresa, que resumimos a continuación. En el mismo participaron Isabel Merenciano, socia directora del área Laboral de Broseta Abogados; José Enrique García, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios (Ajev) y socio director general de la consultora Equipo Humano; los profesores Manuel Guillén (Universitat de València, (UV) y director de la cátedra Ieco-Unesco) y Ginés Marco (Universidad Católica de Valencia, UCV, y director técnico de la cátedra Pavasal para el Liderazago y Gestión de las Organizaciones), e Inés Gil, asistente de investigación de la cátedra Pavasal.
En su opinión, ¿cuáles son las características que definen al líder empresarial; en suma, cuáles son los componentes del liderazgo?
José E. García: Empiezo diciendo quién no es un líder: aquél que carece de generosidad respecto de los demás. Y carece de generosidad, de confianza, porque no tiene capacidad creativa; capacidad de imaginar una realidad distinta. Mucha responsabilidad en esa ausencia de capacidad creativa la tiene el modelo educativo imperante durante décadas, pero ese es otro debate.
Volviendo a lo que nos ocupa, el desarrollo del liderazgo, en teoría, no es algo complejo. Exige desarrollar inteligencia emocional y empatía (ponerse en el lugar del otro), y para ello hay un recurso muy fácil de usar: escuchar a las personas, que no es lo mismo que oír a las personas; hablo de escuchar, de comprender; de ponerse en el lugar del otro. Y en el caso de las empresas, liderazgo es igual a talento, pues en las empresas necesitamos el talento de todos. Si un líder es aquel que tiene seguidores que han decidido libremente serlo, el ejercicio del liderazgo en las empresas es saber gestionar adecuadamente el talento de toda la organización.
Manuel Guillén: Siguiendo al profesor Rafael Alvira, liderar es influir en los demás en libertad. Los seguidores del líder le siguen en libertad; porque les da la gana.
Así, una relación de liderazgo tiene tres características: es libérrima; es dinámica (se está revisando continuamente); y está basada en la confianza, que debe ser verdadera y mutua. Verdadera, porque si no la relación de liderazgo se rompe; y mutua, porque es en doble dirección.
El líder está entregando gestión del talento y el seguidor la recoge y la devuelve; es un dar y recibir recíproco. Me gusta hablar de una reciprocidad de dones. Para seguir a alguien hay que dar algo, que es la confianza, y la confianza es hacerte vulnerable, es arriesgarse. Por lo tanto, se produce una relación de vulnerabilidad por las dos partes, que, como he dicho, es dinámica.
Descendiendo al mundo de la empresa, el empresario o directivo que es a la vez líder, está para servir al bien común, y su objetivo debe ser proveer de bienes y servicios adecuados a la sociedad. Por lo tanto, para que haya liderazgo en la empresa, debe existir un marco de confianza hacia un bien común: que se oferten buenos bienes y servicios a la sociedad a través de la empresa.
– Ha definido el liderazgo como “seguir en libertad”. ¿Hasta dónde llega la capacidad de decisiones libres por parte de un empleado?
Manuel Guillén: Esta es la pregunta clave, porque ahí es donde reside la diferencia entre el que manda (el jefe sin más), y quien lidera (el buen directivo). Un empleado puede hacer lo que dice el jefe porque es el que manda y porque hay un contrato. Pero cuando el empleado confía en quien le dirige, entonces pone cabeza, corazón, ilusión… Cuando en una organización se da más de lo que exige el contrato, cuando sus integrantes se dejan la piel por la empresa, ahí hay un líder. Lo otro no es un líder, es un jefe con poder. Un directivo pasa a ser líder cuando consigue sacar lo mejor de cada uno, desarrolla mejores personas, y por eso logra que todos vayan en la misma dirección de servicio.
NO LIMITAR LA CREATIVIDAD
Isabel Merenciano: Estoy de acuerdo con José Enrique: el elemento de la creatividad dentro de la empresa y hacia afuera, en los productos y servicios que se ofrecen al mercado, es imprescindible y consustancial al concepto de liderazgo, y como él dice, hay que añadir inteligencia emocional y generosidad. La generosidad con las personas dentro de las organizaciones es fundamental para que existan líderes y seguidores.
Otro aspecto clave del liderazgo es no poner límites a la creatividad de las personas dentro de los equipos y las organizaciones: esta es la base de la gestión de los equipos. Tener posiciones autoritarias en la organización no sirve para lograr el objetivo marcado. Desde mi experiencia profesional he visto que, cuando la organización trata con generosidad, con creatividad y sin poner límites a sus empleados, todos hemos crecido. Un líder sin su equipo no es ningún líder.
Por otra parte, hay un elemento importante que en España no estamos acostumbrados a tratar adecuadamente: el fracaso y la capacidad de recuperación desde el fracaso. Un líder es aquella persona que, desde el fracaso, tiene capacidad de recuperación y de afrontar nuevas situaciones.
– ¿Cuál es el papel o función del líder en esa situación de fracaso/crisis?
Isabel Merenciano: Primero, no generar desánimo. Muchas veces, ante un fracaso importante, en las organizaciones se genera una situación de desánimo. El líder será el motor de superación de ese fracaso. ¿Cómo? Buscando soluciones para resolver esa situación.
También me gustaría incorporar al debate la perspectiva del liderazgo femenino, pues las mujeres tenemos mucho que aportar en el marco de las organizaciones. Creo que se debe fomentar el liderazgo de las mujeres en el seno de las organizaciones. Hay quien critica el tema de las cuotas, y no voy a entrar en esta polémica, pero sí creo que podemos aportar perspectivas distintas de ver las cosas y de resolver los problemas. Es cierto que cada vez hay más mujeres en las organizaciones, pero no tantas en puestos de liderazgo, y la visibilidad es muy importante. Las mujeres debemos pelear por una posición de liderazgo, porque no es algo generalmente aceptado.
Ginés Marco: A todos los componentes del liderazgo señalados hasta ahora quería añadir el de la responsabilidad; el líder tiene que responsabilizarse de un equipo de personas. Eso significa que da la cara, que no se esconde ni elude su participación directiva en ese equipo humano que libremente le sigue y que, en caso de conflicto, antepone el nosotros al yo.
Porque no está pensando qué va a ser de ella o de él cuando todo pase, sino que piensa en las personas que libremente le siguen antes que en su propio futuro; liga su futuro al de su equipo. Precisamente, como decía Isabel, porque no se concibe un líder sin su equipo. Y también, como decía el profesor Guillén, porque hay una relación de influencia recíproca entre líder y seguidores.
Una relación dinámica y que ni mucho menos es equidistante o simétrica. Tiene distintos momentos álgidos: de ostracismo, de repensar, de retomar proyectos inacabados… Pero, sobre todo, expectativas no falseadas, no truncadas; expectativas de que hay un proyecto, hay solidez, y de que la persona acaba siendo el activo fundamental de la organización.
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