Aunque el objetivo final de imprimir órganos humanos completos está todavía lejos, la profesora en ingeniería biológica de Harvard Jennifer Lewis ha adelantado que ya son capaces de fabricar una versión rudimentaria de la nefrona, una unidad estructural y funcional básica del riñón, responsable de la purificación de la sangre.
Según explicó Lewis durante su ponencia en el congreso tecnológico EmTech estas nefronas artificiales permitirían a las farmacéuticas mejorar sus medicamentos, además de ayudar a los científicos a entender los riñones a niveles más elevados.
En este sentido, el equipo de Lewis ha inventado una ‘tinta’ para máquinas 3-D que permitiría imprimir tejido humano, que se usaría para la producción de vasos sanguíneos.
Lewis explica que se centraron en los riñones porque este órgano representa el 80% de las peticiones del total de trasplantes. La alta demanda de trasplantes de riñones provoca que muchas personas mueran antes de poder recibir uno.
En lo que se refiere a la impresión completa de órganos, de momento esta tecnología sólo es capaz de imprimir finas láminas, de un grosor inferior a medio milímetro. Para hacerlas más gruesas, y poder fabricar órganos, los investigadores deberían desarrollar una red de vasos sanguíneos, explican desde el MIT.