Una alta tasa de paro es extremadamente nociva para el desarrollo de un país y de sus habitantes por muchos motivos:
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Situaciones personales y familiares límite: muchas familias tienen sus miembros en el paro o solamente trabaja uno de ellos. Por lo tanto, tendrán dificultades para poder sufragar los gastos más básicos para vivir, como pueden ser la vivienda, alimentación, abrigo, educación… Muchos son los dramas personales que hemos oído durante este tiempo.
- Alto gasto en prestaciones públicas: las arcas públicas deben pagar prestaciones y ayudas a aquellas personas que se han quedado sin ingresos, para evitar que caigan en situaciones de miseria y exclusión social.
- Huida de capital humano formado: aquellas personas que puedan, decidirán marchar a otros países donde la tasa de paro es menor. Entre los que deciden emigrar, se encuentran jóvenes cualificados que encuentran fuera aquella oportunidad laboral que no tenían en su país. Es decir, formamos a personas que después trasladarán su talento fuera. Se trata, pues, de una pérdida en un doble aspecto: formativo y laboral.
- Menor actividad económica para las empresas: como la renta disponible por parte de la población es menor, su capacidad de consumo se reduce. Por lo tanto, las compañías no conseguirán vender todo lo que esperaban y la actividad económica sufre un freno.
Para ello, se han propuesto distintos modelos. Uno de ellos es el de la flexiseguridad, que explicaremos a continuación.
¿En qué consiste el modelo de flexiseguridad?
La flexiseguridad consiste en implementar un mercado laboral totalmente flexible por el cual prácticamente no existen restricciones ni para la contratación ni para el despido. Ahora bien, a la vez, la parte de “seguridad” obliga a ofrecer apoyo a la persona durante el tiempo que se encuentra desempleado. La Unión Europea recomienda el uso de este sistema desde 2007, pero solamente se ha implementado de una forma total en Dinamarca, que se ha convertido en el paradigma y ejemplo de aplicación. Si se miran los datos, la situación en este país en términos de desempleo ha mejorado. Actualmente, su tasa de paro se encuentra alrededor del 6%, por debajo de la media europea.
La flexiseguridad danesa se basa en los siguientes aspectos:
- Tres meses de preaviso por despido sin indemnización: una empresa puede despedir a una persona sin necesidad de pagar indemnización si lo avisa en tres meses.
- La gran mayoría de salarios se negocian entre trabajadores y empresas, no mediante convenios: solamente una parte pequeña de los salarios se acuerdan en convenios colectivos. Aproximadamente, un 80% de los trabajadores tienen fijado su salario a través de negociación entre las dos partes.
- El Estado ofrece formación gratuita y de calidad continuamente: la Administración danesa invierte muchos recursos para conseguir que todos los daneses gocen de oportunidades y puedan mejorar sus habilidades y aptitudes, especialmente aquellas personas que en un momento determinado pierden su trabajo. Dinamarca es uno de los países con un mayor porcentaje de estudiantes universitarios del mundo.
- Permitir a las empresas adaptarse con rapidez a los cambios del entorno: en un contexto tan cambiante como el actual, se permite a la empresa realizar aquellos cambios que considere oportunos para ser competitiva. Gracias a esta flexibilidad en contratar y despedir, la compañía puede enseguida engancharse a las variaciones que se produzcan a su alrededor.
- Casi la totalidad de trabajadores encuentran trabajo en un periodo inferior a los dos meses: gracias a la alta flexibilidad para poder contratar que tienen las empresas y a la alta formación de los trabajadores, normalmente los daneses encuentran un nuevo trabajo en un periodo inferior a los dos meses.
- Generosos subsidios por desempleo: aquellos trabajadores que han sido despedidos sin el preaviso de tres meses y que, por lo tanto, tienen derecho a cobrar prestación, pueden mantener su calidad y nivel de vida gracias a los altos subsidios que se perciben. Así, por ejemplo, un licenciado puede recibir hasta 4.000 euros al mes de desempleo y los no titulados 2.500. Aunque se puede gozar de estas prestaciones hasta cuatro años, normalmente no se agotan porque a los pocos meses se puede encontrar un nuevo trabajo.
- Altos salarios: aunque no hay un salario mínimo estipulado por ley, a la práctica, después de las negociaciones comentadas en el primer punto, éste ronda los 2.000 euros. Además, tienen el salario medio más alto de la Unión Europea, 3.706€. Como contrapartida, para poder sufragar todo el sistema, también tienen una alta fiscalidad, pero el salario neto resultante en los dos casos continúa siendo muy elevado.
¿Sería posible aplicar este modelo a todos los países de la Unión Europea?
Trasladar este modelo a otros países de la Unión, especialmente aquéllos donde las tasas de paro más elevadas, no es fácil. Hay que tener en cuenta que, para que esto fuera posible, deberían darse cambios estructurales, tanto en el modelo actual como en la propia mentalidad de las personas. Por un lado, las empresas deberían ser mucho más flexibles de lo que son y, a la vez, ser capaces de percibir los cambios en el entorno de forma mucho más rápida. A la vez, deberían percibir el trabajador como un activo, un valor que aporta trabajo, no como un simple coste. Por otro, los trabajadores deberían tener en cuenta que difícilmente podrían trabajar durante mucho tiempo en una misma empresa y que, por lo tanto, deberían cambiar y adaptarse a nuevos contextos continuamente. Además, deberían de estar atentos a todas las innovaciones que se produjeran para recibir la formación correspondiente. Del mismo modo, la Administración debería ofrecer planes de formación muy potentes, que permitieran a las personas obtener la capacitación necesaria para poder volver al mercado laboral con rapidez e implementar planes de protección social más completos.