Cómo llegar a tu público objetivo, no desperdicies ninguna oportunidad

Cómo llegar a tu público objetivo, no desperdicies ninguna oportunidad

Los clientes son el principal motor de cualquier negocio, ya sea online o físico. Por tanto, las relaciones de la empresa con sus clientes deben ser adecuadas, es decir, la empresa ha de ser capaz de construir relaciones de calidad con sus clientes y de mantenerlas en el tiempo, que la comunicación sea un valor añadido a sus productos.

Captar nuevos clientes es importante, claro, pero saber mantener a aquellos que ya han interactuado con nosotros lo es mucho más. Fidelizar clientes es una tarea básica, y aunque muchas veces las empresas se empeñen en conseguir nuevos clientes a toda costa, está comprobado que es mucho más rentable conservar a los que ya tenemos que conseguir nuevos.

Para que la comunicación de nuestra empresa con su público objetivo sea excelente, y con ello el negocio sea rentable, el primer paso antes de comenzar cualquier otra acción es realizar un concienzudo estudio de mercado, delimitando a los clientes potenciales de nuestro producto o servicio, y adaptando cada acción a ellos.

Una vez delimitado nuestro segmento de mercado, tendremos que decidir cómo vamos a dirigirnos a él, cómo vamos a comunicarnos con nuestros clientes. Formas y canales hay muchos, pero no todos son efectivos y pueden acabar logrando el efecto contrario al que buscamos. Además, por muy bien que hayas segmentado tu público objetivo, tal vez puedas y debas seguir segmentándolo continuamente, dependiendo de los canales que vayas a emplear para comunicarte con ellos, por ejemplo.

Los mensajes que lancemos también deben estar adaptados al público, porque además de alcanzarlo queremos que le llegue de verdad, que lo interioricen. Por ello, también dependiendo del mensaje deberemos escoger bien el canal por el que lanzarlo, ya que éste puede ser definitivo a la hora hacer llegar la información al público, o por el contrario, puede acabar interfiriendo en la comunicación y mandar al traste todo el trabajo.

En definitiva, cuando nos comuniquemos con nuestros clientes tendremos que escoger muy bien cómo hacerlo, teniendo en cuenta ciertas claves que nos permitan fidelizar a nuestro público de manera eficiente y eficaz.

En primer lugar, nuestros mensajes deben aportar siempre una información relevante, no es válido mandar cualquier comunicación que sea percibida por los clientes como spam puro y duro. Si además de haber localizado bien nuestro segmento de mercado, hemos organizado a nuestros clientes potenciales mediante variables significativas, esto es ir más allá de la edad, el sexo o la localización, y tener en cuenta intereses y necesidades más concretas, será mucho más sencillo hacerles llegar mensajes que de verdad les resulten interesantes y útiles.

Por otro lado, siempre debemos aportar un valor añadido a nuestras acciones de comunicación. ¿Cómo? Pues tratando de personalizarlas al máximo, sabiendo diferenciar y dar valor a los clientes que ya están mostrando fidelidad hacia nosotros, haciéndoles sentir VIP, o añadiendo descuentos, ofertas o promociones interesantes, por ejemplo.

Por último, cualquier comunicación con nuestros clientes ha de ser atractiva y creativa, da igual el canal y el espacio del que dispongamos, siempre hay que echarle imaginación y conseguir un mensaje atrayente. Nuestros mensajes de procurar establecer relaciones de calidad, siempre, y llamar a los clientes a la acción. Realizar un seguimiento de cómo evolucionan las comunicaciones y de las respuestas que recibimos, nos permite analizar cómo han ido las campañas que hemos lanzado, qué ha resultado rentable y qué no, y poder mejorarlas en el futuro.

Nunca debemos perder de vista que todo comunica, incluso el silencio por respuesta es muy revelador. Todo desde el lugar en el que están nuestras oficinas o establecimientos, hasta la forma en la que vendemos, todo comunica algo de nuestra empresa, y es básico que el conjunto comunique la misma esencia, las mismas ideas.

Se deben afrontar las críticas, dar la cara y responder ante ellas de la forma adecuada, de lo contrario estaremos lanzando un mensaje muy claro sin quererlo. Responder ante comentarios negativos, dudas o cualquier mensaje de nuestros clientes es básico, tanto hacerlo como la forma en la que lo hacemos es muy significativo para ellos.

Las redes sociales constituyen hoy en día un gran canal de comunicación con nuestros clientes, y aunque pueden resultar realmente efectivas, hay que saber manejarlas con cuidado para que de verdad nos permitan enganchar con los clientes. No siempre más es mejor, por ello, hay que saber escoger en qué redes sociales queremos aparecer y cómo queremos aparecer en ellas, así como quién va a encargarse de gestionarlas.

Según algunas estadísticas sobre las preferencias de los consumidores a la hora de recibir comunicaciones de las empresas, el medio que todos prefieren en primer lugar es el correo electrónico, seguido del correo postal. Se cree que tal vez porque con estos medios, son ellos mismos quienes deciden cuándo acceder a la información, sin sentirse interrumpidos, considerándolos los canales menos intrusivos y molestos.

Cuidado con las redes sociales, porque constituyen el momento de entretenimiento y desconexión de muchos clientes, y sentirse acosados o interrumpidos en esos momentos, puede resultar fatal para nuestro negocio.

Por tanto, parece que lo ideal es implantar un plan de marketing basado, sobre todo, en el correo electrónico y el correo postal, canales preferidos por públicos de todas las franjas de edad, y completar el contacto a través de las redes sociales para derivar tráfico a nuestra página y enganchar con otro tipo de comunicaciones más informales a nuestros clientes potenciales.

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