Sostenibilidad y competitividad en la industria química y su distribución
Nos encontramos en un momento especialmente delicado en la industria química europea. Entre los días 11 y 13 de septiembre, ha tenido lugar, en Sitges, el Congreso de la Asociación Europea de la Distribución Química (FECC). Este evento se ha convertido en un lugar de encuentro entre los grandes fabricantes y los distribuidores europeos, siendo, estos últimos, un eslabón clave en la cadena para la llegada a todas las capas del sector químico en Europa, en general, y en España, en particular.
Tras reflexionar sobre las ponencias y mesas de debate, nos quedamos con una inquietud positiva y, a la vez, una preocupación sobre cómo afrontar, en la pequeña y mediana empresa, el reto de la sostenibilidad, a la vez que mantenemos nuestra competitividad a nivel nacional y mundial para los que podemos ser exportadores.
Martin Brudermüller, CEO de BASF, en su discurso en la Expoquimia celebrado en junio de este año, nos dejaba un mensaje claro y contundente. Los principales problemas de la industria química Europea son tres:
- Los retos complicados ante el cumplimiento de cero emisiones de CO2 en 2030-2050 (emisiones netas).
- Legislación consecuente y, a la vez, restrictiva para ser sostenibles.
- Sobrecostes energéticos vs. nuestros competidores (Estados Unidos y Asia).
A todo ello, podemos añadir una contracción de la producción de la industria química europea muy preocupante a causa de la baja demanda en 2022. La previsión de caída en H2 de 2023 solo en Alemania, principal productor europeo, será del 16,5%, aproximadamente.
Desde 2015, la brecha de producción total en Estados Unidos respecto a la producción de productos químicos europeos es del 20%, es decir, estamos perdiendo competitividad continuamente y cada vez más rápido.
Sobre el primer punto, de las emisiones netas cero y su impacto en el cambio climático, es muy importante señalar que la industria química solo genera el 3% de las emisiones de CO2 a nivel mundial, y que el 50% de ellas provienen del consumo de energía para su producción.
La Unión Europea no alcanzará emisiones netas hasta al menos 2043, pero en los Estados Unidos no lo hará tentativamente hasta 2049. Sin mencionar a China, cuya proyección se extiende hasta 2050-2060.
Esto nos lleva a incidir en dos fuentes de energía, primordiales para nuestro futuro: el Hidrógeno Verde y la Energía Eólica, entre otras. La transformación hacia políticas de sostenibilidad de la industria química serán claves para darnos o quitarnos competitividad en Europa. Nos debemos plantear que, sí o sí, la descarbonización/desfosilización va a ocurrir, pero ¿a qué precio?
Creo que es muy necesario replantear el modelo de negocio en la industria química europea. Debemos plantear el cambio realista temporal, a emisiones netas a cero, si no queremos seguir perdiendo la competitividad ganada a base del esfuerzo innovador e inversor en los últimos 40 años. Hay que tener en cuenta que nuestros competidores no están dudando.
Seamos valientes, desde nuestro pequeño tamaño, a través de nuestros foros, de nuestra Asociación Quimacova, pero no dudemos en seguir luchando para conseguir nuestro objetivo: ser una industria sostenible, competitiva e innovadora.